Estudio apoya el consumo de pescado durante el embarazo

Nov 17, 2016

Adaptado al español por Leticia Irigoyen.

Contrario a lo que se pensaba antes, un nuevo estudio apoya la teoría de que los efectos adversos causados por una baja exposición al mercurio al consumir de pescado durante el embarazo podrían superar los efectos benéficos del pescado.

El estudio, realizado por Kim Yolton, investigadora del Hospital Infantil del Centro Médico de Cincinnati y citado por Sheri Zindenberg-Cherr, especialista del Departamento de Nutrición de la Universidad de California en Davis en la publicación Nutrition Perspectives, encontró muy poca evidencia de que el consumo de pescado que tienen bajo nivel de mercurio podría ser dañino para los neonatos.

English Summary

A new study supports the theory that the detrimental effects of low-level exposure to mercury may be outweighed by the beneficial effects of fish consumption.

De hecho, los bebés de madres que han estado expuestas a niveles más altos de mercurio por consumir pescado durante el embarazo mostraron mayor atención y requirieron menos cuidado especial durante el examen de recién nacidos. De acuerdo con los investigadores, esto probablemente se debe a los efectos nutritivos del pescado.

“Los mejores resultados en el neurocomportamiento observados en los infantes con biomarcadores de mercurio no debe interpretarse como un efecto benéfico de la exposición al mercurio, que es claramente neurotóxico”, advierte Yolton, “Eso probablemente refleja los beneficios de los ácidos grasos poliinsaturados que también provienen del pescado y los cuales han demostrado ser benéficos para la atención, memoria y otras áreas del desarrollo infantil. En nuestro estudio, la exposición al mercurio era muy baja y principalmente por el consumo de pescado, así que los efectos nocivos podrían haber sido superados por los beneficios nutritivos del pescado”.

Los resultados del estudio fueron publicados a principio de año en la edición de Neurotoxicology and Teratology.

Los investigadores del estudio evaluaron la conducta neurológica de 344 bebés de cinco semanas de nacidos usando una escala neuroconductal estándar. La exposición al mercurio se midió usando la sangre materna y la sangre del cordón umbilical. Los investigadores obtuvieron información sobre el consumo de pescado de las madres y calcularon la cantidad de ácidos grasos poliinsaturados en base al tipo y la cantidad de pescado consumido.

Un 84 por ciento de las madres reportaron haber comido pescado durante su embarazo, pero solo en promedio de dos onzas por semana. Aquellos bebés que fueron expuestos al mercurio durante su gestación mostraron reflejos asimétricos o disparejos. Pero cuando se tomó en cuenta el consumo de pescado, los bebés cuyas madres comieron más pescado, tuvieron mejor atención y requirieron menos cuidado especial.

En el 2014, la Administración de Medicamentos y Alimentos y la Agencia de Protección Ambiental actualizaron sus recomendaciones para alentar a las madres a comer más pescado (de 8 a 13 onzas por semana) de lo que se había aconsejado previamente y a seleccionar pescado con los niveles más bajos de mercurio tales como salmón, camarón, carbonero (pollock), atún enlatado light, tilapia o mojarra, bagre y bacalao. Por otra parte, sugirieron evitar el consumo de pescados como azulejo, tiburón, pez espada y macarela. 

“Lo importante es que las mujeres recuerden que el pescado les ofrece cualidades nutritivas excelentes que pueden beneficiar a un bebé o niño pequeño en desarrollo, indicó Yolton. “Las mamás solo tienen que ser cuidadosas sobre qué tipo de pescado comen ellas o sus hijos”.

Una iniciativa para mantener y mejorar la salud de comunidades y familias es parte de la Visión Estratégica 2025 (Strategic Vision 2025) de la División de Agricultura y Recursos Naturales de la UC.


By Lisa Rawleigh
Author - Administrative Assistant III