- Author: Pamela Kan-Rice
Expertos de UC ANR abordan el tema en la revista Water Resources IMPACT
Cómo prepararse para una sequía prolongada, es el tema de un artículo, en inglés, titulado Trauma, ayuda y solidaridad que aborda el daño emocional que genera la sequía crónica para todos los residentes del oeste del país, pero especialmente los agricultores que han visto como los acuíferos se han ido agotando.
“Cada vez hay más pruebas en todo el mundo, que la inseguridad del agua puede provocar diversos problemas de salud mental, como estrés, trastorno postraumático, depresión y ansiedad. Tomar en serio estos retos, significa trabajar en la comprensión del trauma, y ofrecer ayuda y solidaridad”, indica la revista Water Resources IMPACT publicada por la Asociación Americana de Recursos Hídricos.
Faith Kearns, coordinadora académica del Instituto de Recursos Hídricos de California de la División de Agricultura y Recursos Naturales, UC ANR es parte del equipo de autores que estudian a detalle cómo la sequía afecta a las personas y presenta sugerencias y ejemplos para enfrentar mejor lo inevitable.
Kearns resalta que el número de llamadas, a la línea directa de prevención del suicidio, aumentan cuando los pozos se secan y presenta como ejemplo un caso específico en el Valle Central de California.
La última y larga sequía de California, golpeó muy duro a la comunidad agrícola, pero quizás a ninguno ha afectado tanto como a los inmigrantes hmongs y otros agricultores del sudeste asiático, quienes rentan parcelas para cultivar en un área donde el agua subterránea sigue disminuyendo, tienen pozos poco profundos, sus sistemas de irrigación son anticuados y la lista de dificultades que enfrentan esos agricultores es muy larga, indica Kearns.
Tras escuchar a los agricultores, los asesores, descubrieron que muchos de los afectados podían ahorrar dinero en sus facturas de energía cambiando los planes de tarifas y les ofrecieron asistencia técnica para hacerlo. También les dieron información de un programa estatal que ayuda a los agricultores a mejorar sus equipos de riego. Los asesores organizaron talleres en varios lenguajes para ayudarlos a presentar la solicitud.
“La magnitud de algunos problemas tan emocionales como sequía, incendios forestales, cambio climático pueden parecer increíblemente difíciles de enfrentar, sino es que imposible”, manifestó Kearns. “Al mismo tiempo, es algo que está afectando, diariamente, a todos residentes del oeste de los Estados Unidos, y por esta razón, quise resaltar el trabajo que ya están haciendo otras personas, como investigadores, psicólogos clínicos o los asesores de Extensión Cooperativa, para facilitar el camino”.
Los autores son parte de un grupo muy diverso de profesionales y sus contribuciones ayudarán a tomar decisiones informadas sobre la sequía y a preparar mejor al estado para que siga floreciendo aun en periodos prolongados de escasez de agua.
Para encontrar la edición (en inglés) de enero y febrero de la revista Water Resources IMPACT magazine de manera gratuita en el sitio web de American Water Resources Association en https://www.awra.org bajo “Publications”.
La segunda edición, que se publica en marzo, se enfoca en las respuestas a la sequía, considerando las opciones para la adaptación al cambio.
Traducido al español por Leticia Irigoyen del artículo en inglés
Editado para su publicación por Norma De la Vega
- Author: Michael Hsu
La sandía no es solo una de las frutas más grande en el mercado, posiblemente sea también la más jugosa, toda vez que 92 por ciento de su pulpa es prácticamente agua. Es sabrosa y les encanta a niños y adultos cuando se trata de calmar la sed. Pero ante la severa sequía de California, su cultivo tiene numerosos retos como el alto costo del agua, carencia de mano de obra, inflación y más.
Sin embargo, en la busqueda de opciones, los agricultores en coordinación con un investigador de la División de Agricultura y Recursos Naturales, UC ANR han encontrado, en una antigua técnica agrícola, la oportunidad de producir más sandías con menos agua, algo que es muy prometedor.
