- Author: Norma De la Vega
STOCKTON – (UC) A pesar de que California ocupa el primer lugar en producción agrícola en el país, millones de niños en el estado viven en un entorno de inseguridad alimentaria.
“El miedo más grande que sienten los padres de familia que enfrentan inseguridad alimentaria es no poder proveer los alimentos nutritivos que sus hijos necesitan para mantenerse sanos, desempeñarse socialmente y convertirse en personas exitosas”, indica Anna Martin, especialista en nutrición y asuntos de la familia y el consumidor de Extensión Cooperativa de la Universidad de California.
California ocupa el sexto lugar entre los estados con el mayor nivel de inseguridad alimentaria; según el estudio Map the Meal Gap: Child Food Insecurity 2012 de la organización Feeding America, 2.4 millones de niños sufren inseguridad alimentaria, con las familias latinas siendo las más afectadas (27%). Entre los 10 condados en la nación con el nivel más alto de inseguridad alimentaria infantil, 5 se hallan en California: Los Ángeles, Riverside, San Diego, San Bernardino y Orange.
Hay inseguridad alimentaria cuando las personas no tienen acceso económico o físico a suficientes alimentos en buen estado y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimentarias.
Martin señala que la solución al problema del hambre requiere de la participación de todos. “Yo creo firmemente que todos en la comunidad deben trabajar juntos sin importar en dónde está el problema de inseguridad alimentaria”, precisa la experta.
Investigaciones de la UC han encontrado que la solución a problemas sociales radica en la formación de coaliciones que involucren a personas de diferentes entornos para trabajar juntos por una meta común para lograr más.
La lucha contra el hambre en el condado de San Joaquín es un buen ejemplo. En el 2006 se formó un grupo comunitario cuando los líderes locales se percataron de que en el condado, ubicado en una rica zona agrícola del Valle Central de California, era uno de las regiones con mayores niveles de inseguridad alimentaria.
Martin, quien participa en este grupo comunitario denominado Hunger Task Force, indica que el propósito es reducir el hambre y mejorar la salud y vitalidad de los residentes y, para lograrlo se juntaron todos los recursos que hay en la comunidad.
“Una variedad de agencias y organizaciones se han unido para trabajar juntos con las familias. Siempre estamos hablando unos con otros”, enfatiza la experta, y menciona que algunas de las organizaciones participantes son: Cal-Fresh, UC Cal-Fresh (conocido anteriormente como estampillas de comida), el Programa Ampliado de Educación sobre Alimentos y Nutrición del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (EFNEP), los bancos de alimentos, Caridades Católicas, agencias de salud pública y estudiantes de la preparatoria que trabajan como voluntarios.
“La inseguridad alimentaria y el hambre se han incrementado tremendamente y tan solo para obtener donativos de alimentos se requiere del trabajo voluntario. Por ejemplo, tenemos a los estudiantes que se encargan de recoger naranjas, limones y otros alimentos frescos en los campos agrícolas para después llevarlos a los bancos de alimentos”, indica Martin.
Agrega que en ese grupo comunitario también participan las familias que están enfrentando la inseguridad alimentaria porque es importante que conozcan los recursos que hay disponibles en la comunidad. “Por ejemplo, si están buscando casa ¿en dónde se encuentran las casas con rentas módicas?, o ¿qué deben hacer en caso de emergencia? ¿qué deben saber sobre el seguro de salud? ¿y trabajos?... todo este tipo de cosas”, añade Martin.
Además de suministrar alimentos también se ofrecen talleres educativos para incrementar las destrezas de los padres de familia en el manejo del dinero, la selección de alimentos que son nutritivos y la preparación de platillos sabrosos y baratos, estos talleres son impartidos, generalmente sin costo alguno, por los educadores de Extensión Cooperativa de la UC en la mayoría de condados de California.
La experta asegura que la participación es muy grande porque las mamás se preocupan mucho por sus hijos. “Lo he visto frecuentemente en los bancos de alimentos para emergencias; las madres hacen cola que le da la vuelta a la cuadra para obtener los alimentos necesarios. Quizás el próximo Día de Acción de Gracias, muchas familias no podrían tener una cena si los bancos de alimentos no pudieran proveer el pavo y otros alimentos”, concluye Martin.
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