En el verano, cuando aumentan las temperaturas, es más difícil mantener un nivel elevado de producción de leche puesto que las vacas coman menos, la produci´´on de leche baja en un 10 al 15%, según Jerry Higginbotham, asesor de granjas lecheras de Extensión Cooperativa de la Universidad de California.
Esto preocupa mucho a los dueños de lecherías, cuya industria en el 2005 produjo $5.37 mil millones de leche y crema, siendo el principal producto agrícola de California. Al paso de los años, los operadores de lecherías han trabajado con científicos de la UC para desarrollar métodos para mantener frescas a las vacas, manteniéndolas más cómodas y productivas durante los calurosos meses del verano.
“El humedecerla con rociadores y soplarles aire para evaporar la humedad enfría a las vacas igual que cuando las personas se sumergen en piscinas y se refrescan con una brisa veraniega”, apunta Higginbotham.
Las temperaturas superiores a los 100 grados son comunes en las zonas de California donde se encuentran la mayoría de las lecherías: el Valle de San Joaquín, el Valle de Coachella y el Valle de Sacramento. A los 85 grados, las vacas ya empiezan a sentir malestar por el calor. Cuando las temperaturas alcanzan 100 grados, “las vacas estarán jadeando y con la lengua colgada fuera de la boca”, observa Higginbotham. “Al igual que los humanos, están incómodas cuando hace mucho calor”.