“El uso de injertos ha abierto un nuevo canal en el mundo de las sandías y para toda la producción de verduras en California”, dijo Zheng Wang, asesor agrícola en los condados en los condados de Stanislaus, San Joaquín y Merced, quien ha estado asesorando a los productores de esta fruta.
Todo comenzó, en el verano de 2018, poco después de que los agricultores presentaron a Wang, un problema apremiante. Supermercados y otros compradores estaban rechazando, por problemas de calidad, un número cada vez mayor de sandías.
A pesar que California es el tercer estado productor de sandías en Estados Unidos, después de Florida y Georgia, la investigación sobre las sandías a nivel estatal ha sido relativamente bajo.
“Parece que las sandías no han atraído mucha atención en relación a otras cucurbitáceas”, mencionó Wang. Cucurbitáceas es el nombre científico de cultivos como melones, todo tipo de calabazas, pepinos y más.
Wang, experto en los injertos de tomates y otros vegetales, sabe que los productores de verduras conocen los beneficios teóricos de los injertos, los cuales combinan un scion (la parte aérea de una planta) con el robusto portainjerto de una planta afín. Sin embargo, el gran reto es comprobar que es costeable. Especialmente en esta era en la que los agricultores enfrentan muchas presiones económicas, ellos necesitan asegurarse que el costo extra por el uso de los injertos es redituable. De ahí que la meta fue desde un principio reducir costos y aumentar rendimiento.
“Algunas veces, como productores queremos probar una nueva técnica agrícola o producto de cosecha”, señaló David Jarrett de Groningen & Sons, quien produce sandías en el Valle de San Joaquín. “Una persona como Zheng puede llevar a cabo un experimento importante y tiene los recursos, cuantitativos y cualitativos, para medir las posibilidades de éxito”.
En 2019 durante las primeras pruebas de colaboración con los productores, Wang probó si podían plantar menos plantas de sandías dejando entre sí un espacio mayor y obtener, al mismo tiempo, una producción estable de sandías de alta calidad.
La idea era que las plantas injertadas, que suelen ser más vigorosas y tienen hojas y un dosel más grande, producirían sandías comercialmente consistentes y que se pudieran cosechar entre 7 u 8 veces durante una temporada de cosecha prolongada.
“De esa manera podemos hacer una planta equivalente a ‘dos'”, explicó Wang, resaltando que las plantas no injertadas tienden a producir únicamente de dos a tres cosechas de buenas sandías y la calidad declina rápidamente a partir de ahí.
Los injertos tienen ‘mucho potencial'
Según Wang, los productores reportaron que, los campos con plantas injertadas produjeron, entre 15 y 25 por ciento más sandías por acre que los cultivos sin injertos, al tiempo que utilizaron un 30 por ciento menos de plantas y la misma cantidad de agua y fertilizantes.
Así, en esta era de una economía difícil, los injertos son una melodía dulce para los oídos de los productores porque ofrecen mayor rentabilidad.
“La agricultura de California se encuentra bajo estrés teniendo que competir por recursos limitados como la tierra, agua, fertilizante y más, pero fuera de este ámbito podemos mejorar algunos de nuestros cultivos con los injertos”, manifestó Jarrett. “Así como muchos cultivos de árboles están injertados, estamos aprendiendo que otros cultivos también pueden ser exitosamente injertados; la meta es crear una planta más fuerte que pueda crecer mejor en suelos marginales con menos insumos”.
Al mismo tiempo, los agricultores están adoptando la nueva técnica agrícola que consiste en sembar los cultivos de sandías con la nueva separación “estándar” de 4 a 5 pies , permitiéndoles reducir su población de plantas al tiempo que incrementan el rendimiento.
“El uso de injertos ha abierto un nueva opción en el mundo de las sandías y para toda la producción de verduras en California”, dijo Wang.
