- Author: Ricardo A. Vela
Brent Floy, de 22 años, empleado del departamento de frutas y legumbres de un supermercado Stater Bros. en Irvine, California nunca pensó que empacaría frutas y verduras que el cosechaba tan solo unas horas. Floy es parte de un grupo de estudiantes que participaron en un programa especial del Centro de investigación y extensión de la Costa Sur de la Universidad de California en Irvine; mejor conocido por su nombre en inglés South Coast REC.
El programa del REC de South Coast, tiene como objetivo enseñar a jóvenes varios aspectos de las carreras en agricultura. En esta ocasión colaboraron con el Centro Educativo Esperanza del Distrito Escolar Unificado de Saddleback, quien cuenta con un programa de transición para adultos que ofrece entrenamiento en habilidades de vida e independencia a estudiantes con discapacidades.
La colaboración de Esperanza con el REC de South Coast se inició en octubre del 2019. Desde entonces, nueve participantes han sido asignados a trabajar en el centro de investigación en donde ayudan a preparar semilleros, plantas y cultivos de cosecha y aprenden sobre el manejo de plantas.
Para Flory la experiencia de pizcar aguacates fue uno de los momentos favoritos del programa. “Recogí un aguacate enorme y me lo llevé a casa. Era del tamaño de la mitad de una calabaza”, compartió el joven.
“Esta es la primera vez que he tenido la oportunidad de que mis estudiantes trabajen en un sitio en el campo agrícola. Realmente nunca pensamos en la industria agrícola como una opción para nuestros estudiantes”, dijo Michael Seyler, especialista en educación en el programa Esperanza.
Dylan Shelden, de 19 años, otro exparticipante, manifestó que el programa reveló lo importante que es para él elegir una carrera que lo haga sentirse feliz e independiente. “Eres responsable de ti mismo”, indicó. “Así que, yo no renuncio al primer intento”.
Shelden trabaja actualmente en la tienda Party City acomodando mercancía. Aunque prefiere trabajar en el interior, Shelden describe su trabajo con las plantas y en el exterior como algo refrescante. “Trabajar en la agricultura me hace sentir bien”, agregó
Ray Bueche, coordinador del Programa de Transición para Adultos y Career Start de Esperanza, está orgulloso de la energía creativa utilizo para el programa y unir a los colaboradores, dando crédito a Jason Suppes, especialista en educación comunitaria del REC de South Coast. “Trabajar con Jason y UC ANR me ha inspirado para continuar buscando colaboraciones únicas en el campo y en cualquier otro lugar”, mencionó Bueche.
Las habilidades interpersonales aprendidas mientras trabajan en el REC de South Coast les han ayudado a otros estudiantes a conseguir un trabajo competitivo y pagado durante o al terminar el programa. También han inspirado al personal del programa como Bueche y Seyler a considerar otras oportunidades únicas para que sus estudiantes conecten las destrezas aprendidas en la granja con otros tipos de trabajos.
Para conocer más sobre Programa de Transición para Adultos del Centro Educativo Esperanza, visite: https://www.svusd.org/schools/alternative-schools/esperanza/about/why-esperanza
- Author: Pamela Kan-Rice
Un mejor acceso a la atención médica y a los programas de redes de seguridad ayudaría a este grupo de trabajadores esenciales.
La pandemia del CORONAVIRUS-19 cambió literalmente nuestra forma de vida. Paralizó por días toda actividad comercial, industrial, educativa y recreativa. Dejando solo a un reducido número de trabajadores realizando una serie de tareas consideradas esenciales. Entre estos trabajadores se incluyó a los trabajadores agrícolas para poder determinar la realidad del estado de salud de estos trabajadores esenciales es importante más datos. Un nuevo estudio publicado por científicos de la Universidad de California va más allá de los problemas de salud relacionados con el trabajo, como el calor y la exposición a pesticidas, a la salud general de las personas que ayudan a plantar, nutrir y cosechar alimentos en California.
