- Author: Alberto Hauffen
Si su casa sufrió grandes daños a causa del incendio y requiere
servicios de reparación, infórmese bien antes de contratar esos
servicios.
Muchos estafadores se aprovechan de quienes se encuentran en
apuros.
No contrate a personas o compañías que carezcan de licencia. Y antes
de firmar, aclare cuánto le costará y cuándo quedará terminada la
reparación.
Mensaje de la Universidad de California.
/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>- Author: Alberto Hauffen
No se deje engañar por los estafadores que merodean en sitios en que
ha ocurrido una tragedia.
Si llega a su casa alguien que dice ser inspector de alguna agencia
de gobierno para evaluar daños, exija una identificación oficial. Y si aún no le
convence, llame a las autoridades.
Y no les dé dinero ni firme contratos sin antes consultar con
personas de su confianza.
Mensaje de la Universidad de California
/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>- Author: Ricardo Vela
Si ha sufrido pérdida de ingresos a causa de un incendio u otro tipo de desastres, tome ciertas medidas para reducir el impacto económico. Póngase en contacto con sus acreedores y compañías de tarjetas de crédito y explíqueles su situación.
En la mayoría de los casos, estas compañías están dispuestas a ofrecerla una prórroga en sus pagos mientras se normaliza su situación.
Mensaje de la Universidad de California.
/o:p>/o:p>/o:p>- Author: Myriam Grajales-Hall
DAVIS
(UC)-
A pesar de los avances logrados en los últimos 50 años para mejorar la
nutrición, en Estados Unidos hay severas deficiencias nutricionales entre niños
y personas de edad avanzada que los hace más vulnerables a ciertos tipos de
sustancias tóxicas. Lo anterior se desprende de un estudio realizado por
investigadoras de Extensión Cooperativa la Universidad de
California.
Según
el estudio, la falta de ciertos nutrientes en la dieta de los niños y los
ancianos los pone en mayor riesgo del efecto de sustancias tóxicas, incluidos
los pesticidas, que se encuentran en el medio en que viven. Un ejemplo son los
nutrientes denominados "antioxidantes" los cuales ayudan a contrarrestar los
efectos tóxicos de pesticidas a base de fosfatos
orgánicos.
Irónicamente,
la falta de estos nutrientes - especialmente la vitamina E- que se encuentran en
su forma natural en frutas, verduras y granos es mayor entre los trabajadores
del campo y sus hijos.
"Los
trabajadores agrícolas de bajos ingresos y sus hijos, quienes corren un mayor
riesgo de exposición a los pesticidas, a menudo no consumen suficientes frutas y
vegetales que contienen estos importantes nutrientes", afirma el artículo
publicado en la edición septiembre/octubre de California Agriculture, que
publica la División de Agricultura y Recursos Naturales de la Universidad de
California.
El
estudio menciona que muchas agencias de salud coinciden en que los trabajadores
del campo y sus familias registran tasas elevadas de desnutrición, lo que
predispone a sus hijos a problemas de salud como enfermedades respiratorias y
cánceres, porque son más susceptibles a los efectos de los
pesticidas.
A
pesar de que el estado de nutrición de los estadounidenses es relativamente
bueno, gracias a alimentos procesados como cereales y productos lácteos que se
fortifican con vitaminas y minerales, la nutrición de un gran segmento de la
población dista de calificarse como óptima, anota el artículo. La falta de
nutrientes afecta tanto a niños de familias de bajos ingresos como a los de
ingresos altos.
El
grupo de investigadoras, encabezadas por la nutricionista Sheri Zidenberg-Cherr,
encontró que entre 24% y 13% de niños hay un bajo consumo de minerales como
calcio, hierro y cobre. De manera similar, muchos ancianos llevan una dieta que
les provee menos de dos terceras partes del consumo diario recomendable de vitaminas y minerales esenciales para
gozar de buena salud.
Otros
estudios coinciden en que el estado de nutrición influye en la susceptibilidad
del individuo a contaminantes que se encuentran en el medioambiente, incluidos
los pesticidas, el plomo y otros metales tóxicos.
En
niños y adultos que padecen de anemia a causa de la deficiencia de hierro en su
dieta, hay una mayor absorción del plomo, una sustancia altamente tóxica, que se
encuentra ya sea en forma de gas o polvo en el medioambiente. Aunque las
investigadoras señalan que se requieren estudios más a fondo, enfatizan que una
nutrición adecuada, a cualquier edad, ayuda a reducir la susceptibilidad a los
contaminantes.
