La decisión, que refleja los últimos estudios científicos, se sentirá más allá de la etiqueta. Los expertos en alimentos de la Universidad de California elogiaron los cambios en la etiqueta y ofrecieron seis puntos claves.
1. Incluir la cantidad de azúcar agregado es el cambio más importante en la etiqueta.
La nueva etiqueta incluirá la cantidad de azúcar agregada en un producto, tanto en gramos como en el porcentaje de lo recomendado.
“Eso es algo clave”, dijo Laura Schmidt, profesora de políticas sobre salud de la UC San Francisco y miembro del subcomité de la Iniciativa Alimentaria Global de la UC. “Eso será algo muy útil para los consumidores”.
Azúcar agregada – cualquier cantidad de azúcar que se agrega en la preparación de alimentos, como azúcar de mesa, miel de maíz alta en fructosa y otros – puede ser encontrada en cientos productos como el cereal, yogur, salsa para pastas y aderezos para ensaladas. Pero la mayor fuente son las bebidas endulzadas con azúcar, las cuales representan casi la mitad de consumo de azúcar agregada por parte de los estadounidenses.
Una gaseosa de 20 onzas le hará rebasar la cantidad recomendada de azúcar para todo el día”, señaló Pat Crawford, directora principal de investigación del Instituto de Politicas sobre Nutrición de la División de Agricultura y Recursos Naturales de la UC. “La nueva etiqueta permitirá a las personas ver de manera razonable lo que están haciendo cuando consumen productos con alto contenido de azúcar”.
La etiqueta actual agrupa el azúcar con los azúcares naturales de los alimentos, lo cual constituye una práctica engañosa, dijo John Swartzberg, profesor clínico emérito de UC Berkeley y director de la junta editorial de la publicación Wellness Letter de UC Berkeley.
“Enumerar el azúcar agregado “dará una pauta, con suerte, para que la gente a deje de consumir productos con mucho azúcar”, mencionó el experto.
2. Los estadounidenses necesitan consumir menos azúcar.
“Es importante que demos al público la información que necesita para modificar su dietas”, dijo Crawford. “Ahora estamos detectando efectos significativos relacionados a las tasas de diabetes y enfermedades cardiacas entre aquellos que consumen bebidas azucaradas con regularidad. Un extenso estudio sobre mujeres durante un periodo de ocho años encontró que el riesgo de diabetes entre las mujeres que consumieron una o más porciones de bebidas endulzadas con azúcar por día era casi el doble de quienes consumían menos de una porción por mes. Más aún, beber una gaseosa de 12 onzas al día incrementa el riesgo del índice de mortalidad en casi un tercio”.
Crawford destacó que las nuevas guias alimenticias federales recomiendan por primera vez limitar el consumo de azúcar agregado en la dieta a no más del 10 por ciento de las calorías diarias de cada persona.
“La cantidad promedio de azúcar agregada en la dieta de los estadounidenses es de más de 20 cucharaditas al día, de la cual casi toda es agregada a nuestros alimentos durante su procesamiento”, dijo Crawford. “Debido a que la mitad de esta azúcar viene en forma de bebidas, tenemos que reconsiderar nuestra opciones. El agua debería ser la opción”.
Los consumidores se sorprenderán mucho cuando vean el porcentaje del valor diario del azúcar agregado en una gaseosa, manifestó Michael Roberts, director ejecutivo del Programa Resnick para Leyes y Normas sobre Alimentos de UCLA y miembro del subcomité de la Iniciativa Alimentaria Global de la UC. “El tiempo dirá si esta información cambia la conducta humana, por ejemplo, el consumir menos gaseosas. Para ser justos, el azúcar aparece en todas partes, no solo en las gaseosas, así que será muy interesante ver el impacto de estos cambios en los consumidores”.
3. Se anticipa que los fabricantes hagan cambios en los productos.
“Cuando el gobierno federal requirió a los fabricantes agregar la información sobre las grasas trans en las etiquetas hace una década, la industria alimentaria respondió publicitando más productos con contenido más bajo de grasas trans”, indicó Crawford.