"Los hallazgos del estudio confirman la alta carga de enfermedades crónicas en una fuerza laboral que se considera esencial pero que carece de acceso adecuado a la atención médica y a los programas de redes de seguridad", dijo Susana Matias, autora principal y especialista en Extensión Cooperativa de la UC en el Departamento de Ciencias de la Nutrición y Toxicología de UC Berkeley. "Esta es una preocupación porque California necesita una fuerza laboral saludable de trabajadores agrícolas. Estos trabajadores son clave para poner comida en nuestras mesas y deben ser protegidos y apoyados como cualquier otro trabajador de California".
Después de leer el estudio, una defensora de las trabajadoras agrícolas dijo que ve oportunidades para mejorar la salud de los trabajadores agrícolas al mejorar sus condiciones de trabajo mediante la promulgación de políticas que rigen los permisos de trabajo; cuidado de niños; manejo de plagas; prestaciones de desempleo; el acceso a alimentos sanos y asequibles; y viviendas seguras y asequibles.
Para ver una perspectiva más amplia de la salud de los trabajadores agrícolas, Matías analizó datos de tres estudios realizados por Marc Schenker, médico y profesor emérito de UC Davis. Los estudios de Schenker examinaron la salud general de los trabajadores agrícolas, las lesiones ocupacionales y las causas importantes de enfermedades y enfermedades. Las causas o los llamados "determinantes sociales" de la enfermedad incluyen bajos ingresos, inseguridad alimentaria, estatus migratorio indocumentado y malas condiciones de vivienda.
"Esos determinantes sociales son particularmente negativos e impactan los resultados de la enfermedad en la población de trabajadores agrícolas", dijo Schenker. "Con demasiada frecuencia, los trabajadores agrícolas no tienen los beneficios de otras poblaciones trabajadoras, incluida la atención médica adecuada. Se espera que el reconocimiento de esta situación pueda conducir a abordar estas deficiencias y a mejorar la salud de los trabajadores agrícolas".
Irene de Barraicua, directora de operaciones y comunicaciones de Líderes Campesinas, dijo que el estudio se relaciona con gran parte del trabajo que realiza su organización para abogar por las trabajadoras agrícolas.
"El artículo y los estudios enfatizan los hallazgos que exigen salarios más altos, mejores condiciones de trabajo, más derechos de los trabajadores y acceso a la atención médica", dijo de Barraicua. "A partir de estos hallazgos, también podemos deducir que la salud de los trabajadores agrícolas se ve afectada por diversos factores de estrés relacionados con la pobreza, las condiciones de trabajo insoportables e inseguras, y la falta o el costoso cuidado de los niños, por nombrar algunos".
Matías encontró que las trabajadoras agrícolas tenían un mayor riesgo de obesidad y una circunferencia de cintura más grande, mientras que los trabajadores agrícolas masculinos tenían un mayor riesgo de presión arterial alta y colesterol total alto.
"Estas diferencias en los riesgos crónicos para la salud entre hombres y mujeres trabajadores agrícolas sugieren que las respuestas clínicas y de salud pública podrían necesitar ser específicas del sexo", dijo Matias, quien también es codirector asociado de la facultad en el Instituto de Alimentos de Berkeley.
Los estudios se realizaron con trabajadores agrícolas en Mendota, Oxnard y Watsonville. A Matías le gustaría ampliar el alcance para evaluar la salud de los trabajadores agrícolas en todo el estado.
"El artículo 'La carga de enfermedades crónicas entre los trabajadores agrícolas latinos en California' claramente pone en primer plano 'brechas' sociodemográficas y socioeconómicas muy importantes únicas para los trabajadores agrícolas, un segmento esencial de nuestra población y fuerza laboral", dijo de Barraicua de Líderes Campesinas.
"Necesitamos promulgar políticas que faciliten el acceso a la atención médica, incluidos los servicios de salud mental; clínicas rurales y móviles gratuitas de fácil acceso; servicios de telesalud, esencialmente cobertura de salud sin restricciones para todos", dijo de Baracuaca y agregó que se necesitan trabajadores de salud comunitarios de confianza que conozcan la cultura de los trabajadores agrícolas y hablen su idioma.
