Miembros del 4-H enseñan a sus compañeros a reconocer las señas de una relación enfermiza

Mar 24, 2003

SANTA CLARA-(UC)— La violencia doméstica afecta a personas de todas las edades y trasfondos étnicos. Con miras a lograr una reducción en este tipo de abuso, un grupo del Club 4-H de Extensión Cooperativa de la Universidad de California organizó una asamblea estudiantil para enseñar a los jóvenes las señas de peligro de maltrato en una relación antes de que termine en golpes.

 

Con participación de la asambleísta Rebecca Cohn del Distrito 24 (D-Saratoga), los estudiantes de la preparatoria Westmont High School en Campbell, cerca de San Jose, participaron en una asamblea estudiantil donde miembros del Club 4-H actuaron en escenas cortas para mostrar a sus compañeros comportamientos inadecuados entre parejas juveniles. Por medio de cartelones, los alumnos se enteraron también de las características de una relación sana, tales como el respeto, la comunicación, comprensión, confianza y sinceridad.

 

“Me crié en un entorno de violencia familiar”, compartió la asambleísta Cohn con los jóvenes. “A diario, mi padrastro le pegaba a mi madre. Fue una situación difícil y muy perturbante”, observó Cohn al dirigir sus comentarios a más de 1,000 estudiantes.

 

“Me tomó más de 15 años compartirlo con alguien más. Esa persona fue una maestra de artes dramáticas en preparatoria, quien me escuchó y ofreció su apoyo. Es por ella que hoy estoy ante ustedes”, dijo Cohn, su voz temblorosa de emoción.

 

El comité de liderazgo del Club 4-H en El Sereno organizó la actuación de algunos jóvenes, incluso miembros del 4-H, en tres escenas cortas para mostrar a sus compañeros ejemplos muy claros de relaciones ya encaminadas por un sendero destructivo.

 

En la primera escena, un muchacho y su novia hablan por teléfono.

“¿Así que prefieres a Cuco antes que a mí?” pregunta la chica llena de indignación cuando su novio le dice que tiene que ayudar a un amigo esa tarde en vez de visitarla. Al final de la conversación, ella termina pidiéndole que escoja entre su amigo y su amor.

 

En otra escena, un muchacho critica en voz alta el largo de la falda de su novia frente a otras personas. La pareja se enoja e intercambian insultos, acabando él por empujarla con fuerza contra el tablero del auto y culpándola a ella de haberlo hecho llegar a tal extremo al sacarlo de sus casillas.

 

Margo Lang, Julisia Banach y Jennifer Ku fueron las tres jóvenes, miembros del 4-H, que organizaron la asamblea estudiantil. Explican que la lección que deben aprender los jóvenes es que tratar de controlar a otra persona o ser controlado son señas de una relación que va a terminar mal.

 

Estas jovencitas participaron en junio del año pasado en el programa del 4-H “California Focus” (Enfoque en California) en Sacramento, y fue allí donde conocieron a la asambleísta Cohn y se enteraron de su compromiso de proteger a la población de la violencia doméstica. Decidieron allí mismo que educar a otros jóvenes acerca del tema sería el plan que pondrían en práctica como resultado de su participación.

 

“Las chicas ni siquiera sabían lo que era la violencia doméstica antes de ir a Sacramento a conocer a sus legisladores”, precisa Deborah Lang, madre de Margo y líder de su grupo 4-H.


“En la escuela les enseñan acerca de las enfermedades transmitidas sexualmente, el SIDA,
el alcoholismo y abuso de las drogas; pero nadie les dice cómo llevarse bien en una relación”.

Gracias a la oficina de la asambleísta, las muchachas obtuvieron los guiones para las escenas de la organización Next Door Solutions to Domestic Violence. Se pusieron en contacto con numerosas agencias que ofrecen apoyo a personas en relaciones abusivas y prepararon un volante para que todos sus compañeros de preparatoria supieran a quién acudir si necesitan de su ayuda.

 

Lang, Banach y Ku piensan presentar la asamblea a estudiantes en otras preparatorias cercanas y preparar un juego de materiales educativos e instrucciones para que equipos de jóvenes y adultos puedan presentar programas educativos acerca de la violencia doméstica en sus propias preparatorias y comunidades.

La asamblea tuvo una duración de una hora y, según comenta la madre de Lang, “fue un reto prepararla, pero para los jóvenes del 4-H, no es obstáculo el que algo sea difícil”.

 

Artículo en inglés


By Myriam Grajales-Hall
Author - Communications Manager