- Author: Pam S Kan Rice
Modificar la Ley Agrícola puede reducir las barreras a las que se enfrentan los estudiantes
En el 2015, un estudio reveló que 4 de cada 10 estudiantes de UC carecían de suficiente dinero para comprar alimentos que les permitieran mantener una alimentación saludable y a pesar de los esfuerzos por mejorar el acceso de los estudiantes universitarios a programas de asistencia alimentaria, un 78 por ciento de los que son elegibles continúan sin solicitar ese beneficio.
El acceso inadecuado a alimentos puede dañar la salud de los estudiantes universitarios y su desempeño académico, reveló un estudio reciente de la Universidad de California publicado en el Journal of Nutrition Education and Behavior, el cual investigó las razones por las que los estudiantes de UC que son elegibles para recibir el Programa Suplemental de Asistencia Nutricional (SNAP, por sus siglas en inglés), no lo solicitan o reciben.
“Basado en los resultados de nuestro estudio, si eliminamos los requisitos extras para que nuestros estudiantes universitarios califiquen para SNAP, ello contribuiría a garantizar que más estudiantes obtengan el apoyo que necesitan para satisfacer sus necesidades alimentarias básicas”, manifestó la coautora del estudio Lorrene Ritchie, directora del Instituto de Políticas sobre Nutrición, el cual forma parte de la División de Agricultura y Recursos Naturales de UC (UC ANR, por sus siglas en inglés).
Un estudio del 2015 por el NPI reveló que 4 de cada 10 estudiantes de UC no tenían suficiente dinero para comprar los alimentos necesarios para llevar un estilo de vida saludable. Para promover una mejor salud, UC ha tomado los pasos necesarios para garantizar que los estudiantes conozcan sobre la existencia de SNAP, estableciendo centros de comida y otros recursos de necesidades básicas en los campus.
"En California, a SNAP se le conoce como CalFresh y a pesar de las políticas y la comunicación para mejorar el acceso de los estudiantes universitarios a CalFresh, la participación se mantiene baja, pues aproximadamente un 78 por ciento de quienes son elegibles no reciben los beneficios", indicó la autora principal del estudio Suzanna M. Martínez, profesora asociada del Departamento de Epidemiologia y Bioestadísticas en UC San Francisco.
Para obtener una perspectiva sobre por qué los estudiantes de UC de recursos limitados no están recibiendo los beneficios, Martínez, Ritchie y colegas de UC San Francisco y del Instituto de Políticas sobre Nutrición consultaron con agencias condales encargadas de procesar las solicitudes de CalFresh de los estudiantes. Los investigadores entrevistaron al personal de los nueve condados donde se ubican los campus de UC: Alameda, Los Ángeles, Merced, Orange, Riverside, San Francisco, Santa Barbara, Santa Cruz y Yolo.
Mientras que los beneficios de CalFresh han sido pagados principalmente por el gobierno federal a través de la Ley Agrícola, los condados contribuyen también y las agencias condales son responsables de la implementación de políticas, de determinar la elegibilidad, procesar aplicaciones y distribuir fondos.
“Aunque la reautorización de la Ley Agrícola sigue pendiente, estos resultados pueden aportar una perspectiva sobre cómo fortalecer las políticas de SNAP relacionadas con los estudiantes elegibles”, dijo Martínez.
Los investigadores condujeron grupos de discusión y entrevistas con personal del condado para conocer la forma en la que los empleados de la agencia interpretan el complejo criterio bajo el cual los estudiantes deben ser elegibles para recibir CalFresh.
Sus preguntas se centraron en las diferencias entre las solicitudes de los estudiantes y las de los miembros de la comunidad, los pasos que se toman cuando se procesan las solicitudes de los estudiantes, capacitación específica para estudiantes y mejoras al proceso sugeridas.
Cinco temas centrales fueron identificados en las entrevistas:
- Se necesita una diseminación de las políticas y administración del programa de manera consistente.
- Las exenciones y el proceso de solicitud son percibido como un reto por los estudiantes.
- El apoyo clave para obtener solicitudes estudiantiles exitosas incluye la revisión cuidadosa en busca de potenciales exenciones que proporcionen recursos útiles a estudiantes y colaboradores en los campus.
- Mantenerse al tanto de los cambios en las políticas es algo complicado.
- Eliminar los reglamentos para los estudiantes y tratarlos como clientes regulares sería más equitativo.