También señaló la creciente población de trabajadores agrícolas indígenas mexicanos y enfrentan mayores desafíos relacionados con el acceso al idioma, la educación limitada y el estatus migratorio.
El artículo, co-escrito por Matias, Schenker, la investigadora postdoctoral de UC Berkeley Caitlin French y el estudiante Alexander Gomez-Lara, se publica en Frontiers in Public Health.
Adaptado al español por Ricardo Vela del artículo en inglés
/span>- Author: Norma De la Vega
El número de agricultores hispanos, dueños de pequeñas granjas crece rápidamente. Estadísticas oficiales , a nivel nacional, indican que de 2012 a 2017, el total de agricultores aumentó 7 por ciento, mientras que el aumento entre productores hispanos fue de 13 por ciento. Asimismo, las granjas operadas por latinos aumentaron en 8 por ciento a 86,278 granjas, en el mismo periodo.
Después de Texas, California es uno de los estados donde se concentra el mayor número de agricultores hispanos. Resultado de esto es el gran esfuerzo de las autoridades federales y estatales por ampliar sus servicios, entrenamiento y promover las redes de intercambio de información en español.
Es un afán que lleva varios años y que se ha ido intensificando. Resultado de esto es la Octava Conferencia del Agricultor Latino, 18 y 19 de noviembre en Escondido, California, a la que asistieron alrededor de 250 agricultores y fue organizada por National Center Appropriate Technology y California State Conservationist del Departamento de Agricultura, USDA.
El evento que inició con la visita a varias granjas en la que los productores latinos de varios condados de California intercambiaron conocimientos sobre los retos de producir alimentos. Ahí se presentaron decenas de preguntas sobre prácticas culturales, agricultura orgánica, estrategias de mercadotecnia y los valiosos secretos para la adquisición de la tierra y el ahorro del agua.
La agricultura es un componente importante de la economía local. En el condado de San Diego hay más de 5 mil pequeñas explotaciones, más que ningún otro condado en el país. Entre los agricultores latinos ahí presentes, había varios hijos de padres inmigrantes, que crecieron trabajando en el campo, pero por un lapso se rehusaron a seguir la huella de sus progenitores “por lo duro del trabajo agrícola”. Son profesionistas, quienes se graduaron de la universidad, trabajaron en diferentes industrias y han vuelto a la agricultura tras descubrir que del amor a la tierra les siguen brotando nuevos sueños.
“A los 15 años yo no quise tener nada con la agricultura porque siempre nos ven más debajo de toda la gente” dijo Héctor López, dueño de una granja de 12 acres, bautizada como, Tierra Sana Farm, y localizada en Bonsall, el área agrícola del Norte del condado de San Diego. “Hice mi carrera, me jubilé y cuando paso la pandemia nos dimos cuenta de que mucha gente no tenía para los alimentos. Mi familia viene de agricultores y nos nació otra vez esa pasión por la agricultura”.
López, adquirió un rancho abandonado de árboles de aguacate, Hass y algunos de la variedad Fuerte, y su meta es transformarlo en granja sustentable. Tenía mil árboles aguacateros cuando lo adquirió, pero solo logró salvar la mitad. “El problema es que la granja tiene un sistema de riego anticuado que lo instalaron hace 50 años cuando había mucha agua o el agua era muy barata”.
Su meta es diversificar su producción, y ya está experimentando con algo de café, tamarindo, guayaba, y tiene un árbol platanero. Además, desea atraer el agroturismo y convertir ese sitio en una agricultura sustentable. “Aquí se da muy bien la guayaba y muchas personas están quitando aguacate y plantando guayaba está muy bien vendida”, dijo López.
Actualmente está aplicando métodos para una producción sustentable, él mismo ejecuta toda la técnica para hacer un té de compostaje con la ayuda de un contenedor de 50 galones con mangueras que distribuye el agua con nutrientes a todo el sistema de riego.
