SACRAMENTO - (UC)--Las festividades de fin de año se caracterizan por su alegría, buena voluntad y reuniones donde se sirven una variedad de sabrosos platillos y alimentos.
En ocasiones, después de comer, sentimos dolor estomacal o un malestar parecido a comienzos de gripe. Pero este malestar podría ser causado por haber comido alimentos en mal estado. Yvonne Nicholson, consejera de nutrición y asuntos de la familia y el consumidor con Extensión Cooperativa de la Universidad de California, responde a varias preguntas que podrían ayudarle para que usted y su familia disfruten de las cenas de fin de año, sin preocupaciones:
Al servir los alimentos al estilo cafetería o "buffet", ¿qué medidas debo tomar para que conserven su sabor y apariencia por varias horas?
Sírvalos en bandejas y recipientes pequeños, calculando lo que los invitados comerán en media hora. A medida que se vaya acabando la comida que ha servido, coloque más comida en bandejas y recipientes limpios; no agregue alimentos frescos a lo ya servido. Así se mantendrán en buen estado y evitará que se reproduzcan bacterias en los alimentos.
Use escalfadores o charolas para calentar para mantener calientes los alimentos. Ponga los fríos sobre recipientes con hielo. Evite que los alimentos estén más de dos horas en la "zona peligrosa" (a temperaturas entre 40° y 140° Fahrenheit).
Al compartir alimentos para una cena, ¿qué debo tener en cuenta al decidir lo que cada persona traerá?
Debe tener en cuenta la distancia y clase de alimentos. Quien venga desde lejos puede traer pan o galletas. Así se evita que cualquier alimento perecedero quede sin refrigeración por más de 2 horas (1 hora si la temperatura ambiente es de más de 90° F). Esta regla incluye el tiempo de elaboración para alimentos crudos o los que requieran de mayor preparación después de cocidos.
Quienes viajen media hora o menos pueden traer carnes, pollo, mariscos o productos lácteos. Los familiares más cercanos pueden proveer ensaladas, verduras y condimentos.
Los alimentos se pueden mantener calientes envolviéndolos en papel de aluminio y una toalla gruesa o llevándolos dentro de envolturas aislantes o recipientes diseñados para mantener el calor. Los fríos se conservarán en buen estado si se llevan dentro de una hielera portátil.
Ya en su hogar, coloque los alimentos fríos en el refrigerador y los calientes en el horno y manténgalos a no menos de 140° F. No espere mucho antes de servirlos.
¿Qué debo de tener en cuenta si compro platillos ya preparados para la cena?
Llévelos cuanto antes a casa. Si tiene que hacer otros mandados, pase a recoger la comida de último. Si va a tardar más de media hora en llegar a casa, lleve consigo una hielera portátil.
No deje a temperatura ambiente por más de dos horas carnes, aves, pescado, productos lácteos, pasta, arroz y verduras cocidas o frutas y verduras frescas que haya comprado. Mantenga refrigerados los alimentos fríos.
Tenga el horno caliente para que mantenga los alimentos a una temperatura interna de 140° F como mínimo. Use con regularidad un termómetro para alimentos y sírvalos antes de dos horas para mantener su sabor, apariencia y textura. De otra manera, refrigere los alimentos y vuelva a calentarlos. Almacénelos en recipientes poco profundos y con la tapa suelta para que se enfríen rápidamente en el refrigerador. Si son espesos, como estofados, puré de papa y rebanadas de carne, no rebase las 2 pulgadas de profundidad en el envase. Una vez que estén fríos, cierre muy bien la tapa.
Disfrutará de mejor calidad y correrá el menor riesgo si come los alimentos que compró ya preparados antes de uno o dos días. Vuelva a calentarlos hasta que tengan una temperatura de 165° F y les salga vapor. Es recomendable que no vuelva a guardar sobrantes después de recalentarlos.