- Author: Kathy Keatley Garvey. Adaptado al español por Leticia Irigoyen.
Causar una estampida hacia la mesa del comedor, eso es lo que puede hacer. Prepárese para ver sillas volteadas, platos volando y tenedores girando por el aire.
Esto se debe a que las manzanas Gravenstein hacen las mejores tartas. Como se lo diría cualquier aficionado a las tartas de manzana: las mejores tartas son las tartas "G": Gravenstein (primero) y las Granny Smith (en segundo lugar).
Las Gravenstein reinaban como las manzanas preferidas en nuestra granja familiar en Washington. La dulce manzana era "perfecta" para comerla directamente del árbol, o para hacerla en tartas, puré y sidra. A las vacas también les gustaban. Un ligero codazo al árbol y ¡eureka! – las manzanas caían mágicamente al piso. ¡Esas eran vacas contentas!
La manzana reliquia también es la reina suprema en el condado de Sonoma. Basta con preguntarles a los granjeros de manzanas Gravenstein, a los residentes del área, restaurantes y turistas que hacen línea para comprar una o dos bolsas.
Esto se debe a su sabor, su propensión a estar en el lugar correcto (tarta) a la hora correcta, y su corta temporada la hace ser aún más atesorada. Además, esta es una manzana con aroma. Su deliciosa fragancia impregna su cocina.
Es una manzana pequeña, rechoncha, con rayas rojas. Algunas veces, la naturaleza convierte esas rayas delgadas en bandas anchas. Y los tallos son cortos y muy susceptibles a desprenderse del árbol por lo que "los cultivadores calculan que pierden un 40 por ciento de las manzanas aún antes de madurar", escribió Carolyn Jung del periódico The Day, de New London, Connecticut., en su entrevista con Paul Vossen, consejero de Extensión Cooperativa de la Universidad de California en los condados de Sonoma y Marin, para un artículo publicado el 8 de septiembre de 1999.
Descrita por primera vez en 1797, la manzana Gravenstein proviene de Dinamarca, donde se le conoce como "Gråsten". A Dinamarca le tomo un par de siglos, pero finalmente en 2005 la declaró la “manzana nacional”.
¿Cómo llegó al condado de Sonoma? Los cazadores rusos la plantaron allí por primera vez en 1811. A los buenos ciudadanos de Sonoma les encantó tanto la manzana que bautizaron con su nombre "Gravenstein” a una importante carretera de ese lugar. Sin embargo, durante las últimas seis décadas, “los huertos de Gravenstein del condado de Sonoma se han reducido en casi 7,000 acres, habiendo hoy en día solo 960 acres", de acuerdo con un artículo que aparece en el sitio Web de Slow Food USA.
¿A qué se debe? Para los granjeros es más rentables cultivar uvas. Por otra parte, no es una manzana fácil de comercializar. Es una variedad temprana con una temporada muy pequeña, por lo general durante unas pocas semanas en agosto. Desaparece en un parpadeo.
Y es una manzana que no se encuentra en la sección de frutas y verduras de su mercado local junto a las Red Delicious, Galas, Fujis, Pink Ladies y Granny Smiths.
"No viajan bien y no duran mucho (temporada corta)", dice Daniel Sumner, profesor en el Departamento de Agricultura y Recursos Económicos en UC Davis y director del Centro sobre Asuntos Agrícolas de UC. "Para los consumidores, esto equivale al beso de la muerte".
Entre al movimiento Slow Food. Para ayudar a preservar la manzana reliquia, el grupo Russian River Slow Food contactó a los restaurantes del área y les pidió que la incluyeran en sus postres. Para participar en el movimiento para preservar a la manzana Gravenstein, la compañía FruitGuys, que envía fruta orgánica a sus clientes, donó un 17 por ciento de sus ganancias a los cultivadores de la manzana Gravenstien.
Cada granito de arena cuenta.
Mientras tanto, Sebastopol continúa celebrando su Feria Anual Gravenstein; este año se llevó a cabo el 11 y 12 de agosto.
El domingo 19 de agosto conducimos hasta Sebastopol en busca de Gravensteins, justo cuando la temporada estaba por concluir. Un granjero nos dijo: "nuestras manzanas se habrán ido en un par de días".
Le preguntamos: "¿cuál manzana hace las mejores tartas?". "Granny Smiths o Gravensteins?”. A lo que el granjero respondió: “Gravensteins". "Sin lugar a dudas".
Nosotros estamos de acuerdo.
He aquí la receta familiar para preparar una tarta de manzanas Gravenstein.
Preferimos usar azúcar morena en lugar de azúcar blanca granulada. Y mezclamos azúcar morena con canela y nuez moscada.
Para la corteza para un molde de tarta de 9.5 pulgadas
- 2 tazas de harina
- 1/2 cucharadita de polvo para hornear
- 2/3 tazas de Crisco con sabor a mantequilla, fría
- 3/4 de cucharada de sal
- 6 cucharadas de agua fría
- Cierna la harina, polvo de hornear y sal.
- Incorpore la Crisco hasta que los pedazos de masa sean del tamaño de un chícharo.
- Agregue el agua conforme lo necesite, 6 cucharadas o más, y forme una bola con la masa.
- Extienda la masa en forma circular y colóquela en un molde para tarta.
Relleno para un molde de 9.5 pulgadas
- 8 tazas de manzanas, peladas, sin semilla y cortadas en tajadas.
- 1 cucharada de canela
- 1/2 cucharadita de nuez moscada
- 3/4 taza de azúcar morena empacada sin compactar
- 1-1/2 cucharadas de mantequilla
Precaliente el horno a 425 grados.
Mezcle cuidadosamente (con un tenedor) el azúcar morena, canela y nuez moscada y luego mezcle suavemente con las manzanas. Antes de vaciar la mezcla en el molde, espolvoree un poco de canela (menos de un 1/4 de cucharada) en la corteza de abajo. Coloque rebanadas delgadas de mantequilla sobre la mezcla de manzanas. Cubra con la corteza de arriba. Haga cortes en la corteza con un cuchillo afilado y únala con la de abajo picándola con las puntas de un tenedor. Espolvoree una pizca de nuez moscada sobre la cubierta de la tarta. Cubra las orillas con una tira de ½ pulgada de papel de aluminio para prevenir que se dore excesivamente. Hornee a 425 grados durante 50 minutos o hasta que la corteza esté ligeramente dorada y las manzanas bien cocidas. Haga una prueba con un tenedor.
Advertencia: el aroma que se desprende de esta tarta atraerá a todos los vecinos, sus familias, sus amigos y los amigos de los amigos.
Con razón Luther Burbank decía que “si se pudiera contar con la Gravenstein todo el año, no habría necesidad de cultivar ningún otro tipo de manzana”.