DAVIS –
(UC) - Investigadores
de la Universidad de California estudiarán por un período de cuatro años las
labores de cosecha de árboles frutales con la meta de establecer pautas para
reducir las lesiones típicas de esas actividades.
El
estudio, subsidiado por el Instituto Nacional para la Seguridad y Salud Laboral
(NIOSH, sigla en inglés), estará a cargo de John Miles, director del Centro de
Investigación de Ergonomía Agrícola de la UC en Davis. El estudio se enfocará
primordialmente en las lesiones que resultan de la cosecha de fruta que requiere
el uso de escaleras.
Aunque se
han documentado ampliamente las lesiones que resultan de caídas de escaleras en
la pizca de huertos, el efecto a largo plazo de subir y bajar constantemente,
llevando cargas usualmente demasiado pesadas, no ha recibido la atención
necesaria para reducir lesiones menos obvias, según
Miles.
“Particularmente las lesiones acumulativas, las que no aparecen
instantáneamente; no una caída o fractura de brazos sino las del tipo que surgen
con el tiempo, que suelen manifestarse inicialmente como un músculo adolorido,
dolor de espalda pero que conducen quizás a lesiones persistentes”, explicó el
catedrático de ingeniería agrícola y biológica.
Se calcula
que en California anualmente ocurren unas 26,000 lesiones que resultan en
incapacidad laboral, la mayoría por lastimaduras musculares, usualmente causadas
por la prisa y el cansancio.
Miles y
sus colegas han tenido éxito en reducir lesiones entre cosechadores en cultivos
de uvas y fresas implementando el uso de bandejas más pequeñas. Con ello
evitaron que los trabajadores lleven demasiada carga al sitio de recolección en
los campos. Asimismo, demostraron la importancia que los descansos periódicos
tienen en reducir accidentes laborales.
“Sólo uno
o dos minutos de suspender la actividad para estirar y relajar el cuerpo un poco
nos da tiempo para que nuestro cuerpo se recupere y podamos seguir trabajando”,
sostiene Miles.
Miles hizo
notar que usualmente el pago de pizcadores depende de la cantidad de fruta que
cosechan y por lo tanto muchos son reacios a tomar descansos de manera
individual. En el proyecto de cosecha de fresas él implementó el uso de un
silbato para marcar el momento de descanso.
“Los
trabajadores de la cuadrilla realmente no querían parar hasta que todos lo
hicieran porque temían que, si lo hacían, los otros iban a tomar ventaja y cosas
por el estilo”, señaló el investigador. “Tuvimos que usar un silbato para que
todos pararan. Y dos minutos después, hacer sonar el silbato otra vez para
reanudar las labores”.
Según
Miles, esa y otras medidas de seguridad podrían ayudar a proteger a los
trabajadores y prolongar su vida laboral en la
agricultura.
“Las
consecuencias a largo plazo son muy claras: incapacidades permanentes. Si va uno
a los campos notará que la mayoría de los trabajadores son jóvenes. Y se pregunta uno: ¿Dónde están los
trabajadores viejos? Bueno, pues tuvieron que encontrar otro empleo o andan por
ahí con una lesión permanente y muchos de ellos ya no pueden trabajar del todo”,
aseveró.
Los
investigadores estudiarán 12 cultivos de fruta de árbol, especialmente los
huertos de cítricos en la parte central y sur del estado. En el primer año, se
documentarán y analizarán riesgos específicos de lesiones. En años subsecuentes
se desarrollarán e implementarán estrategias para reducir las lesiones,
conjuntamente con trabajadores y agricultores. El último año se analizarán las
causas y soluciones identificadas en todos los cultivos incluidos en el
estudio.
En el 2001, el año con cifras más recientes en ese ramo industrial, la fruticultura generó más de $1,600 millones para la agricultura de California. La fruticultura californiana tradicionalmente se ha mantenido en los dos primeros sitios en producción a nivel nacional y emplea anualmente a decenas de miles de trabajadores.