Lo que sigue para Wang es probar varias combinaciones de scions y portainjertos. Este año, inició una variedad de pruebas con portainjertos de varios miembros de la familia de las cucurbitáceas, como calabazas híbridas, calabazas cidra y botella, con la esperanza de generar resultados que los productores de sandías puedan usar para decidir las mejores opciones para sus condiciones locales.
“En resumen, hay muchas incógnitas pero también mucho potencial para el futuro”, manifestó el experto.
Adaptado al español por Norma De la Vega del artículo en inglés
- Author: Janet Hartin
- Adaptado al español por: Ricardo A. Vela
La primavera de 2021 resultó ser una de las más calurosas de California, rompiendo récords de calor en varias ciudades. Fue una oportunidad perfecta para plantar "árboles de paisaje listos para el clima" en ciudades del interior identificadas en un estudio realizado por la Extensión Cooperativa de la Universidad de California en asociación con el Servicio Forestal de los Estados Unidos.
La idea de reunir a grupos comunitarios y voluntarios para mejorar las copas de los árboles que enfrían las islas de calor urbano, que pueden ser más de 50 grados más calientes que las áreas circundantes, en el área de Redlands fue generada por Janet Hartin, asesora de horticultura ambiental de UC Cooperative Extension para los condados de Riverside, San Bernardino y Los Ángeles.
Este proyecto se hizo realidad cuando Mandy Parkes, gerente del Distrito de Conservación de Recursos de Inland Empire, y Shelli Stockton de la Universidad de Redlands recibieron subvenciones del Cuerpo de Acción Climática para iniciar un vivero y obtener los "árboles de paisaje listos para el clima" listos para plantarlos. Hasta la fecha, se han plantado casi 100 árboles del estudio, incluidos más de 40 en el Complejo Deportivo Redlands.
Según Parkes: "El proyecto avanza rápidamente debido al excelente trabajo de los Becarios de Acción Climática; inspirar la investigación y el apoyo de Janet Hartin y los Maestros Jardineros de Extensión Cooperativa de UC que se asegurarán de que los residentes continúen recibiendo ayuda adecuada para el cuidado de los árboles mucho después de que termine el proyecto; esta será la tarea de Mario Saucedo y su organización sin fines de lucro de acción comunitaria con sede en Redlands.
El proyecto Redlands ejemplifica los principios básicos de un proyecto bien pensado y ejecutado que incluye el cuidado de los árboles a largo plazo, una verdadera clave para maximizar los beneficios de los árboles durante su vida útil de más de 50 años.
Con una sequía en todo el estado que obliga a restringir el uso del agua, las personas están buscando opciones para ahorrar el vital líquido. Hartin aconseja no sacrificar ningún árbol.
"Una de las cosas que creo que es importante priorizar es asegurarnos de que cuando tengamos que reducir nuestro uso de agua afuera en áreas urbanas, mantengamos nuestros árboles como una prioridad máxima", dijo Hartin. "Si eso significa durante un año o dos que nuestros céspedes y nuestros arbustos de flores se van a quedar en el camino, pues, ni modo, eso es lo que debemos hacer”, dijo Hartin.
"Los árboles maduros son fundamentales para enfriar las islas de calor urbanas, y no podemos darnos el lujo de perderlos y comenzar de nuevo", dijo Hartin. "La sombra de los árboles maduros puede reducir las temperaturas de la superficie hasta en 65 grados en los estacionamientos cubiertos de asfalto. La sombra de un solo árbol puede reducir estas temperaturas de la superficie de 165 a menos de 100 grados cuando las temperaturas del aire alcanzan los 110 grados. Incluso con temperaturas del aire en los años 90, las temperaturas de la superficie pueden alcanzar los 140 grados".
Ella recomienda algo tan simple como arrastrar una manguera hacia afuera y hacia la línea de goteo del árbol, asegurándose de no regar el tronco, sino el otro lado de la línea de goteo donde está el sistema radicular activo.
