- Written by: Cynthia Kintigh - Adaptado al español por Leticia Irigoyen
Cuando nos mudamos a California, la casa que rentamos contaba con un árbol de limones muy prolífico. Como éramos nuevos en un clima en el que se dan los cítricos, pensamos que era lo mejor que nos podía pasar – tener limones a la mano durante el lluvioso invierno. Cuando las invitaciones a cenas y fiestas empezaron a llegar, decidimos asistir a ellas llevando limones como un obsequio. Pero cuando nuestros anfitriones recibían invariablemente nuestra recompensa limonera con una sonrisa forzada y un “¡Qué bien! ¡Limones!” nos quedamos perplejos. No fue hasta tiempo después que nos dimos cuenta que prácticamente todo el mundo tiene árboles de limones.
Recientemente conté esta historia durante una fiesta y me respondieron: “Por supuesto, los limones son las calabacitas del invierno, todos tienen más que lo que pueden hacer con ellos”.
Así que, ¿qué se puede hacer con tal abundancia de limones?
La mermelada es una opción fácil y para la cual se utilizan muchos limones. También se pueden exprimir y congelar su jugo para usarlo durante la temporada de calor. Pero mi opción favorita es usarlos para hacer una conserva de limones salada. Es más fácil de preparar que la mermelada y puede ser un delicioso condimento para muchas recetas.Los ingredientes básicos son los limones y sal Kosher. Pero yo uso la receta de Paula Wolfer que también incluye especies. Además de agregarle sabor, el clavo entero, el palito de canela y la hoja de laurel adornan el contenido del frasco.
Asegúrese que los limones están bien limpios. Los limones del jardín algunas veces tienen una cáscara un poco áspera que requiere de una restregada adicional. Se empieza con una capa de sal en el fondo de un frasco esterilizado; acomode los limones y cúbralo con una capa de sal y especies. Presione los limones para que suelten el jugo conforme los va acomodando. Al final, agregue suficiente jugo de limón para cubrir el resto de los limones.Ahora todo lo que tiene que hacer es esperar. Deje que los limones se maduren en un lugar tibio, agitando el frasco todos los días para distribuir bien la sal, las especies y el jugo. Los limones empezarán a deshacerse, pero no se alarme si los limones ya no están sumergidos en el jugo.
Preparado por Cynthia Kintigh
Adaptado al español por Leticia Irigoyen