- Author: Mike Hsu
Los sistemas de ordeño automatizados se usan cada vez más en California en respuesta a problemas laborales
La escasez de mano de obra de calidad y las crecientes regulaciones en torno a la producción de leche, obligó a Fred Rau, una lechería del condado de Fresno, a dar el salto hace algunos años al uso de un sistema de ordeño automatizado.
Años después de que la familia propietaria de la lechería visitara varias instalaciones lecheras en Estados Unidos que usaban el sistema de ordeño automatizado (AMS, por sus siglas en inglés), instalaron sus primeros seis robots en noviembre del 2021. Para el 2022, contaban ya con 24 robots, divididos entre dos recién construidos establos de "estabulación libre" en los que las vacas acuden libremente a las máquinas de ordeño.
Shonda Reid, tercera generación de la lechería Fred Rau, recuerda que cuando vio por primera vez un robot de ordeño hace 13 años, inmediatamente reconoció que esa tecnología representaba el futuro. A su padre, sin embargo, le costó un poco más convencerlo.
“Vine a casa y se lo mostré y dije, ‘esto es lo que necesitamos hacer'. ¡Y él pensó que estaba bromeando!”, expresó Reid, gerente de la lechería y granja Fred Rau Dairy, la cual cuenta con 1,400 vacas lecheras en el condado de Fresno.
Debido a que la lechería Fred Rau fue una de las primeras en California en implementar el AMS a ese nivel, Reid y su equipo han sido instrumentales en incrementar sus conocimientos prácticos sobre estos sistemas. También han sido un socio valioso para Daniela Bruno, asesora de lecherías de Extensión Cooperativa de la Universidad de California para los condados de Fresno, Madera y King.
“Los robots de ordeño automatizado no son una tecnología nueva, pero es nueva para California”, manifestó Bruno, destacando que los robots para ordeño fueron usados primero en pequeñas granjas lecheras familiares en Europa, en donde la tecnología les ofreció a los miembros de las familias más tiempo para descansar y realizar otras actividades.
Para entender mejor la viabilidad de los robots de ordeño para lecherías grandes en California, Bruno – junto con Fernanda Ferreira, ex profesora de la Facultad de Veterinaria de UC Davis y Marcia Endres, investigadora de la Universidad de Minnesota y otros colaboradores – iniciaron el proyecto en el 2020 para evaluar los riesgos y oportunidades de los sistemas automatizados.
“La información es extremadamente útil para que los productores de California hagan decisiones informadas sobre la implementación de un AMS en sus instalaciones”, dijo Denise Mullinax, directora ejecutiva de la Fundación para la Investigación Lechera de California, la cual apoyó el esfuerzo a través de un subsidio. “El cuidado de las vacas, los requerimientos laborales y los cuidados claves para los productores son temas importantes para los productores y la CDRF se complace en apoyar este proyecto, el cual les ayuda a entender porque un AMS puede impactar esas áreas de sus instalaciones”.
Ganadero lechero: ‘Necesitábamos hacer algunos cambios'
El proyecto produjo un reporte que analiza la investigación existente sobre los sistemas automatizados, los cuales han sido más ampliamente usados en el medio oeste, donde existen más lecherías a pequeña escala administradas por familias. De acuerdo con Bruno, en el 2020, solo existían 14 robots en California. Hoy en día existen alrededor de 200 en todo el estado – y tanto Bruno como Reid citaron retos laborales como la principal razón para el incremento en el uso de sistemas automatizados.
“California sufre de problemas de calidad y cantidad de mano de obra”, indicó Bruno. “Al traer los robots a California, puedes minimizar eso problemas”.
Uno de los factores son los altos costos de contratar y retener a los empleados, causados en parte por las nuevas leyes laborales. Aunado a ello existen la fiabilidad y disponibilidad de la mano de obra, pues muy pocas personas están dispuestas a realizar el trabajo físico y demandante de ordeñar vacas de manera convencional.
“Las personas simplemente no quieren ordenar en un granero llano [la instalación convencional donde los empleados trabajan al mismo nivel de la vaca] –involucra mucho estar de rodillas, en cuclillas, ese tipo de cosas – es bastante duro para el cuerpo”, explicó Reid.
Reid mencionó que entre la escasez de mano de obra y las crecientes cargas reglamentarias, la lechería Fred Rau tuvo que dar el salto a los sistemas automatizados para mantener funcionando la producción lechera que cumple 80 años.
“Necesitábamos hacer algunos cambios o íbamos a tener que salir del negocio de las lecherías”, menciono Reid.
