RIVERSIDE-(UC)--
La
mayoría de las personas tienen ideas erróneas sobre los incendios. Además, como
no se imaginan que podrían quedar atrapadas en uno, no están preparadas para
hacer frente a tal emergencia.
Las llamas se propagan tan rápidamente que en 2 minutos, una simple
flama puede esparcirse por la habitación donde empezó el fuego. En 3 minutos,
todo lo que hay en una habitación puede calentarse tanto que puede estallar en
llamas. En 5 minutos, una casa puede estar completamente en llamas.
El calor de un incendio es tanto que puede ser peor que las mismas
llamas. A nivel del piso, la temperatura puede ser de 90 grados Fahrenheit, pero
puede aumentar en solamente 5 minutos a más de 600° F a unos 5 pies de altura
del piso, y a 1.000° F a nivel del techo o cielo raso. Temperaturas como estas
pueden quemar los pulmones, sofocar la respiración y fundir la ropa a la piel.
A pesar que las flamas son brillantes, el humo hace que todo se
vuelva tan oscuro que no se puede ver. El humo y los gases que se producen
durante un incendio son responsables de más muertes que las mismas llamas.
Respirar estos gases, aunque sea en cantidades pequeñas, puede provocar
desorientación y modorra. La inconsciencia y la muerte pueden ocurrir en
minutos.
Según los especialistas de Extensión Cooperativa de la Universidad de
California, muchas personas creen que están seguros con sólo tener detectores de
humo. Pero algo igual de importante
es tener un plan de acción para saber qué hacer si suena la alarma de algún
detector, especialmente porque la mayoría de las muertes por fuego ocurren
cuando las personas están dormidas, entre la media noche y las 6 de la mañana.
La rapidez es esencial para sobrevivir un incendio. Cuando suena la
alarma de fuego, no hay tiempo de buscar las cosas de valor, llamar por teléfono
o hacer cualquier otra cosa. Hay que sacar a todos de la casa lo antes posible.
Para lograrlo sin contratiempos, los especialistas de la Extensión Cooperativa
recomiendan:
·
Practicar cada dos meses lo que ha de hacerse en caso de
incendio.
·
Asegurarse que todas las personas que viven en la casa participen en
el simulacro.
·
Tener por lo menos dos salidas de cada habitación en la
casa.
·
Enseñar a los niños a no esconderse bajo las camas ni en los armarios
ni a regresar a la casa después de lograr salir.
·
Cambiar las baterías de los detectores de humo cada seis meses al
hacer el cambio de horario en la primavera y en el otoño.
Las especialistas recomiendan también que se tengan en cuenta las
siguientes precauciones:
·
Mantenga las puertas de los dormitorios cerradas durante la noche,
para ayudar a retardar el paso del
fuego y del humo. Si hay humo en la habitación, agáchese y deslícese cerca del
suelo hasta llegar a la puerta.
·
Con el dorso de la mano, toque la puerta en el lugar más alto que
pueda. Si no se siente caliente, ábrala un poco para ver si hay
humo.
·
Si no hay humo, salga por la salida usual. Haga la misma prueba con
cada puerta antes de abrirla. Cierre todas las puertas detrás de usted, conforme
avance para salir de la casa.
·
Vaya directamente al lugar seleccionado por anticipado a reunirse con
los demás miembros de su familia. Una vez fuera, no vuelva a entrar a la
vivienda.
·
Si la puerta de la habitación está caliente al tocarla, salga por
otra salida alterna.
·
Tape las ranuras alrededor de la puerta con alfombras o toallas para
evitar que entre el humo.
·
Si hay humo en la habitación, abra la ventana un poco, pero solamente
si no entra más humo desde afuera. Pida ayuda.
· Si su ropa se incendia, no corra. Deténgase donde esté, déjese caer al piso y ruede para apagar las llamas.
Como con cualquier desastre, más vale prevenir que lamentar. No espere a que sea demasiado tarde. Prepare un plan contra incendios y póngalo en práctica hoy mismo.