El
estudio comparó las dietas de niños hispanos, entre uno a cuatro años de edad,
pertenecientes a familias de bajos ingresos de los condados de Fresno, San
Bernardino y Tulare con la de niños anglosajones de familias de ingresos altos
en el condado de Sonoma. En ambos grupos se encontraron consumos inadecuados de
calcio, hierro, cobre y cinc. El estudio señala que la deficiencia de cinc
aumenta la susceptibilidad a la toxicidad del plomo.
El
consumo diario de cinc en la dieta de estos niños es cerca de dos terceras
partes menos del que se recomienda.
Curiosamente,
la deficiencia es más elevada en niños de familias de ingresos elevados, 76%,
comparada con 60% en niños de familias de bajos ingresos. Las investigadoras lo
atribuyen al hecho de que las familias de ingresos altos comen menos carne
porque la consideran menos saludable, debido a su contenido de grasa. Las carnes
son una rica fuente de hierro.
El
estudio incluyó el contaje de plomo en la sangre. El Centro Nacional para el
Control de Enfermedades (CDC) define 10 microgramos por decilitro como nivel
permisible.
Los
niveles encontrados en el estudio van de 5 a 14 microgramos. Sólo el 2% de los
niños de familias de ingresos altos registró un nivel mayor de 5. Pero 25% de
los niños de familias de bajos ingresos sobrepasaron esa
marca.
También
se realizó un análisis de la dieta de 80 residentes latinos de 60 a 93 años en
los condados de Kern y Fresno. Se encontró que la alimentación de una gran
proporción de ellos provee menos de dos terceras partes del consumo diario
recomendado de vitaminas y minerales.
"Estos
individuos también podrían tener una mayor sensibilidad a ciertas sustancias
tóxicas que se encuentran en el medioambiente", indica el artículo. Agrega que
"es imperativo que las agencias reguladoras al nivel federal, estatal y local
consideren factores como el estado nutricional al realizar estudios para evaluar
los riesgos a la salud de la población".
Las
investigadores recomiendan, como meta a largo plazo, que se identifiquen maneras
para mejorar la nutrición de la población en general. Y ya identificadas, que se
desarrollen estrategias intensivas para asegurar que todos los segmentos de la
población puedan gozar de una dieta adecuada, particularmente para los sectores
que se encuentran en mayor riesgo. El estudio enfatiza la necesidad de comenzar
cuanto antes a evaluar las distintas necesidades nutricionales de la población.
Y para ello urgen la utilización de especialistas, educadores y otros recursos
de la Universidad de California.
"Tendremos
que desarrollar nuevos programas educativos y de intervención para hacer frente
a esta realidad", concluyen las investigadoras.
# #
#
NOTA:
Además de Zidenberg-Cherr, en el estudio colaboraron Michelle R. Neyman,
profesora de la Universidad Estatal de California en Chico; Krista Fechner,
escritora técnica de International Microcomputer Software; Jeanette
Sutherlin, Margaret Johns, Cathi
Lamp y Connie Garrett, asesoras de nutrición y ciencias de la familia y del
consumidor de Extensión Cooperativa de la Universidad de California; y Carl L.
Keen, director y profesor del departamento de Nutrición de la Universidad de
California en Davis.
/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>
- Author: Myriam Grajales-Hall
(UC)--
La explosión demográfica experimentada en todo el mundo a lo largo del siglo 20
y el aumento de población que se proyecta para el siglo 21 requieren un estudio
a fondo para lograr un balance entre la urbanización y la producción de
alimentos.
Esta
problemática es el enfoque de un artículo reciente de la revista bimensual
California Agriculture, publicada por la División de Agricultura y Recursos
Naturales, de la Universidad de California. Según un experto, el debate entre la
continua urbanización y el uso de tierras dedicadas a la producción de alimentos
requiere atención inmediata.
"¿Podremos
reunir los datos necesarios para tomar decisiones críticas acerca de los
sistemas de alimentación, antes de que ocurran daños irreparables que impidan
usar los recursos adecuados para la producción de alimentos?", cuestiona Jerry
R. Guillespie, director ejecutivo del Instituto para la Investigación de
Seguridad de Alimentos, del Departamento de Agricultura de Estados
Unidos.
"Hay
una necesidad cada vez más grande de contar con fuentes de alimentos saludables
y variados para garantizar la seguridad de alimentación en todo el mundo",
apunta Guillespie. "Al mismo tiempo, el uso de tierras y recursos naturales está
aumentando de tal manera que contamina los recursos que se necesitan para la
producción de alimentos."
