DAVIS -
(UC)— La enfermedad de
Newcastle y la influenza aviar, dos enfermedades mortales para las aves, son
motivo de preocupación para productores de aves en todo el mundo, y en
particular para la industria avícola de California. En respuesta a esta
situación, la Extensión Cooperativa de la Universidad de California ha ampliado
su programa voluntario de salud para aves de corral para incluir también a
quienes crían gallos de pelea, un sector que hasta ahora se había ignorado.
Hay quienes consideran
responsables a los gallos de pelea del brote de la enfermedad de Newcastle en el
sur de California en el 2003. A pesar de que Francine Bradley, especialista
avícola de Extensión Cooperativa de la UC dijo no considerar que los gallos de
pelea fueran responsables de la introducción de esta enfermedad en el estado, el
gobierno se dio cuenta de la importancia de ofrecer educación acerca de la salud
avícola a dueños de todo tipo de aves en California.
“Nuestro cruce de entrada a
los EE.UU. en Chula Vista es el más concurrido del mundo”, apunta Bradley. “En
México, donde la enfermedad de Newcastle es endémica, las gallinas con
frecuencia andan libremente. Las probabilidades estadísticas indican que es muy
probable que turistas paseándose por calles mexicanas se contagiaron con esta
enfermedad y, al regresar, estuvieron en su patio trasero donde crían unos
cuantos pollos”.
En realidad, comenta
Bradley, las primeras aves en las que se aisló el virus de Newcastle en la
primavera del 2002 fueron cinco periquitos australianos de cuello anulado.
Precisó que los productores de gallos de pelea se ofendieron por haberse dicho
que el comercio de gallos de pelea con México y la falta de cuidado de los
mismos causó el costoso brote.
“Mis clientes quienes crían
aves de pelea estaban muy molestos por estas críticas”, dijo Bradley. “Hay
muchos productores responsables que se dedican a la cría de gallos de pelea. Las
aves se venden por $1,000 a $10,000 cada una. Los productores han hecho grandes
inversiones financieras y tienen mucho aprecio por sus
aves”.
El Departamento de
Agricultura de los Estados Unidos calcula que el brote de la enfermedad de
Newcastle en el 2003 le costó a la industria avícola de California $167 millones
en pérdidas de exportaciones a países que no aceptan productos avícolas de zonas
afectadas por la enfermedad de Newcastle. El estado cubrió los gastos
relacionados a la contención de la enfermedad y la despoblación de granjas donde
se encontraron aves infectadas. La cuarentena comercial impuesta en California
se levantó en septiembre del 2003.
Otra posible amenaza a la
industria avícola es la influenza aviar. A diferencia de la enfermedad de
Newcastle, la influenza aviar representa un riesgo para la salud humana. Según
los Centros de Control de Enfermedades de los EE.UU., recientemente se han
reportado brotes de influenza aviar en varios países. En Vietnam y Tailandia,
brotes de la influenza aviar H5N1 se vincularon con enfermedad y muerte entre la
población. En los EE.UU., otros virus de influenza aviar han causado brotes
entre aves de corral mas no enfermedades a humanos. En noviembre del 2003, se
documentó un caso de infección humana con el virus de la gripe H7N2 de origen
desconocido.
Bradley considera que
ofrecer entrenamiento a criadores de gallos de pelea con el objetivo de evitar y
vigilar la presencia de éstas y otras devastadoras enfermedades de aves de
corral es un servicio muy importante a la industria y al
estado.
“Existe un incentivo de
mercadeo para los productores de gallos de pelea”, subraya Bradley. “Cuando
terminan el programa de entrenamiento, se les otorga la certificación y les
sugerimos que mencionen este dato en sus promociones publicitarias”.
La cría de gallos de pelea
es un pasatiempo popular, especialmente entre grupos étnicos originarios de
países donde la pelea de gallos es legal, como en México, Filipinas y Vietnam.
Las peleas de gallos han sido descritas como el deporte para espectadores más
antiguo de la civilización, con orígenes que se remontan a 10,000 años en el
sureste de Asia.
Los grupos a favor del
bienestar de los animales han expresado su oposición a esta costumbre desde hace
mucho tiempo. Aunque la pelea de gallos fuera anteriormente popular en los
Estados Unidos y se reporta que los George Washington, Thomas Jefferson y Andrew
Jackson criaron gallos de pelea y participaron en el deporte, es ahora ilegal en
casi toda la nación, incluso en California.
Sin embargo, la cría de
gallos de pelea no es ilegal. Algunos entusiastas crían a los gallos simplemente
como pasatiempo o para exhibirlos. Además, aunque las peleas de gallos se han
considerado un delito desde hace décadas, todavía se ven en
California.
“Es necesario que
conozcamos las condiciones de salud de esas aves”, apunta Bradley.
La Extensión Cooperativa de
la UC y el Departamento de Alimentos y Agricultura de California diseñaron el
Programa de Salud para Gallos de Pelea (Game Fowl Health Assurance
Program) y ofrecen una serie de sesiones de entrenamiento por todo el
estado. Los dueños de gallos de pelea aprenden estrategias comprobadas
científicamente acerca de cómo evitar contagios, vigilar la salud de las aves e
implementar un plan de vacunación adecuado.
En los entrenamientos, los
instructores también comparten información sobre recursos disponibles. Por
ejemplo, el programa estatal de diagnósticos de laboratorios que ofrece
servicios gratuitos para toda persona que cría gallinas y gallos en California.
Es un requisito que todo productor que reciba su certificación envíe muestras de
cultivo de aves y aves enteras a los laboratorios de
diagnóstico.
“Esta es una buena manera
de contar con vigilancia por todo el estado”, comenta Bradley. “Esperamos no
encontrar la enfermedad de Newcastle o la influenza aviar, pero hay muchas otras
enfermedades que se presentan en bandadas pequeñas. Este programa nos brinda la
oportunidad de quedar advertidos sin demora”, precisa. Las grandes compañías
comerciales productoras de aves de corral en California comparten también el
deseo de que todas las aves en California estén sanas.
Los programas de
entrenamiento se ofrecen tanto en español como en inglés por todo el estado.
Para más información, comuníquese con la asistente de Bradley, Jeri Hansen, al
1-530-752-9040.