“Hoy en día no se permite agregar grasas trans a los alimentos durante su procesamiento, pero todo empezó con las etiquetas”, recordó Crawford. “Vamos a ver algunos grandes cambios en el mercado con los productos bajos en azúcares como cereales, yogur, salsas para espaguetis y bebidas, por supuesto. Vamos a poder ver la reformulación de recetas, lo cual hará que los productos sean más competitivos. Es un gran primer paso para reducir el consumo de azúcar. En preparación para las nuevas etiquetas, los fabricantes están trabajando en la creación de productos con niveles más bajos de azúcares agregados”.
Para los fabricantes, el truco será que los alimentos sigan teniendo un buen sabor para los consumidores mientras reducen el azúcar, dijo Roberts. “Otros grandes fabricantes buscarán nuevos productos que no contengan tanta azúcar agregada”, agregó Roberts. “Por ejemplo, las compañías, Coke y Pepsi venderían agua embotellada”
“Existe presión para que por lo menos modifiquen el tamaño de los productos”, señaló Schmidt. “De seguro habrá un esfuerzo para incluir ‘bajo contenido de azúcar' en la parte frontal del paquete”.
4. La nueva etiqueta podría llevar a regulaciones que limiten el azúcar.
“Incluir la cantidad de azúcar agregado en la etiqueta será algo que cambie las reglas del juego sobre los debates en torno a lo qué es saludable para las personas en los programas de asistencia para alimentos”, dijo Schmidt, principal supervisor de la iniciativa de investigación y educación sobre las ciencias del azúcar encabezado por UC San Francisco. “Una vez que tengamos el azúcar agregado en la etiqueta junto con todo el valor de referencia diario, los legisladores estarán en la posición de establecer estándares sobre la cantidad de azúcar agregado permitido en los almuerzos escolares y otros programas federales de alimentos”.
Cambios como este han sucedido antes, hizo notar Schmidt. “En el Reino Unido, el gobierno dijo que el consumo de sal era muy alto y ordenó que los fabricantes de alimentos empaquetados redujeran la cantidad de sodio en sus productos. Eso funcionó de maravilla – ellos redujeron gradualmente el exceso de sal en los alimentos para el beneficio de todos”.
5. La nueva etiqueta hace cambios más allá del azúcar.
La nueva etiqueta incluirá tamaños de porciones más realistas y las calorías en un tipo de letra más grande y negritas. “Esto ayudará que la gente considere cuántas calorías está en realidad consumiendo”, manifestó Swartzberg. Vea una lista completa de los cambios a la etiqueta aquí.
6. Otros pasos podrían ayudar a los consumidores.
A la vez que elogian los cambios a la etiqueta, los expertos de la UC aseguran que otros pasos adicionales podrían ayudar a los consumidores a estar más informados a la hora de hacer elecciones:
- Agregar información a la parte frontal del paquete que indique si el producto tienen un alto contenido de azúcar, sal o grasa: “Esta información en la parte frontal del paquete facilitaría al consumidor saber si un alimento es saludable o si contiene ingredientes que contribuyen a riesgos de enfermedades del corazón, ataques cerebrales, obesidad o cáncer”, dijo Crawford.
- Hacer que los vendedores de alimentos coloquen calcomanías de “semáforo” en los paquetes: “Existe la idea de etiquetar los productos con calcomanías verdes, amarillas y rojas – verdes para productos bajos en azúcar y rojas para las de alto contenido de azúcar”, ofreció Schmidt.
- Promover prácticas alimentarias sustentables para el medioambiente: “(Deberíamos de consumir más alimentos de plantas y menos carnes”, sugirió Swartzberg.
- Incrementar la investigación. El cambio de etiqueta no es suficiente: más investigación, educación y buenas políticas tendrán que ser desarrolladas para motivar una alimentación más saludable”, manifestó Roberts.
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