Guillespie
señala que otros estudios reconocen el impacto causado por la globalización y el
aumento de población en el uso excesivo y la destrucción de ecosistemas, a tal
punto que "ya no pueden sustentar muchas de las especies de plantas y
animales".
Mediante
los avances tecnológicos se ha logrado expandir la producción agrícola para
satisfacer las necesidades alimentarias. Sin embargo, el hambre es aún un grave
problema para aproximadamente 800 millones de personas en todo el mundo. Y esto
puede atribuirse a corrupción política, políticas de manejo de tierras
inadecuadas, conflictos bélicos internos o regionales, y falta de educación para
lograr el mejor aprovechamiento de
recursos, se expone en la edición septiembre/octubre de California
Agriculture.
En
lo que se refiere al daño a ecosistemas, Guillespie indica que los científicos
calculan pérdidas colosales a lo largo de los dos últimos siglos, debido a la
intrusión humana en bióesferas de la fauna y la flora en todo el
mundo.
El
experto sostiene que, además de asegurar el abastecimiento de alimentos, debe
darse atención a la preservación de selvas tropicales y la inmensa variedad de
especies que sobreviven únicamente en ese medioambiente. De no hacerlo,
advierte, "contribuiremos a cambios climatológicos indeseables, complicando así
más aun la producción agrícola y la biodiversidad.
El
artículo señala que la extinción de especies de la fauna y la flora representan
pérdidas irreparables en el acervo genético mundial, que incluye posibles
fuentes para aumentar no sólo la producción de alimentos sino también de
medicamentos.
A
diferencia del siglo pasado, anota Guillespie, la gran mayoría de la población
en muchos países -particularmente la urbana- se ha desconectado del proceso que
involucra la producción de alimentos y no se interesa en asuntos que son
importantes en el medio rural, que cada vez se ve más reducido a causa de la
urbanización.
"En
las áreas rurales en todo el mundo, el desarrollo cultural no-urbano está
ocurriendo rápidamente", apunta Guillespie. El crecimiento urbano no sólo
incluye viviendas, sino también planteles educativos, lotes de estacionamiento,
parques y áreas de recreo, parques industriales, vías de transportación,
terminales aéreas y ferroviarias, sistemas de distribución de agua y otro tipo
de edificaciones que compiten con terrenos que antes se usaban en la
agricultura.
Aunque
esta pugna sobre el uso de la tierra puede ser tan aguda como en cualquier otra
parte del mundo, en California tiene un significado
especial.
"El
conflicto en California es particularmente notable", enfatiza Guillespie,
"debido a la alta productividad agrícola de varias de sus regiones; el
extraordinario crecimiento de población; la continua urbanización; la intensa
competitividad por recursos, como capital, agua, terrenos, desecho de
desperdicios, productos químicos, productos derivados del petróleo y
electricidad; y la diversidad de ecosistemas que incluyen la costa marina,
montañas y fértiles valles agrícolas."
Guillespie,
quien fue profesor de las facultades de medicina y medicina veterinaria de la
Universidad de California en Davis, entre 1966 y 1985, sostiene que es imperante
el diseñar y llevar a cabo estudios científicos que produzcan datos fidedignos
para encontrar soluciones a estos conflictos.
Según
él, tales estudios serían multidisciplinarios "en los que puedan medirse una
multitud de variantes y se defina sus interrelaciones". Los estudios, explica,
serían a largo plazo, costosos y requerirán el apoyo de la mayoría de los grupos
políticos importantes. "Existe la oportunidad de pasar de un nivel de gran
incertidumbre acerca del futuro de los sistemas alimentarios y el medioambiente,
a uno de mayor certeza y habilidad para predecir los riesgos e
interacciones".
El
experto afirma que Estados Unidos tiene amplios recursos científicos. Pero el
futuro de su propuesta es más incierto en lo que se refiere a voluntad política.
El no tomar acción, advierte, privaría a la sociedad de los conocimientos para
evitar el fracaso de los sistemas alimentarios y de los recursos necesarios para
su recuperación.
"Realizados
bien y oportunamente, los estudios a fondo propuestos proveerían modelos
valiosos para lograr la armonía entre los sistemas de producción de alimentos y
el medioambiente y establecería un modelo que otras regiones y naciones puedan
emular", concluyó el experto.
/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>/o:p>