La segunda vista fue a Solidarity Farm en Pauma Valley en donde se opera como cooperativa y se cultiva una diversidad de frutas y verduras de temporada en 10 acres bajo los principios de la agricultura regenerativa y con la idea de que los alimentos deben ser accesibles a todos. Los voluntarios aprenden sobre los cultivos al tiempo que ayudan a combatir la inseguridad alimentaria.
Una de ellas es Angie Ryan, con apenas 3 meses cultivando. “Me he convertido en un nuevo agricultor después de haber tenido otras carreras, pero esta se siente tan crucial ahora. Es tan importante para nosotros poder tener una buena comida para nosotros mismos y para llevar a un lugar donde no tienen acceso a buenas verduras frescas ", dijo Ryan, quien ha cultivado tomates, calabacín, sandía, chiles y más.
“He aprendido que no se trata de forzar a que la tierra nos dé lo que queremos, sino a ser socios de la tierra y trabajar juntos aprendiendo muy buenas habilidades de cómo cultivar bien para obtener alimentos verdaderamente nutritivos” sostuvo Ryan.
La última granja fue Pauma Band of Luiseños Indians, donde se producen 4 tipos de variedades de uva de vino. La granja, de 40 acres, la adquirieron hace 15 años y empezaron a producir uvas hace 2 años en 4.5 acres.
Edward Calac, miembro de la tribu Luiseños, en Pauma, dijo que esperan obtener los primeros beneficios en 5 años y entre los mayores retos que enfrentan en la producción mencionó las plagas.
“Le tememos a la enfermedad de Pierce, porque acaba con los cultivos, pero también tenemos tuzas y ardillas”.
Información de ANR, indica que, a la plaga, se le conoce en español, como la chicharrita de alas cristalinas es un vector invasivo y agresivo o propagador de la enfermedad de Pierce. Es considerada una de las enfermedades más devastadoras de la vid en el mundo. La bacteria que causa la enfermedad, Xylella fastidiosa, mata a las vides dentro de los dos a cinco años después de la infección. No hay cura para la enfermedad de Pierce.
El combate a las plagas, la sequía, la regulación de los pesticidas fueron temas recurrentes tanto en las pláticas informales como en los talleres. La conferencia se enfocó en prácticas agrícolas ecológicas y mercadotecnia.
El segundo día de la conferencia se llevó a cabo en las instalaciones de California Center for the Arts en donde se presentaron decenas de talleres con expertos de varias organizaciones. Durante la inauguración del evento, Carlos Suárez, director estatal de Natural Resources Conservation Services agency, NCRS-USDA dijo que la pandemia trajo problemas, pero también oportunidades. “Muchos agricultores perdieron el eslabón con los cambios abruptos de COVID-19, pero también, hubo la aparición de nuevas tecnologías de comunicación, como Zoom que ayudaron a mostrar que hay un creciente número de agricultores latinos que quieren seguir actualizando sus conocimientos.”
Suárez añadió que es importante proveer a los agricultores latinos con la información y recursos que requieren para producir. “Hay esa evolución de que yo estoy trabajando en la finca y yo puedo ser dueño, y yo también puedo producir y ese número crece y crece y ustedes se tienen que dar un gran aplauso porque esa es la razón por la que estamos en esta conferencia hoy”, sostuvo Suárez.
De pronto se escuchó un nutrido aplauso de los agricultores a sí mismos como símbolo de reconocimiento de identidad, alegría y orgullo por sus logros por hacer posible esa conferencia en español.
En la conferencia participaron 30 patrocinadores y alrededor de 10 personas, educadores y asesores agrícolas de la red de Extensión Cooperativa de la División de Agricultura y Recursos Naturales, UC ANR, quienes hablaron con los productores sobre una diversidad de temas y presentaron talleres educativos como: Eficiencia del riego, Irrigación y conservación del agua, Salud Mental y Bienestar y más. Otros temas fueron Acceso a Tierra y Capital; Micro-préstamos para agricultores Emergentes, presentados por varias organizaciones.
