¿Qué es lo que dicen los estudios? Varios estudiantes de la Universidad Cornell participaron en un estudio en el que se les proporcionó una aplicación para teléfono celular y se les pidió que tomaran fotografías de cualquier cosa que hicieran o no hicieran que pudiera ser considerada como algo bueno (como subir por las escaleras) o algo malo (comprar comida a un restaurante de comida rápida a altas horas de la noche). Ellos subieron estas fotografías a la aplicación móvil y las calificaron de acuerdo con grado de sanidad. Se les pidió que hicieran esto por lo menos cinco veces al día. Todos podían ver sus entradas previas y una porción de los participantes podía ver entradas enviadas por sus compañeros. La mayoría de los participantes reportaron al final del estudio un incremento en su nivel de consciencia sobre lo saludable y en su auto control, particularmente entre el grupo que podía ver las fotografías tomadas por sus compañeros. El estudio sólo duró dos semanas y no llevó a ningún cambio real de conducta, pero los investigadores creen que existe el potencial para un cambio más significante después de un uso más prolongado de la aplicación.
Tomando el asunto en mis propias manos… Armada de un teléfono inteligente y algunas bolsas reusables, me dirigí a mi tienda local de abarrotes para conducir mi propio experimento de compra de alimentos. Antes de llegar allí, descargué algunas aplicaciones gratuitas a mi iPhone que pensé que me podrían ser útiles en esta expedición de compras.
Ya que ahorrar dinero en la compra de alimentos se encuentra muy arriba de mi lista de prioridades, descargué la aplicación Food on the Table (Comida en la mesa) que promete ayudarle a planear mejor sus comidas y ahorrar dinero. Después de llenar un pequeño perfil, la aplicación me ayudó, en pocos minutos, a planear una comida, organizar una lista para el supermercado y tomar ventaja de cupones de descuento disponibles en la tienda. Me decidí por la receta de enchiladas de calabaza (butternut) y frijoles negros, y navegué por la tienda de abarrotes con mi celular en mano para encontrar todos los ingredientes necesarios. Mientras examinaba detenidamente la sección de tortillas, hice uso de otra aplicación que descargué, Shop Well (Compre inteligentemente) para que me ayudara a elegir la opción más saludable entre la multitud de tortillas disponibles en la tienda de abarrotes. Con esta aplicación pude escanear las barras de códigos de varios paquetes de tortillas, dándome una calificación personalizada de cada producto en base a un perfil que llené previamente (con mis objetivos de salud y condiciones médicas). Un paquete de tortillas correspondía “medianamente” con mi perfil. La aplicación sugirió otro tipo de tortilla que correspondía mejor con mis objetivos. Mientras tanto, la aplicación Food on the Table me informaba de una marca de tortillas que estaba en oferta ese día en particular. Por supuesto no eran las mismas, así que opté por el producto más saludable en lugar del que estaba en venta, porque la diferencia en precios era mínima.
Luego use la aplicación Lose It! (Piérdelo!) para mantener un registro de lo que como y determinar la cantidad de calorías en mis comidas. Escribí cada ingrediente de la receta y me dio un conteo de calorías y un desglose de los nutrientes de la comida que estaba a punto de comer. Admito, fue un poco tedioso, pero un gran proceso que me hizo realmente pensar sobre lo que estaba a punto de comer. Si continúo usando esta aplicación, de seguro que lo pensaré dos veces la próxima vez que me decida por una gran comilona o botana.
La comida que elegí preparar resultó ser más picosa para mi gusto (¡ojalá la aplicación clasificara las comidas en base a su nivel de picante!). A pesar de este desafortunado revés, el proceso fue educativo – y me atrevo a decir, ¿DIVERTIDO? Es poco probable que regrese a la tienda y use mi teléfono para escanear productos para identificar las opciones saludables (es mucho más fácil usar conocimientos básicos sobre nutrición para hacer estas elecciones – que la mitad de sus granos sean integrales, elegir alimentos bajos en grasas saturadas, comer más frutas y vegetales, etc., etc.). Pero definitivamente me encantó la aplicación que ayuda a planear las comidas y me complace poder contar con nuevas ideas de recetas al alcance de las manos (aunque mi primera opción me decepcionó un poco).
Si usted se puso la meta de Año Nuevo de comer más sano, hacer más ejercicio y posiblemente perder peso, entonces, ¿por qué no probar una de las muchas aplicaciones móviles que existen? Algo aún mejor, involucre a sus amigos y familiares y juntos descarguen aplicaciones que les permitan motivarse unos a otros a lograr sus metas. Con toda esta tecnología al alcance de sus manos, ¡comer más inteligentemente pudiera haberse vuelto más fácil!