Los investigadores concluyeron que los reglamentos de CalFresh son un reto para los estudiantes y el personal de las agencias del condado.
Por otra parte, los requisitos de elegibilidad, escritos hace más de 50 años, están basados en la asunción de que los estudiantes universitarios cuentan con el apoyo de sus familias de la clase media.
La investigación apoya la simplificación del proceso de CalFresh para estudiantes con el fin de incrementar la participación entre los que son elegibles, especialmente los que pertenecen a grupos étnicos y son de recursos limitados, los cuales han estado históricamente subrepresentados y para quienes es crítico contar con un acceso equitativo a los beneficios de CalFresh.
“Una vez que los estudiantes se confunden o desconocen lo que deben hacer, no continúan con el proceso de solicitud”, mencionó un empleado de elegibilidad de CalFresh a los investigadores.
Durante la pandemia del COVID-19, se eximió o relajó el cumplimiento de algunos de los requisitos federales o estatales para los estudiantes.
“Este estudio resultó en un experimento natural desde que las modificaciones al SNAP relacionadas al COVID-19 agilizaron el proceso de solicitud de los estudiantes y redujeron la carga administrativa”, expresó Martínez. “Estas modificaciones aliviaron algunos de los retos mencionados por los empleados del condado, confirmando las opiniones existentes para que se eliminen los reglamentos para los estudiantes”.
Ritchie dijo: “Esperamos que nuestra investigación ofrezca información para una política que retire las barreras y los estudiantes no tengan tanta dificultad para obtener los alimentos que necesitan”.
El estudio fue financiado por la Legislatura del Estado de California, la cual proporcionó fondos para que la Universidad de California aborde las necesidades básicas de los estudiantes (Iniciativa de Necesidades Básicas de UC).
Adaptado al español por Leticia Irigoyen del artículo en inglés. Editado para su publicación por Diana Cervantes
- Author: Michael Hsu,
Estudiantes del condado de Tehama fueron liderados por el programa CalFresh Healthy Living, un educador de UCCE y sus maestros
Estudiantes de sexto grado de una secundaria en el condado de Tehama vieron que necesitaban más espacios y equipo para hacer actividad física en su plantel y aceptaron el reto de un asesor de UCCE, para investigar cuáles eran las necesidades de sus compañeros y plasmar en un reporte los resultados.
El grupo de estudiantes puso en marcha una encuesta en la que participaron más de 80 estudiantes de la secundaria Evergreen y con un reporte en mano con los resultados y recomendaciones para implementar mejoras, se presentaron ante la Junta de Educación del Distrito Escolar Unido de Evergreen.
El proyecto estudiantil fue parte de las clases de salud durante el año escolar 2022-23.
“Aprendimos que no existen muchos otros sitios – a excepción de la secundaria Evergreen y algunos parques alrededor [de nuestra comunidad de] Cottonwood – que cuenten con muchos lugares para actividad física a los que se pueda llegar o tener acceso fácilmente”, señaló Bailey, una de los estudiantes.
Los chicos fueron guiados por Mario Monroy-Olivas, educador de nutrición de CalFresh Healthy Living, de Extensión Cooperativa de la Universidad de California en los condados de Tehama, Shasta y Trinity. Administrado localmente por la División de Agricultura y Recursos Naturales, el CFHL, UCCE es una de las agencias en California que imparte clases de nutrición a las personas que son elegibles para el Programa de Asistencia Suplemental sobre Nutrición o SNAP por sus siglas en inglés – conocido como CalFresh Food en California.
Trabajando junto con los maestros de Evergreen, Roxanne Akers y Albert Estrada, Monroy-Olivas retó a los estudiantes de sexto grado a realizar un proyecto de “Investigación de Acción Participativa Juvenil” – una actividad de un año de duración que consta de varios pasos diseñada para adolescentes de más edad,
“El hecho de que estamos haciéndolo con estos chicos de menos edad, empezando mucho antes, creo que tiene un super impacto para ellos saber que, juntos, colectivamente pueden hacer grandes cambios que tendrán resultados positivos – no solo para ellos mismos sino para la comunidad entera”, manifestó Monroy-Olivas.
Estudiantes de secundaria hablan ante la junta escolar
En febrero del 2023, ocho representantes de la clase presentaron los resultados de su investigación ante la Junta de Educación del Distrito de Escolar Unido de Evergreen. Al dirigirse a los cinco miembros de la junta escolar durante 20 minutos, los jóvenes se encontraban naturalmente, un poco nerviosos.