Marianna Castiaux, directora del programa de suelos saludables de Extensión Cooperativa en Fresno, dijo que uno de los problemas más serios que enfrentan los agricultores en ese condado Fresno es el agua y parte de su labor consiste ayudar a los pequeños productores a buscar fondos y subsidios para instalar el sistema de riego para usar menos agua, además que imparten clases para enseñarlos a evitar el uso pesticidas y aspectos de la seguridad alimentaria y más.
“Trabajamos con productores pequeños y la mayoría son de Asia Hmong (en esa área de Fresno) y ellos producen algunas frutas como jujube o (dátil rojo) guayaba y moringa es un tipo de té que cultivan y muchas verduras y se venden mucho en esa área con sus familias y en la costa”, dijo la experta.
En el salón de exhibición de la conferencia también participaron representantes del Censo de Agricultura 2022,quienesinformaronque elCenso seejecutacada 5 años y se estarállevando a lo largo denoviembre 2022hastafebrero 2023.Participar, esimportante,puesesta es laherramientaparadeterminar elfuturo de laagricultura en el país yayudar aimplementarprogramas deacuerdo alasnecesidades delosagricultores.Todaslasvocescuentan ytodoslosagricultores deberíanparticiparinclusolas pequeñasparcelas,rurales ourbanas, enlasque secultivanfrutas,hortalizas o se crían animales para la alimentación y han vendido 1,000 dólares o más.

- Author: Ricardo A. Vela
En 2005 la muerte de una trabajadora agrícola ubicada al este de Stockton, California puso en evidencia los sufrimientos de los jornaleros durante el verano. María Isabel Vásquez Jiménez, originaria de Oaxaca, México de 17 años y con dos meses de embarazo trabajaba en un viñedo bajo una temperatura superior a los 95 grados Fahrenheit. Su muerte y la de otros tres jornaleros en años previos, llevaron a que California adoptara la ley sombra, agua y descanso para evitar más muertes debido a la insolación.
Teresa Andrews, educadora comunitaria del Centro Occidental para la salud y la seguridad en la agricultura de la Universidad de California Davis, recuerda cuando se realizaban los estudios científicos para respaldar la ley. “El estudio este fue específicamente sobre como el calor afecta a las personas. Hubo un grupo de expertos que estuvieron visitando varios lugares agrícolas desde el norte de California hasta la frontera con Mexicali y estuvieron viendo las diferentes tareas que hacían los trabajadores durante el día, este estudio se hizo durante tres años en la época del verano”, dijo Andrews.
Al mismo tiempo, los expertos recababan datos sobre la temperatura en el ambiente, la humedad, y otros factores del medio ambiente.
“Ellos (los expertos) observaban durante todo el día de trabajo las actividades que hacían los jornaleros, es decir, si estaban pizcando, si estaban sembrando, todo lo que estuvieran haciendo los trabajadores”, agregó Andrews. “Antes de empezar la jornada, se les media (a los jornaleros) su nivel de glucosa, de hidratación y al final del día se tomaban las mismas muestras, para ver cómo estaba respondiendo su cuerpo al calor”, señalo Andrews.
“Cuando el estudio iba a empezar se registró la muerte de una joven trabajadora del campo, María Isabel Vásquez-Jiménez y esto llevo a que CalOsha iniciara la campaña de sombra, agua y descanso”. Andrews agrega que el centro fue parte importante de esta campaña desde su inicio hace 17 años.
Desde la promulgación de la ley en el 2005, cada año durante el verano, CalOsha y el Centro Occidental para la Salud y la Seguridad en la Agricultura retoman la campaña y ofrecen talleres en español e inglés por todo el estado para concientizar a los trabajadores sobre el derecho que tienen de recibir sombra, agua y descanso de así necesitarlo.
Pero a pesar de estos esfuerzos por los menos en los últimos doce años han fallecido veinticuatro jornaleros a consecuencia de la insolación.
