MODESTO-(UC)— Las heladas temperaturas que recientemente afectaron a muchos lugares en California han dañado árboles cítricos y otras plantas subtropicales sensibles a las heladas. No se sabrá por unos meses el alcance de los daños, y es por esto que Ed Perry, asesor agrícola de Extensión Cooperativa de la Universidad de California, recomienda esperar hasta la primavera antes de podar o quitar plantas y árboles dañados.
El daño que puede causar una helada a las plantas depende de varios factores, incluso la especie, edad, estado de salud, humedad del suelo y lugar en que se encuentren. Las heladas dañan las plantas al causar la formación de cristales de hielo en las células de las plantas, limitando así el agua disponible para los tejidos e interrumpiendo el flujo de líquidos. Las hojas dañadas por una helada parecen estar llenas de agua, se marchitan y toman un color pardo oscuro o negro. Las heladas pueden matar a los árboles jóvenes y delicados que no tengan protección. Sin embargo, es inusual que una helada mate árboles maduros en California.
“Aunque se sienta inclinado a podar las ramas dañadas de inmediato, es mejor esperar hasta la primavera, cuando los brotes nuevos mostrarán qué tan extenso es el daño”, apunta Perry. “Se debe siempre dejar pasar suficiente tiempo para que salgan brotes y así definir claramente el daño. Con frecuencia, el resultado de podar antes de tiempo es que se dejan ramas que tal vez continúen muriéndose y se podan ramas que podrían recuperarse”.
Si la helada mató un árbol cítrico de uno o dos años casi hasta el nivel del suelo, es importante ver si la madera muerta se extiende debajo de la unión de la yema. Esto se determina mejor en abril o aun después.
“Si sólo sobreviven las raíces y se recuperan, es probable que el árbol resulte no ser productivo en vez del árbol de cítricos que había plantado originalmente. En ese caso, se debe reemplazar el árbol”, apunta Perry. “Si hay suficiente madera viva por arriba de la unión de la yema para que salga un buen brote, se desarrollará un tronco nuevo”.
El único tratamiento que debe aplicarse sin demora a los árboles después de una helada es pintarlos de blanco, indica Ben Faber, asesor de huertas de cítricos de Extensión Cooperativa de la Universidad de California en el condado de Ventura.
“Con frecuencia, el peor daño después de una helada ocurre cuando el sol quema las ramas y ramitas que han perdido su follaje”, precisa Faber. “Si un árbol ha perdido sus hojas, pinte o rocíe la corteza para protegerla del sol con pintura latex blanca diluida con agua”.
La fruta de los cítricos con frecuencia resulta dañada por una helada. A las pocas horas de que se presentan temperaturas extremadamente bajas, se forman cristales de hielo dentro de las vesículas de jugo, haciendo que se abran. Esto causa la pérdida de agua y la fruta se reseca. La fruta dañada por una helada debe consumirse sin demora, pues se deteriora rápidamente y puede pudrirse. El deterioro de fruta dañada por una helada generalmente se presenta desde los pocos días hasta un par de semanas, dependiendo de las condiciones de almacenaje.
“Coseche toda la fruta dañada por la helada lo antes posible”, recomienda Perry. “Eso reducirá algo del estrés que sufre un árbol debilitado y le permitirá usar la fruta antes de que se eche a perder por completo”.
Es importante también reducir o evitar la aplicación de fertilizantes de nitrógeno a los árboles cítricos que hayan sufrido mucho daño; y hay que regarlos con cuidado.
“Los árboles afectados por una helada han perdido su equilibrio interno. Tienen la misma cantidad de raíces que antes para suplir un árbol que ahora cuenta con un follaje muy reducido”, precisa Perry. “El resultado es una tremenda cantidad de brotes por todo el tronco y ramas que no fueron dañadas. Es mejor que los brotes nuevos se desarrollen a un paso moderado”.
Los especialistas de la UC indican que el uso de un fertilizante de nitrógeno de acción rápida puede estimular cantidades excesivas de brotes adventicios y chupones, lo que hace más difícil dar forma al árbol. El riego excesivo puede dañar las raíces y fomentar el desarrollo de organismos que las pudran. El riego debe ser menos frecuente y en cantidades menores hasta que los árboles hayan recobrado su follaje normal.