“Al principio nos pusimos un poco nerviosos, pero no estuvo tan mal una vez que nos paramos allí y lo hicimos”, expresó Lilah, una de los presentadores. “Yo y un par de mis amigos realizamos pláticas de motivación y practicamos lo que íbamos a decir”.
Los estudiantes mostraron un mapa que ellos mismos dibujaron en base a la investigación sobre los espacios para realizar actividad física en el área y compartieron un tríptico con información sobre su investigación y los resultados de la encuesta. El 92 por ciento de los 80 estudiantes que participaron en la encuesta indicó que necesitaban más acceso a equipo para realizar actividad física durante los recesos entre clases y el almuerzo.
“Los miembros de la junta estaban super impresionados con los estudiantes por haber llegado a la junta escolar y hacer esto”, mencionó Monroy-Olivas. “Dijeron que no habían tenido a estudiantes hacienda este tipo de trabajo de promoción; para ellos, fue realmente algo muy bueno”.
Al final, los jóvenes presentaron un caso muy sólido sobre la necesidad de incrementar las estaciones de agua para llenar botellas, tener equipo de bádminton y balones para otros deportes y esténciles para llevar a cabo actividades en el patio escolar como rayuela, cuatro cuadros y caracol (un tipo de rayuela).
“Obtuvimos casi todo lo que pedimos y el proyecto en que estamos trabajando ahora es obtener la ayuda para instalar las cosas que pedimos”, dijo Lilah, agregando que, durante el presente año escolar, los estudiantes (ahora en el séptimo grado) trabajan en adquirir los esténciles y la pintura.
Más que equipo, los estudiantes adquirieron habilidades y confianza
De acuerdo con Janessa Hartmann, asesora de nutrición y salud comunitaria de Extensión Cooperativa de UC para los condados de Tehama, Shasta y Trinity, aunque la promesa de un nuevo equipo es algo que emociona a los chicos, ellos están adquiriendo algo aún más valioso y perdurable – la sensación de que tienen el poder de marcar la diferencia en su comunidad.
“Es importante querer hacer los esténciles y tener estaciones de hidratación y más equipo”, manifestó Hartmann, “pero el mayor impacto para los estudiantes es que piensan: ‘ahora sé que mi salud es importante, ahora sé cómo abogar por mí mismo y ahora sé que puedo hacer eso'”.
Monroy-Olivas dijo que observó un tremendo crecimiento en todos los estudiantes y en especial en la confianza en sí mismos que muestran ahora los representantes de la clase.
“Crecí como líder, porque (antes) solía ser muy tímido y no me gustaba hablar frente a la gente, pero este proyecto que estamos haciendo me ha ayudado realmente a poder hablar en público – y escuchar a otros”, explicó Lilah.
En la encuesta al final del proyecto del sexto grado, el porcentaje de los chicos que respondieron “si, lo más probable”, a la frase “Deseo marcar la diferencia en hacer más saludable mi escuela/comunidad” subió de un 19 por ciento antes del proyecto a un 44 por ciento después. Y ese porcentaje de las respuestas de “Si, lo más probable” se incrementó de un 6 por ciento a un 31 por ciento para la frase “Puedo usar los resultados de la investigación para encontrar soluciones o recomendaciones para hacer de mi escuela/comunidad un lugar más saludable”.
“Aprendimos a promover lo que deseamos y a tratar de obtener lo más que podamos, para así contar con más actividades físicas y que más personas puedan ser incluidas”, indicó Brian, otro estudiante que trabaja en el proyecto.
“Es importante que, para cuando crezcamos más, sepamos expresar nuestras opiniones y comunicar a la gente lo que pensamos”, agregó su compañero Brooklynn.
Deseando haber tenido esa oportunidad cuando niño, Monroy-Olivas expresó que cree que los estudiantes conocen ahora el valor de su voz.
“De todo corazón creo que ese es la mayor ganancia de todo este programa, que aprendieron como abogar por su propia voz y cambio”, agregó.
No es raro que los estudiantes de preparatoria o universidad hablen y aboguen por mejoras en su ambiente escolar. Pero en la secundaria Evergreen en el condado de Tehama, más de cien estudiantes de sexto grado encabezaron un movimiento para crear cambios saludables en su escuela.