“A veces cuando hablo directamente con ellos durante las capacitaciones, me dicen que no toman agua por que tienen miedo de que van a ir mucho al baño, de que el patrón le va a llamar la atención porque no están trabajando tan rápido”, declara Andrews.
El tener agua para su consumo es el derecho de los jornaleros, Andrews asegura que beber agua en pequeñas cantidades es crucial para el bienestar del trabajador agrícola. Ella utiliza conceptos sencillos en sus talleres para concientizar a los trabajadores del campo sobre la importancia de estar siempre hidratado.
"Nosotros no tenemos una lucecita que nos advierta sobre la falta de agua, pero tenemos la sed, que es la señal para saber que estamos cerca de sufrir un golpe de calor o una insolación”, señala Andrews.
La educadora comunitaria, enfatiza sobre la diferencia entre el golpe de calor y la insolación.
El golpe de calor lo causa la alta temperatura corporal que alcanza el organismo (por diversos factores), mientras que en la insolación la causa es la alta temperatura que alcanza el organismo por la exposición al sol.
Los signos de alerta para el golpe de calor son los siguientes:
- Fiebre superior a 104 grados Fahrenheit.
- Cambios en el estado mental o comportamiento, como confusión, agitación y balbuceo.
- Piel caliente y seca o sudoración excesiva.
- Náuseas y vómitos.
- Piel enrojecida.
- Pulso acelerado.
- Respiración rápida.
Los síntomas de la insolación son:
- Cara congestionada.
- Dolor de cabeza.
- Sensación de agotamiento.
- Sensación de sed.
- Calambres musculares intermitentes en extremidades y abdomen.
- En la insolación sudoración abundante, en el golpe de calor la sudoración cesa y la piel está seca, caliente y enrojecida.
- Mareos, náuseas y vómitos.
- Pulso fuerte e irregular.
- Respiración acelerada y ruidosa.
- Temperatura corporal.
Andrews señala que si bien es importante saber reconocer los síntomas de estas dos condiciones y actuar rápido. Lo mejor es prevenir y mantenerse hidratados bebiendo siempre agua en sorbitos desde el momento en que se empieza a sentir sed. La ley en California que protege a los trabajadores agrícolas señala que debe otorgarse a los jornaleros no menos de cinco minutos de descanso bajo un lugar con sombra y agua.En esos cinco minutos no se debe incluir el tiempo que toma llegar del lugar dónde estaba el jornalero al lugar donde está ubicada el área de sombra. La ley señala también que lo más recomendable es que el trabajador agrícola no regrese a laborar hasta que se sienta mejor.
De acuerdo con información recabada por CalOsha, cada año fallecen entre 3 y 4 jornaleros debido a insolación.
La labor de concientización que el Centro Occidental para la salud y la seguridad en la agricultura, CalOsha y UC ANR realizan es sumamente importante ya que la amenaza de sufrir un golpe de calor o insolación sigue presente debido al cambio climático en donde las temperaturas son más altas cada verano.
“Es nada más que la gente se acostumbre a oír la información con base científica y que tiene el objetivo de ayudarlos a llevar una mejor calidad de vida”, concluye Andrews.
El estudio, publicado el mes pasado en la revista Geophysical Research encontró que el cambio climático está haciendo que los veranos sean más calurosos y largos, al tiempo que reduce las otras tres estaciones. La temperatura promedio de verano en los últimos cinco años ha sido 1.7 grados más cálida de lo que fue desde 1971 hasta 2000.
Más de 1 millón de trabajadores agrícolas trabajan bajo calor extremo cada día. Durante las temporadas altas de producción, julio y agosto, los jornaleros están en los campos durante 12 horas o más, en temperaturas que con frecuencia superan los 100 grados.
- Author: Ricardo A. Vela
The death of a farmworker on May 14, 2005, east of Stockton, California, highlighted the sufferings of day laborers during the summer. María Isabel Vásquez Jiménez, originally from Oaxaca, Mexico, 17 years old and two months pregnant, worked in a vineyard in temperatures above 95 degrees. Her death and that of three other day laborers in previous years led California to adopt the law requiring shade, water and rest to prevent more deaths due to heat stroke.
