Los incendios recientes han dejado laderas y colinas quemadas, sin vegetación y expuestas a deslaves y erosión. La falta de vegetación y raíces en buen estado deja suelta la tierra. Al llegar las lluvias, aumenta la posibilidad de inundaciones y desprendimientos de lodo y escombros. Los especialistas de Extensión Cooperativa de la Universidad de California recomiendan que se prepare un plan de acción para minimizar lesiones y daño a la propiedad a causa de las lluvias.
Es muy importante que considere seriamente el riesgo que presentan los aludes de lodo. Estos ríos de escombros generalmente fluyen a una velocidad de más 10 millas por hora, cubriendo un tramo de 25 yardas en aproximadamente 5 segundos. No es inusual que se desplacen a 20 millas por hora y, en contadas ocasiones, se han registrado flujos a velocidades mayores a las 100 millas por hora.
Un alud de lodo y escombros puede causar daños serios o destruir viviendas; y sus ocupantes pueden sufrir lesiones graves o hasta perder sus vidas.
Un alud de lodo puede surgir repentinamente en cualquier colina saturada de agua si llueve lo suficiente. Con frecuencia, se presentan sin previo aviso en zonas donde nunca antes habían sucedido.
El flujo de las corrientes de lodo y escombros pueden desviarse también por medio de costales con arena o zanjas. Los costales de arena sirven para desviar el agua lejos de la propiedad, mas no evitan por completo el paso de la misma. Use arena o tierra para llenar los costales sólo hasta la mitad. Para apilarlos, doble el sobrante del costal hacia abajo y colóquelo en el piso o tierra. Haga una hilera con los costales. Luego coloque más costales encima de tal manera que queden escalonados, como si estuviera colocando ladrillos para hacer un muro. Prosiga con la tercera hilera. No coloque más de tres costales uno sobre otro a menos que estén contra una estructura o los coloque en forma de pirámide.
Si decide valerse de zanjas, cave una zanja pequeña donde empieza su propiedad y en dirección hacia donde pueda dirigir el agua, como un cauce de agua natural o hacia la calle, pavimento o una zona con bastante vegetación.
Entre los métodos disponibles para reducir el riesgo de daño por un deslave están la construcción de muros para desviar la corriente, así como cercas para detener los escombros. Dado que es tan grande el impacto de los desprendimientos de lodo y escombros, ambas estructuras deben diseñarse y construirse con cuidado. Los detalles de diseño variarán según el lugar.
Si decide construir un cercado sólido para desviar el alud, use madera de baja calidad y construya la cerca en terreno sólido y plano. Entierre las estacas a por lo menos la mitad del largo para que estén bien firmes. Si amontona tierra detrás del cercado, ayudará a reforzarlo.
Es también importante que proteja las ventanas y puertas que den hacia una colina o pendiente en donde pueda provocarse un deslave. Use madera de calidad baja y asegúrese de extender la tabla por lo menos 3 pulgadas a cada lado de las ventanas y puertas que cubra. Asegure la tabla con 4 o más clavos o tornillos.
Una recomendación muy importante para quienes viven en las inmediaciones de laderas o colinas quemadas por los recientes incendios es evitar dormir en las habitaciones de la planta baja y en recámaras que den hacia la colina.
Por último, trabaje junto con sus vecinos cercanos, pues encaran el mismo peligro y, entre todos, pueden proteger sus hogares de manera más rápida y eficiente. Y no espere a que llueva antes de preparar un plan y ponerlo en práctica.