Adaptado al español por Leticia Irigoyen del artículo en inglés.
Editado para su publicación por Diana Cervantes
- Author: Pamela Kan-Rice
Doce organizaciones serán las encargadas de crear y dirigir los Centros Regionales de Empresas Alimentarias, entre ellas la División de Agricultura y Recursos Naturales de la Universidad de California (UC ANR, por sus siglas en inglés), así lo dio a conocer el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés). Los Centros Alimentarios Regionales ofrecerán coordinación, asistencia técnica y desarrollo de capacidades que ayudarán a los agricultores, rancheros y otros negocios de alimentos a tener acceso a nuevos mercados y a navegar por los recursos federales, estatales y locales, todo esto con el fin de reducir los obstáculos a los que se enfrentan.
En septiembre del 2022, la USDA anunció la disponibilidad de 400 millones de dólares para financiar la iniciativa. En total, la USDA establecerá 12 Centros Regionales de Empresas Alimentarias que servirán a todas las áreas del país, incluyendo los territorios estadounidenses. Los Centros Regionales Alimentarios se enfocarán en las comunidades que han sufrido históricamente de un bajo nivel de inversión.
El acuerdo entre la USDA y UC ANR es establecer un Centro Local de Empresas Alimentarias de la USDA en el Suroeste que servirá a California, Arizona, Nevada y Utah. El proyecto, de 35 millones de dólares, tendrá un enfoque particular en las áreas conocidas como colonias – comunidades dentro de la región fronteriza mayormente rural entre Estados Unidos y México, donde prevalecen condiciones de marginación relacionadas con la vivienda e infraestructura – del sur de Arizona y California. (Vea el mapa de las comunidades de las colonias en comunidades de las colonias en hudexchange.info.)
“USDA está muy entusiasmada en asociarse con UC ANR en esta iniciativa innovadora y sin precedentes”, señaló Jenny Lester Moffitt, subsecretaria de la USDA para comercialización y programas regulatorios. “Aprovechando la experiencia ahora disponible a través de estos Centros Regionales Alimentarios, la USDA puede ofrecer un apoyo único para el desarrollo de los sistemas alimentarios locales en todo el país”.
La principal tarea de UC ANR será coordinar la asistencia técnica que se ofrecerá en la región multi estatal, administrando los horarios, frecuencia y ejecución del portafolio en general sobre proveedores de asistencia técnica, cursos educativos, talleres y capacitaciones del Centro Regional de USDA de Empresas Alimentarias del Suroeste con el fin de reducir la potencial competencia y duplicidad del contenido.
“Es muy emocionante ver a 16 organizaciones, de cuatro estados, unirse con nosotros para mejorar y expandir el muy necesitado servicio de apoyo empresarial para nuestros negocios de alimentos y agricultura”, dijo Glenda Humiston, vicepresidenta de agricultura y recursos naturales de la Universidad de California, “nuestra estrategia de aumentar rápidamente programas ya existentes que son exitosos ofrece rendimientos rápidos en esta inversión, igual que lo hace el enfocarnos en garantizar el servicio para comunidades de productores, agricultores y negocios agrícolas en desventaja e históricamente subrepresentadas”.
Colectivamente, las organizaciones elegidas reflejan una impresionante variedad de instituciones, organizaciones y asociaciones que deben cooperar para poder lograr sistemas genuinamente fuertes y centros alimentarios bien distribuidos. UC ANR y las otras organizaciones elegidas ya participan junto a organizaciones agrícolas y alimentarias de base y emplean una variedad de estrategias creativas para construir un sistema alimentario resiliente en sus regiones.
La Universidad de California ofrecerá asistencia técnica a través de sus programas de Extensión Cooperativa, que consiste del Programa de Pequeñas Granjas, los Sistemas Alimentarios Regionales, Programa de Agricultura Urbana, la Red de Desarrollo Comunitario y Económico y expertos en la materia de los campus de UC que abarcan seguridad alimentaria, economía y cooperativas.
Entre los socios están el Departamento de Alimentos y Agricultura de California, la Universidad del Estado de California en Chico, la Universidad del Estado de California en Fresno, el Occidental College, la Alianza de Sistemas Alimentarios de Riverside, la Alianza de Sistemas Alimentarios de San Diego, UC Santa Cruz, UC Davis, Valley Visión, el Departamento de Agricultura de Arizona, la Fundación Local Primero Arizona, la Universidad de Arizona, el Departamento de Agricultura de Nevada, la Universidad de Nevada en Reno, el Departamento de Agricultura y Alimentos de Utah y la Universidad del Estado de Utah.