Teresa Andrews, a community educator at the Western Center for Agricultural Health and Safety at the University of California, Davis, remembers when scientific studies were being done to support the law.
"The study was specifically about how heat affects people,” Andrews said. “There was a group of experts who were visiting various agricultural sites, from Northern California to the border with Mexicali, and were looking at the different tasks that the workers did during the day. This study was done for three years in the summer season."
At the same time, scientists collected data on ambient temperature, humidity and other environmental factors.
The study revealed that even though most of the workers were under 40 years of age, by the end of the day, most of them were dehydrated. When a person is dehydrated, they are exposed to several health problems, including death.
"When the study was going to start, the death of a young farmworker, María Isabel Vásquez-Jiménez, was recorded, and this led Cal/OSHA to start the campaign of shade, water and rest," Andrews said. She adds that the center was an essential part of this campaign since its inception 17 years ago.
Since the initiative was signed into law in 2005 by then-Gov, Arnold Schwarzenegger, every year during the summer, California Division of Occupational Safety and Health and the UC Davis Western Center for Health and Safety in Agriculture have resumed the campaign and offered workshops in Spanish and English throughout the state to raise awareness among workers of their right to receive shade, water and rest if they need it.
Despite these efforts, in the last 12 years, 24-day laborers have died due to heat illness.
"Sometimes when I talk to them directly during training, they tell me they don't drink water because they're afraid they're going to go to the bathroom a lot, that the employer is going to get their attention because they're not working as fast," Andrews says.
Having water for consumption is the right of day laborers. Andrews says drinking water in small amounts is crucial to the farmworker's well-being. She uses simple concepts in her workshops to make farmworkers aware of the importance of always being hydrated.
"We don't have a little light that warns us about the lack of water, but we are thirsty, which is the signal to know that we are close to suffering from heat illness or heat stroke," says Andrews.
The community educator emphasizes the difference between heat exhaustion and heat stroke.
Heat exhaustion is caused when the body loses excessive amounts of water and salt, while in the potentially fatal heat stroke, the body cannot control its internal temperature. Heat stroke is a medical emergency.
The warning signs for heat exhaustion are as follows:
- Fever above 104 degrees Fahrenheit.
- Changes in mental state or behavior include confusion, agitation, and babbling.
- Hot, dry skin or excessive sweating.
- Nausea and vomiting.
- Reddened skin.
- Accelerated pulse.
- Rapid breathing
Symptoms of Insolation/Heat Stroke are:
- Confusion
- Convulsions.
- Fainting.
- Feeling thirsty.
- Intermittent muscle cramps in the extremities and abdomen.
- In insolation, abundant sweating occurs; in heat stroke, sweating ceases, and the skin is dry, hot, and red.
- Dizziness, nausea, and vomiting.
- Strong and irregular pulse.
- Rapid, noisy breathing.
- Body temperature is high.
According to data from Cal/OSHA, every year, at least three or four farmworkers die due to heat stroke.
"People get used to hearing science-based information, and it's meant to help them lead a better quality of life," Andrews says.
The work to create awareness that the Western Center for Agricultural Health and Safety, CalOsha, and UC ANR are doing is critical because the threat of heat stroke is increasing as temperatures climb higher every summer. The study, published last month in the journal Geophysical Research, found that climate change is making summers hotter and longer while reducing the other three seasons. The average summer temperature over the past five years has been 1.7 degrees warmer than it was from 1971 to 2000.
Over 1 million farmworkers work under extreme heat each day. During peak production seasons, July and August, workers are in the fields for 12 hours or more, in temperatures that frequently exceed 100 degrees.
Other resources:
https://safety.ucanr.edu/Programs/Heat_Illness_Prevention/
https://ucanr.edu/news/?uid=691&ds=191
https://ucanr.edu/sites/ucanr/News/Heat/Heat_illness_symptoms_and_first_aid/