Desde hace más de 100 años, los clubes 4-H de la Universidad de California han estado ayudando a niños y adolescentes a desarrollar habilidades que les permitan tener éxito en sus vidas y contribuir al bienestar de sus familias y comunidades. Los clubes siguen las pautas originales de las haches en el trébol de cuatro hojas que conforman su logotipo.
“4-H cuando se creó, se quería hacer un aprendizaje integral de la persona”, explica la asesora en desarrollo juvenil Claudia Díaz Carrasco del programa 4-H de Extensión Cooperativa de la UC. “Empieza con tu cabeza para que tengas pensamientos más claros. Head es la primera h.
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ENGLISH SUMMARY: 4-H clubs help youth develop abilities that will serve them throughout their lives and help them improve their communities, says Claudia Díaz Carrasco, UCANR’s 4-H Youth Development Advisor in Riverside County |
Las otras tres haches son las letras iniciales de las palabras en inglés heart, hands y health: corazón, manos y salud.
“La otra h es de heart, corazón, para que uno sea mucho más comprometido y mucho más leal a su comunidad, a su país y en sí a mejorar el mundo en el que vivimos”, continúa explicando Díaz Carrasco. “Hands se utiliza para un servicio más grande a la comunidad y son tus manos. Y health es sobre nuestra salud: cómo podemos llevar una vida saludable no solo en la actividad física y nutrición sino también en nuestras emociones, en nuestra espiritualidad”.
Los clubes operan bajo la guía de cerca de 17,000 voluntarios adultos a través de las oficinas de Extensión Cooperativa en casi todos los condados de California. De esa manera, más de 255,000 niños y adolescentes, de 5 a 19 años, participan en todo tipo de proyectos.
“No son proyectos que nosotros tengamos, es lo que a su joven le interesa” remarcó la asesora juvenil. “Usamos ese interés que ya tiene el joven para ayudarle en su aprendizaje, en su transición hacia la vida adulta”.
Esos proyectos van desde la tradicional cría de animales de granja, costura y otras manualidades típicas que se enseñaban en los clubes originales a principios del siglo pasado hasta la construcción de robots y otras actividades encaminadas a despertar el interés en las ciencias.
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En los clubes 4-H sigue cultivándose la habilidad de hablar en público, que se considera primordial para el éxito de sus miembros. “Siempre haciendo un énfasis en que sean líderes y en que contribuyan a la comunidad en la que viven”, añadió Díaz Carrasco.
Las enseñanzas que se imparten en 4-H se basan en las investigaciones en desarrollo juvenil de la UC. Todas las actividades en que participan sus miembros fomentan el aprendizaje. Eso les ayuda a prepararse para continuar estudios superiores.
“Esa es información válida, confiable y buena. Qué bendición que se pueda hacer desde las primeras etapas del desarrollo de los niños y los jóvenes”, anotó la asesora de 4-H. “Son cosas que les sirven para la vida, es la confianza, es el saber cómo tomar decisiones saludables, cómo manejar tus emociones”.
Alberto y Carolina Lizárraga, residentes de Pomona, señalan algunos de los beneficios que 4-H ofrece a sus hijos.
“Yo veo que les está ayudando actualmente; cómo se presentan ellos con la gente, cómo se comunican, cómo trabajan en grupos. Y a nosotros nos ha ayudado también a conocer qué es lo que les gusta a ellos. Es muy buen programa”, dijo el señor Lizárraga. “Nos ha servido mucho para comunicarnos con nuestros hijos y ellos se comunican con nosotros. Recomiendo a todos los padres que apunten a sus hijos porque es una buena experiencia”.
Con la creación del Servicio de Extensión Cooperativa en 1914, por orden del Congreso de Estados Unidos, se crearon clubes para niños y niñas de áreas rurales para motivarlos a cooperar en el bienestar familiar y comunitario. Dos años antes, la Universidad de California había comenzado a implementar ese concepto en el estado con la creación de clubes agrícolas. En el 1914 había 84 de esos clubes en escuelas preparatorias de California.
En la actualidad, en todo el país los clubes 4-H sirven a cerca de 7 millones de niños y adolescentes, sin importar su estatus socioeconómico u origen étnico. Ofrecen oportunidades para que desarrollen sus habilidades para mejorar sus vidas y contribuir al progreso de sus comunidades.
“A través de los proyectos de 4-H nuestros hijos pueden aprender no solo de jardinería, de cómo criar un animal, de costura. Nuestros jóvenes tienen la oportunidad de aprender a hablar en público. Eso les ayuda a cultivar su confianza, su autoestima y les prepara para que sean más exitosos en el futuro”, enfatiza Díaz Carrasco.
Estudios recientes muestran que “los jóvenes que están involucrados en 4-H tienen el doble de posibilidades de permanecer estudiando y el doble de posibilidades de tener una vida más saludable”, añadió.
Se encontró también que, además de incentivarlos a emprender estudios superiores, los miembros de 4-H aumentan en 25 por ciento sus probabilidades de mejorar su propio bienestar y el de sus familias y comunidades. Tienen 41 por ciento menos probabilidades de involucrarse en comportamiento riesgoso y problemático.
“Qué significa eso? Que se mantengan lejos del tabaquismo, lejos del alcoholismo, lejos de la drogadicción”, recalcó la asesora juvenil. “Entonces, 4-H, a través de este aprendizaje experiencial y a las relaciones que se forman, permite que sus hijos puedan permanecer en la escuela, alejarse de aquellas malas influencias, y sobre todo, que permanezcan en una comunidad sana y exitosa”.
Encuentre más información en este sitio de la UC: ca4h.org. Visite también el sitio del Servicio de Información en Español de UCANR.
Una iniciativa para mantener y mejorar la salud de comunidades y familias es parte de la Visión Estratégica 2025 (Strategic Vision 2025) de la División de Agricultura y Recursos Naturales de la UC in Riverside County.