Entre las organizaciones que participarán está Community Alliance with Family Farmers, Center for Good Food Purchasing, Agriculture & Land-based Training Association, Prosperity Market, Farmer Ken, California FarmLink, BAR-C, The Farmers Marketplace, Lost Sierra Food Project, Northern California Chamber of Commerce, 3CORE, Chico-based consulting firm Morrison, Glenn County Resource Conservation District, Kitchen Table Advisors, Diaspora Groceries, The Larta Institute, Los Angeles County Food Equity Roundtable, Los Angeles Food Policy Council, Sustainable Economic Enterprises of Los Angeles, Growing Communities Inc., Health Care Without Harm, Community Investment Corp, Pinnacle Prevention, Arizona State University, White Mountain Economic Development, Food Bank of Northern Nevada, Nevada Farm Bureau Federation, Zion United Methodist Church, Reno Food Systems, Three Square, Blue Lizard Farms, Garden Farms of Nevada, Churchill Entrepreneur Development Association, UNR Desert Farming Initiative, Utah Farm Bureau, International Rescue Committee in Salt Lake City, Utah Small Business Development Centers y Utah Cattlemen's Association.
Para más información sobre el tema visite el sitio web de Agricultural Marketing Service's Regional Food Business Centers (Centros Regionales de Empresas Alimentarias del Servicio de Comercialización Agrícola) en: https://www.ams.usda.gov/services/local-regional/rfbcp.
Adaptado al español por Leticia Irigoyen del artículo en inglés
Editado para su publicación por Ricardo Vela
- Author: Mike Hsu
Estudio concluye que el clima impacta en todo el estado de California y genera preocupación sobre el suministro de agua
Mientras los administradores de los sistemas de agua de todo el estado de California idean estrategias para asegurar su abastecimiento, con frecuencia se enfrentan a grandes obstáculos al tratar de implementar dichas medidas, como la falta de interés o voluntad para actuar por parte de las comunidades.
“Una de las cosas que hemos descubierto es que aun cuando los administradores de los sistemas de agua y los responsables de tomar decisiones estén realmente preocupados por el cambio climático y la escasez del agua, muchas de las estrategias con las que cuentan en realidad requieren del apoyo de los residentes”, senaló Kristin Dobbin, especialista de Extensión Cooperativa que se enfoca en la planificación y política para la justicia en el agua.
Debido a que es esencial contar con el apoyo popular para realizar muchas adaptaciones relacionadas con el agua – desde cambiar la estructura de tarifas a la aprobación de bonos para una nueva infraestructura – Dobbin y sus colegas recientemente publicaron un reporte en el que profundizan en las experiencias y preocupaciones de los residentes en torno al cambio climático y el abastecimiento de agua en sus hogares.
A través de una parte enfocada en el agua potable, de la encuesta administrada por la Universidad del Estado de California, Sacramento y becarios de la red de investigación Household Water Insecurity Experiences tuvieron la oportunidad de consultar a los californianos sobre cómo se ha visto reflejada la crisis climática en sus grifos. Los investigadores, buscaban, especialmente, analizar las percepciones de los participantes sobre los futuros riesgos climáticos en la seguridad del agua.
“Siendo un grupo que estudia el acceso al agua potable en California, con frecuencia observamos a nivel del sistema y de la comunidad”, manifestó Dobbin, quien tiene su base en el Departamento de Ciencias Políticas y Administración del Medio Ambiente de UC Berkeley. “Así que, fue muy emocionante sumergirnos a nivel del hogar y entender qué es lo que pasa a un nivel más individual”.
El impacto del clima se ve ‘por todo el estado'
La encuesta estatal, conducida durante la primavera del 2021, produjo 704 respuestas por parte de los panelistas, representando cada región censal en el estado y casi cada condado. Más de una tercera parte (34 por ciento) de los participantes dijo que su suministro de agua se ha visto afectado debido a algún evento climático extremo en los últimos cinco años. Debido al momento en que se realizó la encuesta, como era de esperarse, la sequía fue un impacto más frecuentemente mencionado. Pero más importante, es que este impacto climático fue algo que se sintió en todo el estado de California.