En una encuesta entre las lecherías grandes que usan el AMS en los Estados Unidos, realizada por Bruno y sus colegas, una mayoría de los 29 participantes reportaron reducciones en los costos de mano de obra – pero los resultados de la encuesta no ofrecen una imagen definitiva sobre si los AMS mejoraron la rentabilidad neta.
Vacas más calmadas y saludables
A pesar de todo, la mayoría de los encuestados dijeron que estaban en general felices de su transición a los sistemas automatizados.
“Cumplió totalmente con nuestras expectativas y la salud de las vacas ha mejorado grandemente, también”, expresó Reid.
En un sistema típico convencional donde las vacas se encuentran afuera en “corrales abiertos” los empleados de la lechería deben engatusarlas para que entren a área de ordeño. Pero en un en establo con “puestos libres” donde las vacas pueden ir voluntariamente al ordeño por robots cuando quieren y tan seguido como quieren, los animales se sienten menos estresados.
“Cuando piensas en el manejo de vacas, si cuentas con robots, no tienes a nadie empujándolas y gritándoles para que vayan al área de ordeño”, explicó Bruno. “Se tiene menos interacción entre las vacas y las personas y están más calmadas; hay menos estrés”.
Un 90 por ciento de los participantes de las lecherías grandes donde se usan los robots de ordeño dijeron que sus vacas se mostraban más calmadas. Reid también hizo notar que muchas personas han notado lo calmado que sus vacas están en los puestos de ordeño.
“No se muestran asustadizas, puedes entrar y no corren”, manifestó Reid. “Solo te ven o hasta se acercan y empiezan a lamerte la chamarra o camisa”.
Bruno también dijo que muchas de las lecherías grandes reportaron menos casos de mastitis y otras enfermedades, menos cojeras y mejor producción de leche. Pero la experta agregó que es difícil saber si los beneficios pueden ser atribuidos a los robots y su tecnología de supervisión en tiempo real – o a cambios en el ambiente físico (el ahorro de energía de las vacas en el ambiente de puestos libres, en contraste con el sistema de corrales abiertos que requiere caminar al área de ordeño).
Los productores de leche buscan el asesoramiento sobre una potencial transición
Menos traslados de los bovinos del exterior al interior fue una bendición para la lechería Fred Rau durante el inusual húmedo invierno del año pasado.
“Aun cuando sean un par de semanas de lluvia, ese lodo y estiércol y todo lo demás– se hace lo que se puede, pero Dios mío – es un desastre”, manifestó Reid, señalando que el fácil mantenimiento de las instalaciones durante el clima extremo fue otro de los beneficios de haber cambiado al sistema automatizado dentro de los establos de ordeño libre.
Reid compartió muchas de sus experiencias con los asistentes al recorrido de campo de AMS en octubre del 2022, organizado por Bruno, Ferreira y sus colaboradores. Aproximadamente 60 productores, investigadores, representantes de la industria y asesores visitaron las lecherías Fred Rau y Jones en el condado de Merced.
Si una lechería está considerando implementar el sistema automatizado, Reid les recomienda que investiguen sus opciones, visiten las lecherías que usan ya los sistemas y verifiquen quiénes son en sus áreas los que ofrecen el servicio y apoyo técnico.
También existen consideraciones cruciales sobre la mano de obra, ya que los trabajadores deben aprender una buena cantidad de nuevas habilidades y procesos. En lugar de pasar el tiempo buscando a las vacas, preparándolas y ordeñándolas en el establo, los trabajadores podrían necesitar obtener e interpretar información de los robots. Como lo plantea Reid, las personas que trabajan con las vacas, se convierten en personas que trabajan con computadoras.
“Tienes a un grupo de personas que han estado contigo por largo tiempo y esperas que puedan hace la transición a la nueva tecnología de lo que estás haciendo”, dijo Reid.
Durante esta transición tecnológica y en la miríada de otros retos a los que se enfrentan otros operadores, Reid indicó que está agradecida por la experiencia y capacidad de respuesta de Bruno.
“Si hay algo que necesito, ella ha sido muy buena tratando de ayudar – o en ponerme en contacto con la gente correcta”, expresó Reid. “Me gusta trabajar con ella”.
El equipo del Proyecto AMS también incluye al profesor Fabio Lima, de la Facultad de Veterinaria de UC Davis, a la investigadora de postdoctorado, Thaisa Marques y a la ex investigadora de postdoctorado, Camila Lage.
Adaptado al español por Leticia Irigoyen del artículo en inglés. Editado para su publicación por Diana Cervantes