Además de proporcionar sombra, los árboles absorben y almacenan dióxido de carbono, liberan oxígeno, mejoran los polinizadores y el hábitat de la vida silvestre, filtran los contaminantes del aire y el agua y pueden reducir el uso de energía, según Hartin. Debido a que los árboles tardan años en crecer, no se reemplazan tan fácilmente como otras plantas.
A medida que los residentes dejan secar el césped y que se vuelva marrón, ella recomienda regar los árboles que están cerca o rodeados de césped.
Ella recomienda algo tan simple como arrastrar una manguera hacia afuera y hacia la línea de goteo del árbol, asegurándose de no regar el tronco, sino el otro lado de la línea de goteo donde está el sistema radicular activo.
"Para los árboles frutales, es posible que tengamos que renunciar a la producción de frutas durante un año más o menos. Puede que no haya suficiente agua para apoyar la producción de frutas, pero el objetivo es mantener vivos los árboles durante la sequía", dijo Hartin.
La mayoría de los condados tienen un Programa de Jardineros Maestros de UC con una línea de ayuda atendida por voluntarios bien capacitados que brindan consejos para ayudar a mantener vivas las plantas y recomendar plantas que sean adecuadas para el medio ambiente local. Encuentre un Programa de Jardinero Maestro de UC local en https://mg.ucanr.edu/FindUs.
Para obtener más información sobre el estudio o cómo combatir el cambio climático con árboles:
"Climate-ready tree study: update for Southern California communities" por E. Gregory McPherson, Alison Berry, Natalie van Doorn, Janet Hartin, Jim Downer, Darren Haver y Erica Teach se publica en https://www.fs.usda.gov/treesearch/pubs/60414.
"Los árboles para mañana comienzan hoy".
"Los exuberantes bosques urbanos pueden ayudar a las comunidades a enfrentar el cambio climático".
Video:
https://youtube.com/shorts/-9-dqpRcEso
- Author: Kat Kerlin, UC Davis
- Adaptado al español por: Norma De la Vega
Un estudio encontró que los bosques resilientes tienen muchos menos árboles.
¿Qué aspecto tiene un bosque "resiliente" en la Sierra Nevada de California? Este tiene muchos menos árboles en comparación a los que estamos acostumbrados, indica un estudio ejecutado por la la Universidad de California, Davis sobre los bosque en donde se han registrados incendios con frecuencia.
Hace más de un siglo, los árboles en la Sierra Nevada casi no competían, con otros árboles, por los recursos naturales. La densidad de árboles que había a finales de los años 1800s asombraría a los californianos de hoy. Pero debido a la eliminación de los incendios, en la actualidad, los árboles tienen que convivir con seis o siete veces más árboles que sus antepasados, compitiendo por menos agua en medio de condiciones más secas y calurosas.
El estudio, publicado en el diario Forest Ecology and Management (Ecología y control forestal), sugiere que los rodales (comunidad de árboles) de baja densidad que eliminan ampliamente la competencia entre árboles son fundamentales para generar bosques resilientes a los múltiples estresores causados por un incendio forestal, sequías, escarabajos de la corteza y el cambio climático.
Este enfoque supondría un cambio significativo respecto a las estrategias de control actuales, las cuales usan la competencia entre árboles para dirigir el desarrollo del bosque.
Definiendo qué es ‘resiliencia ' o resistencia
Pero la pregunta básica es: “simplemente ¿qué significa “resiliente”? Un término, que aparece cada vez más en los planes de control, que es vago y difícil de cuantificar. Los autores desarrollaron esta definición de trabajo: “La resistencia es una medida sobre la adaptabilidad de los bosques a una serie de tensiones y refleja la integridad funcional del ecosistema”.
También descubrieron que una herramienta forestal común — el Índice de Densidad del Rodal (Stand Density Index), o SDI, por sus siglas en inglés — es efectivo para evaluar la resiliencia forestal.
