Este conocimiento permite a los profesionales identificar rápidamente dónde se requiere una intervención para cambiar conductas alimenticias antes de que los niños terminen con enfermedades crónicas causadas por una trayectoria poco saludable de aumento de peso.
El proyecto se llevó a cabo gracias a un esfuerzo colaborativo entre el laboratorio de ciencias de nutrición de Marilyn Townsend, especialista de Extensión Cooperativa de la UC con base en UC Davis y educadores del Programa Educativo Expandido de Alimentos y Nutrición de Extensión Cooperativa de la UC. Los fondos fueron aportados por subsidios del USDA y UC ANR.
Las organizaciones que trabajan con familias de bajos ingresos están ansiosas de determinar cuáles son las que necesitan ayuda para modificar sus hábitos alimenticios en el hogar para asegurar un futuro más sano para los niños. La redacción original de las preguntas de la encuesta se efectuó tras la lectura cuidadosa de docenas de reportes sobre estudios de investigación revisados por otros colegas. Townsend y su personal llevaron a cabo numerosas entrevistas con padres para reescribir las preguntas con el fin de que las personas con menos nivel educativo puedan entenderlo de la manera en la que los investigadores desean.
“Los padres tienen el control sobre el medioambiente de sus hijos. Ellos compran los alimentos y los sirven. Observamos qué es lo que están haciendo los padres que pudiera contribuir a la obesidad”, dijo Townsend.
Los investigadores identificaron 23 decisiones dietéticas que los padres estaban tomando y que parecían estar contribuyendo al aumento de peso de sus hijos. Los investigadores entonces escribieron 48 preguntas en relación a las 23 conductas.
Reducir la encuesta se convirtió en el siguiente paso del laboratorio de Townsend.
El equipo de trabajo reclutó, con la ayuda de consejeros de nutrición, familia y ciencias del consumidor de UCCE, a 170 niños entre dos y cinco años y a sus padres. El personal midió la estatura y peso de los niños y tomó muestras de sangre en tres ocasiones durante el periodo de cuatro años que duró el estudio. Los padres también completaron la encuesta de 48 preguntas.
“Al registrar la estatura y peso y comparar los cambios a lo largo del tiempo, obtuvimos una idea clara de cuáles niños seguían una trayectoria de aumento de peso excesivo”, señaló Townsend. “Mediante las muestras de sangre, pudimos buscar biomarcadores que son indicativas de una inflamación, las cuales se relacionan con elecciones en el ambiente familiar”.
Mediante el uso de un análisis estadístico sofisticado, los científicos pudieron identificar las 20 preguntas con mayor indicativo de un aumento de peso no saludable y una mayor incidencia de biomarcadores que indicaban una inflamación de bajo grado en la sangre de los niños.
Las 20 preguntas son:
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Author - Administrative Assistant III