“Me impresionó el hecho de que el sorgo fuera tan tolerante a la sequía”, dijo Dahlberg. “No usaban ningún tipo de irrigación”.
Más de 30 años después, Dahlberg, director del Centro de Investigación Agrícola y Extensión de la Universidad de California en Kearney, ubicado en Parlier (UC Kearney Agricultural Research and Extension Center) sigue impresionado con el sorgo y cree que este tiene el potencial de convertirse en cultivo en California, donde el agua es una preocupación seria.
El sorgo no es un cultivo nuevo para el Estado Dorado. Fue introducido hace más de 150 años. En la década de los 60, se plantaron más de medio millón de acres con sorgo, para usarse mayormente como alimento para animales.
“Hoy en día, si hay 20,000 acres de sorgo, me sorprendería”, señaló Dahlberg. La alfalfa, heno y maíz son los forrajes más comunes en las lecherías de California, las cuales mantienen a casi dos millones de vacas.
Dahlberg inició en 2012 un proyecto de investigación de cinco años, con financiamiento de la División de Agricultura y Recursos Naturales de la UC, dirigido a reintroducir el sorgo como un cultivo de baja inversión para la bioenergía, alimentos y alimentación en California.
Una característica única del sorgo es su adaptabilidad. En muchas partes del mundo, desde África a la India y China, el grano de sorgo es usado para hacer papillas o atoles, pan pita o plano y bebidas alcohólicas que la gente disfruta. En los Estados Unidos, el sorgo ha sido considerado tradicionalmente un alimento para animales. Pero el creciente interés en alimentarse de granos integrales y alimentos sin gluten está generando interés en el sorgo para consumo humano.
El grano de sorgo se puede moler como el trigo. La harina de sorgo, la cual es un alimento natural sin gluten, sirve para hacer excelente pan plano, galletas, panqueques y wafles, manifestó Dahlberg. Al combinarlo con otros ingredientes que le ayudan a mantener el espesor en ausencia del gluten, el sorgo puede también ser horneado como pan y pasteles tradicionales esponjosos.
De acuerdo con el Consejo de Granos Integrales, el sorgo no cuenta con la increíble vaina que cubre otros granos. Ya que se come con todas sus capas intactas, el sorgo retiene la mayoría de sus nutrientes. Además, la cera que rodea al grano de sorgo contiene compuestos llamados policosanoles, los cuales podrían tener un impacto en la salud del corazón.
La investigación sobre el sorgo de California que se está llevando a cabo ahora en Kearney y el Centro de Investigación y Extensión de la Zona Oeste de la UC (West Side Research and Extension Center) está enfocada en el forraje hibrido y las diferentes variedades del grano de sorgo. Los resultados también serán aplicables a variedades para el consumo humano y biocombustible.
“Estamos tratando de entender si los híbridos creados para la zona conocida como “el cinturón de sorgo” “Sorghum Belt ”de EUA – Texas, Oklahoma, oeste de Nebraska y South Dakota – están adaptados a las condiciones de California”, dijo Dahlberg. “Hasta ahora, están haciéndolo muy bien”.
La investigación sobre el forraje determinará cómo manejar el sorgo para incrementar la producción y reducir el uso de agua y nitrógeno. Los primeros resultados muestran que, si se compara con el maíz, los granjeros podrían ahorrar una cantidad significativa de agua si cultivan sorgo para el ensilaje de las lecherías.
“Usamos menos de 20 pulgadas de agua de riego en nuestras parcelas de sorgo y obtenemos entre 22 a 25 toneladas del grano de una sola cosecha. Una cosecha de maíz necesita 36 pulgadas o más de agua”, indicó Dahlberg.
La necesidad de fertilizante en el cultivo de sorgo también es baja. De hecho, mucho fertilizante puede causar que los tallos del sorgo se caigan o se atasquen, lo cual dificulta su cosecha.
"Cuando los granjeros de California piensen en cultivar sorgo para alimentos sin gluten, biocombustible o alimento para animales, podrán acceder a la información generada por la investigación local para ayudarles a tomar la decisión", manifestó Dahlberg.