- Author: Norma De la Vega
EcoFarm solía tener lugar, antes de COVID-19, en la bella costa de Pacific Grove, pero este año fue distinto y a causa de la pandemia, se efectuó del 20 al 23 de enero, de manera virtual. Un reto más para los agricultores, más acostumbrados a poner las manos en el suelo que en el teclado de una computadora. Aun así, la asistencia fue concurrida con 1,396 personas, entre ellos agricultores de 19 países como Singapur, México, Canadá, Alemania, Honduras, Ecuador, Colombia, y Sur Corea y Holanda. Fueron cuatro días intensos, en donde se analizó una enorme variedad de temas: agricultura ecológica, compostaje y suelo saludable, producción de semillas para pequeñas granjas, el pastoreo como alternativa para la prevención de incendios, cómo cultivar sin pesticidas y la agricultura es medicina y más.
English Summary EcoFarm conference was held under the slogan of ReImagining Our Future. In the context of COVID-19, which has infected millions in the food industry, a keynote speaker said the pandemic had brought a tremendous potential for change, recognizing inequities, failures, and opportunities to create a healthier food system for the people and the planet. |
En el contexto de COVID-19 que ha contagiado a millones de trabajadores de la industria alimentaria y generado una crisis nunca antes vista en ese sector, la conferencia se ejecutó bajo el lema Re-imaginando Nuestro Futuro y tuvo el propósito de crear consciencia de las fallas del sistema alimentario y empezar a moldear un cambio.
Así en medio de una lluvia de ideas de presentadores y participantes se fue trazando un bosquejo sobre cómo incorporar en toda la cadena alimenticia, principios e iniciativas de ley que velen por el cuidado del medioambiente y la sustentabilidad de los recursos naturales. Sembrar si y seguir produciendo alimentos, pero respetando el suelo, el agua y el aire, sin químicos que dañan la tierra y enferman al trabajador y al consumidor.
En la inauguración, los oradores principales describieron un sistema alimentario enfermo en donde los individuos responsables de la producción de alimentos sufren hambre, millones no tienen un seguro médico, o días pagados por enfermedad, ni acceso al desempleo. Una fórmula para el desastre que ha generado una crisis sin precedentes y que la pandemia ha desenmascarado. Se repasaron temas como inseguridad alimentaria que enfrentan millones, de personas en el país, así como obesidad y diabetes que son factores de riesgo con la epidemia.
“COVID ha traído un tremendo potencial de cambio,” sostuvo Saru Jayaraman directora del Centro de investigación laboral en la industria alimentaria de la Universidad de California en Berkeley y presidente, cofundadora One Fair Wage, una organización no lucrativa, que aboga por los trabajadores de los restaurantes. “La pandemia ha obligado a todo el mundo a replantearse todo sobre nuestra vida, nuestro mundo, nuestra economía y nuestra salud y la forma en que interactuamos y nos tratamos los unos a los otros.”
Se dijo que algunos agricultores que han trabajado por varios años no han podido participar en los programas de ayuda financiera del gobierno federal por carecer de certificación.
Inés Catalán, agricultora en el Condado de San Benito, indicó que hay muchos campesinos triquis, originarios de Oaxaca que no hablan español que trabajan entre 14 y 16 horas al día y han producido alimentos por años y debido a la pandemia perdieron sus productos de la noche a la mañana y no recibieron ayuda.
Algo diferente en este año es que se presentó una amplia variedad de talleres en español. En años anteriores EcoFarm mantenía servicio de traducción al español de algunos talleres, pero ahora se implementaron 12 talleres presentados por expositores en español, en los que participaron 226 agricultores bilingües inglés – español, entre ellos 40 agricultores que preferían participar en la modalidad solo español.
En los talleres de mujeres campesinas se habló de acoso sexual, violencia, explotación, exposición a los pesticidas y temas de migración. Se dijo que la ley por escrito “tiene cosas muy fuertes y muy buenas, pero llevarlo a la práctica es diferente.”
En los distintos talleres en español se escucharon los siguientes comentarios: “Somos trabajadores esenciales pero sin derechos, ni beneficios” “Queremos sembrar pero también queremos tener acceso a los alimentos.”
Mientras tanto en la asamblea de inauguración, con datos escalofriantes de investigaciones y artículos de periódicos, los oradores demostraron un año terrible para la industria alimentaria. Se dijo que miles de trabajadores en las empacadoras de carne se han enfermado y cientos han perdido la vida por las pobres condiciones de trabajo ante la pandemia. Mientras que en los restaurantes millones se han quedado sin empleo y sin acceso a un seguro del desempleo y miles de trabajadores agrícolas se han contagiado de COVID. Según la organización Feeding America. Hay alrededor de 50 millones de estadounidenses, entre ellos 17 millones de niños que padecen hambre en los Estados Unidos, Mientras que el desempleo aumentó a niveles nunca vistos con 25.7 millones de desempleados según Economic Policy Institute.
En ese contexto se dijo que regresar a la normalidad, como abogan muchos, es desconocer las inequidades sociales, por lo que es crucial crear consciencia, movilizar a las personas y votar, pensando en los alimentos presionando a los congresistas para que hagan todo lo posible por implementar un sistema alimentario que sea saludable para la gente y el planeta.
Jayaraman, concluyó que en casi dos décadas que tiene como activista no se había presentado un momento tan oportuno para el cambio y muchos restauranteros se le han acercado para respaldar la idea de establecer el salario mínimo a $15, y eso se podría extender a todos los trabajadores de toda la industria de los alimentos. “Nunca antes habíamos visto este momento favorable donde todos (trabajadores) puedan florecer y sobrevivir y nuestra esperanza es que quizás esto es posible en todos los aspectos del sistema alimentario,” concluyó la activista y autora de varios libros.
Ideas para iniciar la ruta del cambio
Los panelistas coincidieron que la industria alimentaria, es una industria muy compleja que requiere cambios y la manera de empezar a trazar la nueva ruta es:
- Promover el diálogo sobre agricultura con las nuevas generaciones sobre el tema de la alimentación.
- Educar al consumidor para que haya más aprecio por el agricultor y sus productos y que las personas entiendan que desde la semilla hasta el alimento llega al plato hay un proceso muy complejo en el que todos deben involucrarse para dar prioridad a la salud humana y del planeta.
- Instaurar coaliciones locales que empiecen a crear consciencia sobre la agroecología, la producción sin químicos.
- Dialogar con las comunidades para presentar iniciativas locales que promuevan el cambio, incluyendo a las comunidades étnicas en la conversación.
- Incluir en la conversación el tema de justicia social para que todos los trabajadores de la industria alimentaria para que ellos tengan acceso a un salario digno y beneficios.
- En ese contexto se invocó al llamado New Green Deal, que tiene como objetivo abordar el cambio climático y las inequidades sociales que siempre han existido.
Elizabeth Henderson, una de las participantes indicó que New Green Deal no es un programa completo todavía. “Es una apertura con principios para un posible programa. Tenemos que escribir ese programa con proyectos de ley como justicia para las comunidades de color, la Ley de Resiliencia Agrícola y otros, incluyendo la Ley Agrícola de 2023 que reemplaza los alimentos baratos.”