Diez simples pasos para un hermoso jardín

Apr 29, 2002
DAVIS-(UC)— Un jardín casero lleno de abundantes flores y hortalizas es deseo de muchos. Para asegurar que el suyo rinda belleza para el hogar y delicias para la mesa, siga los diez pasos a continuación que recomienda Yvonne Savio, directora del programa de jardinería “Tierra en Común” de Extensión Cooperativa de la Universidad de California.

1. Elija el mejor sitio

Investigue cuál es el mejor lugar, orientación, tierra, etc., para el jardín, pues de esto depende que obtenga flores y frutos en abundancia. Aunque sólo disponga de una área pequeña, tendrá que considerar si usará contenedores o plantas de sombra y escoger la mezcla de tierra y frecuencia de riego.

2. Use tierra fértil

La tierra no sirve sólo de apoyo a las plantas; es MUY importante y determina el éxito del jardín. Si es fértil y sana, fomenta la salud de las plantas para que produzcan flores y fruta. “Alimente” la tierra con mucho compost y estiércol para que crezcan bien las raíces de las plantas.

3. Cultive plantas adecuadas al lugar

Use sólo variedades de plantas apropiadas al sitio donde se encuentra el jardín, ya sea a lo largo de la costa, tierra adentro, en las montañas o desierto. Si la descripción sobre la planta indica que debe tener mucha luz (full sun), significa un mínimo de seis horas de luz solar directa cada día, recomendación especialmente importante a lo largo de la costa ya que la humedad de la capa marina reduce la temperatura. Lejos de la costa, es posible que las plantas necesiten protección del sol de la tarde.

4. Trasplante sólo las plántulas más saludables

Considere la época del año, la profundidad a la cual trasplantarlas, el espacio a dejar entre las plántulas y la cantidad de sol o sombra que requieren. Agite cada cepellón antes de plantarlo para aflojar un poco las raíces exteriores y rasgue con el rastrillo los lados del hoyo donde lo vaya a plantar para que las raíces no se topen con tierra demasiado dura. Estimule el crecimiento de muchas raíces nuevas en plántulas de tomates (jitomates) cavando hoyos lo suficientemente profundos para que las hojas superiores apenas asomen. Así se desarrollarán raíces a lo largo de toda la parte del tallo que quede bajo la tierra.

5. Trasplante en la temporada propicia

Algunas plantas, como los pimientos, no se desarrollan bien si se trasplantan demasiado pronto.

Aunque quiera usted ser el primero en su cuadra en cosechar las hortalizas, no trasplante plántulas de cultivos de verano hasta que la tierra se haya calentado lo suficiente, a cerca de 63 grados Fahrenheit. Haga esta prueba para determinar si es el momento propicio para trasplantar: si puede quedarse sentado sobre la tierra, sin incomodarse por el frío o la dureza, ya se pueden trasplantar cultivos de verano; si no, es demasiado pronto.

6. Aproveche los enrejados

Los enrejados permiten un mejor uso del suelo disponible al reducir la distancia a mantener entre una planta y otra. Al trepar el follaje, permite la llegada de la luz del sol a lugares cercanos donde pueden crecer otras plantas. Son necesarios para sostener algunas plantas de tomate cuyo crecimiento no se detiene cuando adquieren cierta altura sino que siguen creciendo sin cesar. El enrejado evita que se desplomen.

7. Planee con anticipación

Anticipe las necesidades futuras de las plantas. Tendrá que hacer cambios en el riego de acuerdo al clima, pero siempre debe regar hasta empapar el suelo para “enseñar” a las raíces a que crezcan profundamente para obtener agua. Antes de trasplantar, enriquezca la tierra con fertilizante para dar a las plantas las mejores condiciones para su desarrollo. Aplique fertilizante por lo menos una vez durante la época de crecimiento para aumentar la producción de la fruta. Si pone en práctica estas recomendaciones, al llegar la temporada de la cosecha tendrá plantas productivas que le darán mucha satisfacción.

8. Use el fertilizante adecuado en el momento adecuado

Antes de transplantar, mezcle muy bien con la tierra en el hoyo un fertilizante completo (como el 15-15-15) al nivel donde quedarán las raíces.  Al ir creciendo las plantas, aplique un fertilizante orgánico bueno, como una emulsión de pescado. Según el producto que compre, es posible que huela mal por uno o dos días; algunos productos nuevos no son tan olorosos. Cuando empiecen a florecer los tomates, aplique fertilizante otra vez para fomentar la producción de flores y fruto.

9. Riegue de manera adecuada

Las plantas jóvenes de tomate necesitan tierra con buen drenaje para evitar que reciban demasiada agua fácilmente, a diferencia de las que ya alcanzaron su crecimiento máximo y que son casi imposibles de regar en exceso. Una planta de tomate crecida requiere varios galones de agua diariamente en clima muy caluroso. En época de calor, las plantas crecen mejor si de vez en cuando se les enjuagan las hojas (incluyendo el dorso). Los hongos y otras enfermedades pueden establecerse en sólo seis horas, por lo que debe regar las plantas con suficiente tiempo para que el follaje seque por completo antes de la puesta del sol. La tierra absorbe mejor el agua y mantiene las raíces suficientemente húmedas si el riego es lento, como se puede lograr con mangueras de goteo o con las diseñadas para empapar una zona.

10. Cubra el suelo con pajote (mulch)

Mantenga siempre sobre la tierra una capa de dos a cuatro pulgadas de materia orgánica fresca, como paja y estiércol o pajote para moderar la temperatura de la misma, retener la humedad y evitar que brote maleza. La protección será mejor entre más pequeños sean los pedazos de la materia orgánica. Sin embargo, si usa recortes frescos de césped o zacate, asegúrese de que la capa sea delgada para que no resulte impermeable y evite que penetre el agua a la tierra.

Muchas de las oficinas de Extensión Cooperativa de la Universidad de California brindan asesoría e información sobre jardinería. Comuníquese con la oficina en su condado.


By Myriam Grajales-Hall
Author - Communications Manager