Investigadores identifican indicadores clave para apoyar a compradores minoristas en la elección de productos auténticos
En años recientes el aceite de aguacate se ha convertido en una opción popular para muchas personas debido a sus beneficios a la salud del corazón y su versatilidad en la cocina. Sin embargo, no todos los aceites de aguacate en los anaqueles de las tiendas fueron creados de la misma manera. Algunos productos están etiquetados como aceite de aguacate “puro” a pesar de que contienen otros aceites o aditivos. No existen normas o normas aplicables que definan las características químicas y físicas del aceite de aguacate.
Investigadores de la Universidad de California en Davis, analizaron las muestras de 36 marcas privadas de productos de aceite de aguacate y las calificaron en base a su calidad y pureza. Las marcas privadas de productos son fabricadas por un procesador externo y vendidas bajo la marca de una tienda de abarrotes o un minorista. Los descubrimientos, publicados en el diario Food Control, muestran que un 31 por ciento de las muestras examinadas eran puras y un 36 por ciento tenían la calidad promocionada. La calidad se refiere a si el aceite es fresco o se ha deteriorado debido al paso del tiempo, calor o exposición a la luz. Para la pureza, los investigadores midieron los ácidos grasos, esteroles y otros componentes que diferencian al aceite de aguacate de otros aceites.
El estudio incluyó aceites comprados en 19 tiendas minoristas de Estados Unidos y Canadá con diferentes precios. Encontraron que los aceites más baratos tenían mayor tendencia a estar adulterados con otros aceites.
“Encontramos que los productos de bajo costo tenían mayor posibilidad de adulteración, pero un precio más alto no garantizó la pureza o calidad”, manifestó Selina Wang, profesora asociada de la Extensión Cooperativa en el Departamento de Ciencias y Tecnología Alimentarias. Ella y Hilary Green, investigadora de post doctorado en UC Davis, son las coautoras de este reporte.
Las investigadoras también identificaron ciertos indicadores químicos en el aceite de aguacate que los compradores minoristas profesionales pueden usar para tomar decisiones mejor informados cuando tienen que elegir a sus abastecedores. De esta manera, los consumidores pueden sentirse confiados sobre el producto que compran.
Este es el segundo estudio integral que realizan los investigadores de UC Davis sobre la calidad del aceite del aguacate en Estados Unidos. El primer estudio, publicado en el 2020, reveló que muchas de las muestras analizadas tenían muy mala calidad, estaban etiquetados erróneamente o adulterados con otros aceites.
“Este estudio demuestra que a pesar de que ha habido progresos en el desarrollo estándar desde nuestro primer estudio de mercado en el 2020, existen todavía problemas con la pureza en el aceite de aguacate y estos problemas se extienden significativamente a las marcas privadas”, indicó Wang.
Normas para el aceite de aguacate
Wang señaló que, desde la publicación del primer estudio de UC Davis, ha existido un esfuerzo coordinado por parte de investigadores, líderes de la industria y agencias del gobierno, para establecer normas que puedan ser aplicables. El Grupo Experto en Aceite de Aguacate fue creado en colaboración con la Sociedad Americana de Químicos del Aceite para discutir sobre los potenciales normas y proyectos de investigación futuros.
El grupo de investigación de Wang estudia la forma en la que los factores naturales como los diferentes tipos de aguacate, temporadas de cosecha, orígenes geográficos y métodos de procesamiento, pueden afectar la composición química del aceite de aguacate. Desean crear normas que se adapten a las variaciones naturales mientras se detecta cualquier adulteración.
Wang espera que los resultados del estudio contribuyan al establecimiento de normas que beneficien tanto a los consumidores como a los productores de aceite de aguacate que deseen competir en un mercado justo.
“Me siento muy optimista sobre el futuro de la industria del aceite de aguacate”, dijo Wang. “Es un producto de alto valor con una alta demanda por parte del consumidor, similar a lo que vi con el aceite de oliva hace diez años. La calidad y pureza del aceite de oliva ha mejorado significativamente y ese es el rumbo que podría tomar el aceite de aguacate, si podemos establecer normas equitativas y eliminar los productos fraudulentos”.
Adaptado al español por Leticia Irigoyen del artículo en inglés
Editado para su publicación por Ricardo Vela