“Los bosques resilientes responden a una serie de factores de estrés, no sólo a uno”, explica el autor Malcolm North, profesor afiliado de ecología forestal en el Departamento de Ciencias de las plantas de UC Davis e investigador ecólogo del Servicio Forestal de EUA, de la Estación de Investigación del Pacífico Suroeste. “‘La resiliencia consiste en sobrevivir a un estrés concreto como el fuego — pero en estos bosques están ocurriendo muchas cosas sobre todo con la presión del cambio climático”.
Naturaleza competitiva
La manera de hacer que los bosques de la Sierra se adapten a los incendios, requiere de una reducción drástica de la densidad — hasta en un 80 por ciento de los árboles, en algunos casos.
“Los tratamientos para restaurar la resiliencia en los bosques de hoy deberán ser mucho más intensos que el enfoque actual para reducir combustibles”, indicó Scott Stephens, de UC Berkeley y coautor del estudio.
El estudio comparó bases de datos de alta escala históricos y contemporáneos y las condiciones forestales en el sur y centro de la Sierra Nevada, desde el bosque Sequoia Nacional hasta el Bosque Nacional Stanislaus. Descubrió que entre 1911 y el 2011, la densidad de árboles se incrementó entre seis y siete veces, mientras que el tamaño promedio de los árboles se redujo a la mitad.
Hace un siglo, tanto la densidad de los rodales y la competencia eran bajas. Más de tres cuartos de los rodales forestales tenían poca o cero competencia que frenara el crecimiento de los árboles y redujera su vigor. En cambio, se considera que casi todos -entre el 82% y el 95%- de los bosques modernos con incendios frecuentes están en "plena competencia”.
El estudio indica que los bosques con densidades de árboles muy bajas pueden ser más resistentes a las amenazas de los incendios, la sequía y otros factores de estrés climático, manteniendo al mismo tiempo la calidad del agua, el hábitat de la fauna y otros beneficios naturales. Los bosques quemados por incendios de alta gravedad o que se secan debido a la sequía pierden tales servicios del ecosistema.
Una llamada de atención
Los autores sostienen que la sequía del 2012 al 2016, en la que murieron casi 150 millones de árboles debido a la infestación del escarabajo de la corteza provocada por la sequía, sirvió como llamada de atención para la comunidad forestal de que se necesitarían enfoques diferentes para ayudar a los bosques a enfrentar las múltiples amenazas y no solo los graves incendios forestales.
Es un cambio en el control forestal que elimina la competencia para permitir que los pocos árboles que queden puedan crecer más resilientes.
“La gente se ha acostumbrado a los bosques de alta densidad en los que vivimos”, dijo North. La mayoría de las personas se sorprenderían al ver el aspecto que tenían esos bosques cuando los incendios frecuentes los mantenían en una baja densidad. Pero si se eliminan los árboles más pequeños y se dejan los árboles capaces de superar el fuego y la sequía, dejará un bosque bastante impresionante. Esto significa crear condiciones muy abiertas con poca competencia entre los árboles. Hay mucha información histórica que respalda esto”.
“Nosotros pensamos que es posible generar bosques resilientes, pero eso requiere de una reducción drástica de la densidad de árboles hasta que haya poca o nada de competencia”, señaló Brandon Collins de UC Berkeley, otro coautor del estudio. “Hacer esto permitirá que los bosques se adapten a futuros climas”.
Entre los coautores también se encuentran Ryan Tompkins de Extensión Cooperativa de UC y Alexis Bernal y Robert York de UC Berkeley.
El estudio fue financiado por el National Park Service Pacific West Region (Servicio de Parques Nacionales de la Región Oeste), U.S. Forest Service Pacific Southwest Research Station (Estación de Investigación del Servicio Forestal de EUA del Suroeste del Pacifico), U.S. Joint Fire Sciences Program (Programa Conjunto de Ciencias del Fuego de EUA)y la División de Agricultura y Recursos Naturales de UC.