La Extensión Cooperativa ha unido sus esfuerzos a los del ejército y fuerza aérea norteamericanos para ayudar a disminuir el posible efecto negativo de mudarse de un lugar a otro en niños de soldados, oficiales y civiles desplazados por todo el mundo.
Los niños sacrifican la seguridad de lo conocido al tener que mudarse en el momento y al lugar donde se requiera el servicio de sus padres. Los niños encaran, además, separaciones largas cuando sus padres son enviados a lugares distantes y posiblemente peligrosos, y viven frecuentemente con miedo y ansiedad.
Pero hay algo que les brinda consuelo y seguridad: no importa a que rincón del mundo lleguen estos pequeños viajeros, encontrarán su programa 4-H. El ejército ha decidido asegurar la presencia de un club comunitario 4-H en cada base para que ofrezca programas en fotografía, civismo, tecnología y las bellas artes. La fuerza aérea también ofrecerá varios programas 4-H.
La coordinadora del programa en las bases militares en California es Christine Duchene, consejera en desarrollo juvenil con el Programa 4-H de Extensión Cooperativa de la Universidad de California. Duchene recibió una subvención de $30,000 del Departamento de Agricultura de los EE.UU. para cubrir los gastos asociados al programa durante el año en curso, incluso gastos de viajes.
Ya hay programas establecidos en Fort Irwin, el Presidio de Monterey y el Sierra Army Depot. Hay también jóvenes registrándose en clubes 4-H en las bases aéreas de Beale, Edwards, Los Angeles, Onizuka, Travis y Vandenberg. El personal de Servicios a Niños y Jóvenes, tanto del ejército como de la fuerza aérea, coordina los programas 4-H.
En Fort Irwin, un centro nacional de entrenamiento en el desierto de Mojave, cada miércoles es Día de Clubes 4-H, según reporta Lynne Glindemann, especialista en entrenamiento y programación con el programa de Servicios a Niños y Jóvenes de Fort Irwin. Agrega que es común que 50 a 70 por ciento de los participantes en el programa juvenil del ejército se muden cada año. El ofrecer programas como éste, que brindan consistencia, permite que los niños se integren a su nuevo ambiente rápidamente.
“Las mudanzas frecuentes hacen más adaptables a los niños. Aprenden a entablar amistades y a socializar”, precisa Glindemann. “El ofrecer los mismos programas de una base militar a otra les ayuda a mantener la misma rutina de actividades dondequiera que vayan”.
Como parte del
programa 4-H, los jóvenes tienen y mantienen un “libro de registros”, que
incluye tanto formularios como hojas en las cuales llevar un diario. Cada
miembro del 4-H lleva un registro de las juntas a las que asistió, temas que se
trataron, participación en actividades y logros, entre otras cosas. Cada año se
agregan secciones nuevas al libro. Los miembros del 4-H llevan consigo sus
avances y logros cuando entran a clubes nuevos.
Los niños y jóvenes pueden así también expandir sus conocimientos sobre los cuatro proyectos que el ejército requiere en todas las bases militares:
El programa de bellas
artes tiene como enfoque tanto
las artes visuales como las dramáticas e incluye participación en exhibiciones
locales del 4-H así como en la Exhibición de Bellas Artes de los clubes Boys
and Girls Clubs of America.
- El programa de
fotografía enseña a los miembros el
uso de cámaras tanto digitales como de rollo de 35mm e incluye la
participación en varios concursos de fotografía.
- El programa de
tecnología se lleva a cabo junto
con los laboratorios de computación del departamento de Servicios a Niños y
Jóvenes y el Esfuerzo de Liderazgo Tecnológico Juvenil Nacional del
4-H.
- El programa de
responsabilidad cívica combina cuestiones
cívicas locales, estatales y nacionales, junto con oportunidades de servicio
comunitario a través del departamento de Servicios a Niños y
Jóvenes.
- Otros proyectos
4-H tienen su base en los
intereses de los jóvenes de la comunidad local para complementar los proyectos
citados.
Fueron varias las razones que motivaron al ejercito a unirse al 4-H de Extensión Cooperativa. Entre ellas el que el 4-H es un programa educativo de desarrollo juvenil efectivo, reconocido en el ámbito nacional, y cuya estrategia de desarrollo juvenil va de acuerdo con la del ejército. También se citó el hecho de que el 4-H cuenta con una infraestructura bien establecida a nivel local, de condado, estatal y nacional.
“El representante del 4-H siempre está cerca y responde con sólo llamarle por teléfono”, apunta Glindemann. “Nos han dado su apoyo completo”.
Durante el 2004, Duchene y la representante del programa 4-H del condado de San Bernardino, Cheryl Eggleston, visitarán todas las bases militares del ejército y la fuerza aérea en California para brindar entrenamiento y compartir el currículum del 4-H con los coordinadores del departamento de Servicios a Niños y Jóvenes.
Contacto para los medios: Christine Duchene, Programa 4-H, (909) 387-2181, caduchene@ucdavis.edu