“Existe una inclinación a asumir que la sequía y otros impactos son un asunto geográficamente delimitado, pero lo que realmente vemos es que ese no es el caso”, indicó Dobbin. “Estos impactos suceden en todo el estado, hasta la frontera con Oregón”.
En general, un 85 por ciento de los participantes reportaron estar preocupados sobre la confiabilidad a largo plazo de su suministro de agua. Fundamentalmente, el estudio también indicó que los residentes estaban hacienda la conexión entre el impacto climático y los riesgos a la futura seguridad del agua.
“Entre más impactos reportaron, más preocupados se sentían sobre el abastecimiento y confiabilidad en el futuro”, expresó la coautora del estudio Amanda Fencl, científica principal climatóloga de Union of Concerned Scientists.
Las sequias y olas de calor, en particular, parecen, en su mayoría incrementar las preocupaciones de los residentes, sobre el abastecimiento de agua. Dobbin sugirió que si se enmarcara la necesidad de estrategias de adaptación a la seguridad del agua en torno a esos fenómenos meteorológicos podría ser especialmente útil para obtener el apoyo de la comunidad.
Conocer el nivel de preocupación en la comunidad – y entender la mejor forma de transmitir la urgencia de medidas de adaptación climáticas – podría ser una ventaja para los administradores locales que buscan ganarse el apoyo del público para proyectos hídricos más costosos. Tales proyectos podrían incluir medidas auto suficientes para reducir la dependencia en el agua importada de otras partes del estado.
“Eso pudiera alentar a algunos administrados del agua a confiar más en el cambio climático y eventos extremos como formas de motivar a los contribuyentes a que se sumen a estas decisiones de inversión más grandes”, dijo Fencl.
El estudio resalta la necesidad de una mayor investigación
Aunque las inundaciones casi no fueron reportadas como un impacto climático en los resultados de la encuesta del 2021, Dobbin manifestó que es muy posible que las respuestas serían muy diferentes hoy en día, después de que los ríos atmosféricos inundaron el estado durante el invierno pasado. Las crecidas pueden dañar las plantas de tratamiento de agua – y las tormentas interrumpir el servicio eléctrico en los pozos privados y el tratamiento de agua en sistemas más grandes, así como las instalaciones de distribución.
De hecho, en la encuesta del 2021, los apagones debido a las políticas de prevención de incendios forestales de las compañías de servicios fueron uno de los impactos climáticos más frecuentemente mencionados en la categoría “otro”, destacando para los investigadores la necesidad de considerar y planear para la interconectividad del agua y los sistemas de electricidad.
“A la gente se le olvida la interacción entre una red eléctrica confiable y la habilidad de llevar el agua a su casa y la habilidad de los sistemas hídricos para bombear y tratar el agua”, explicó Fencl. “Cuando pensamos en la respuesta a un desastre y la preparación contra un desastre, necesitamos ser un poco más holísticos”.
Los investigadores también apuntaron a las diferencias significativas en las experiencias en torno a los impactos climáticos entre los diferentes géneros y demografías raciales, en las que los participantes latinos, asiáticos americanos, isleños del Pacífico y de la comunidad LGBTQ+ reportaron mayores tasas de impactos. Dada la relativamente pequeña muestra, Fencl indicó que se necesitan encuestas más grandes – y más inclusivas – para poder obtener una imagen más clara de esos impactos desproporcionados.
Aun así, Dobbin agregó que su estudio sirve como recordatorio para los académicos, administradores del agua y legisladores para que vuelvan a poner en el centro a los miembros de la comunidad, con toda su diversidad, como participantes claves en el esfuerzo por impulsar estrategias de adaptación al clima más eficaces y sustentables.
“Una de las conclusiones del reporte es que no podemos olvidar el papel del público en esta conversación – y no podemos ignorar al público”, agregó Dobbin. “La cuestión es que la mayoría de las adaptaciones que tenemos disponibles requieren de cierto nivel de participación residencial”.
Además de Dobbin y Fencl, los autores del estudio, publicado en el diario Climatic Change, incluyen a Gregory Pierce, del Centro Luskin de UCLA para la Innovación; Melissa Beresford, de la Universidad Estatal en San José; Silvia González, del Latino Policy and Politics Institute (Instituto de Política Latina y Políticas de UCLA) y Wendy Jepson, de la Universidad Texas A&M.
Adaptado al español por Leticia Irigoyen del artículo en inglés
Editado para su publicación por Ricardo Vela