Recientemente me dieron una copia del discurso del Príncipe de Gales titulado “En cuanto al futuro de los alimentos” (“On the Future of Food”), que ofreció en la conferencia del mismo nombre, llevado a cabo en la Universidad de Georgetown en Washington, D.C. en mayo de 2011.
Rodale reprodujo el discurso en forma de un pequeño panfleto con un prefacio escrito por Wendell Berry y un epílogo proveído por Will Allen y Eric Schlosser (todos unos súper escritores y estrellas en el movimiento del sistema alimentario sostenible). GRACE Communications, que ayudó a patrocinar la conferencia del año pasado, creó un sitio Web – www.ontheFutureofFood.org – para servir como sitio central donde las personas pueden aprender más sobre el tema y este discurso.
El panfleto de esta publicación me pareció intrigante; de inmediato pensé en el famoso folleto Common Sense de Thomas Paine. Este evocó un sentido del uso histórico de panfletos en Estados Unidos como un medio para influir en la vida política. Con su tamaño compacto y su irresistible mensaje invita al lector a compartirlo con otros. (A mi me pareció un tanto vertiginoso desde el punto de vista histórico pensar en el aspecto alimentario de la relación entre Estados Unidos e Inglaterra a través de los siglos: primero Estados Unidos como una colonia británica con un papel de proveedor de productos de recursos agrícolas y naturales al buque nodriza, y por otro lado, Estados Unidos como una nueva nación creada por la revolución de granjeros – está bien – granjeros y otros; Estados Unidos proveyendo mucho del necesitado sustento a Inglaterra durante la Primera Guerra Mundial y en 2011, una moderna audiencia estadounidense escuchando un importante mensaje sobre la sustentabilidad de los sistemas alimentarios por parte de un miembro de la familia real británica. Aunque, la verdad, existe una enorme diferencia entre el Rey Jorge III y el Príncipe Carlos).
El sistema alimentario de hoy es un asunto altamente político. Casi todos los que conozco están de acuerdo de que el futuro de los alimentos requerirá de un complejo e inter relacionado set de opciones y acciones, cada uno con implicaciones económicas, culturales y geopolíticas. Casi todos los que conozco coinciden en que muchos de nuestras prácticas actuales no son sostenibles cuando son consideradas dentro de un número de marcos (cantidad y calidad del agua, contaminación, erosión del suelo, cambios climáticos, justicia social, etc). Ya no podemos darnos el lujo de ver fragmentos de un sistema alimentario de manera aislada (ya sea como mercancía o como una sola ubicación geográfica). En su lugar, debemos ver el sistema como un conjunto, porque la “solución” a un problema de producción de cierta mercancía o lugar podría crear problemas en otras áreas. Actuar en conjunto podría salvarnos; si continuamos considerando la producción de alimentos en una forma aislada de seguro nos condenará a algunos de nosotros.
El Príncipe Carlos discute en detalle la inseguridad alimentaria internacional, la cual es un tema muy serio con implicaciones para todos nosotros. La productividad agrícola está declinando, la poblaciónincrementándose y los retos en los sitios de producción son complejos y crecen. Su Alteza Real hace resaltar que la inseguridad alimentaria amenaza la estabilidad política en algunos países. Hemos visto en el último año en el Medio Oriente que el descontento social tiene que ver con el deseo de democracia, pero también es sobre el costo de la comida. En los países donde las economías están creciendo (como India y China), las dietas se están occidentalizando cada vez más (por ejemplo, se ha incrementado el consumo de carne), lo cual ejerce demandas adicionales en el sistema que opera bajo recursos limitados y otras restricciones.
En 2008 se publicó un reporte llamado “Evaluación Internacional del conocimiento agrícola, ciencia y tecnología para el desarrollo” (“International Assessment of Agricultural Knowledge, Science and Technology for Development”). El reporte, en el que colaboraron varios grupos, incluyendo la Naciones Unidas, concluyó (entre otras cosas) que los sistemas agrícolas de baja escala que utilizan enfoques agro ecológicos se encuentran entre los más productivos en lo que el reporte calificó de naciones en desarrollo. Este hallazgo pudiera tener implicaciones sobre la manera en que se aborde el reto de la inseguridad alimentaria. Una copia del reporte completo se encuentra disponible en www.agassessment.org; el mismo ofrece un punto de vista interesante y un tanto aleccionador sobre el estado de la agricultura y los sistemas alimentarios alrededor del mundo.
En general, “En el futuro de los alimentos” (“On the Future of Food”) se expone la mayor parte de lo que más y más personas están empezando a creer sobre el sistema alimentario. Lo hace tan brevemente, resumiendo una amplia variedad de temas (pero a la vez a fondo). Ofrece un punto de vista de los sistemas. Lo que es novedoso en esta ponencia son las declaraciones que hace el Príncipe Carlos sobre los verdaderos costos de la producción de alimentos, los cuales, según argumenta, no toman en cuenta el resultado final. ¿Su punto? Todos pagan un precio más alto al “precio del mercado”, ya sea a través de los costos por la mitigación de la contaminación, un incremento en los costos médicos por las crecientes tasas de obesidad, etc.
Algo que merece una mayor consideración es lo que el Príncipe Carlos llama “el verdadero precio para la Tierra” de ciertas prácticas de producción. (Él considera que los precios bajos en algunas naciones son “una ilusión”). También discute de manera breve un estudio patrocinado en parte por las Naciones Unidas y titulado “La economía de los ecosistemas y la biodiversidad” (TEEB, por sus siglas en inglés), el cual explora el concepto del capital natural. En parte el propósito de este estudio fue “iniciar el proceso de analizar el beneficio en la economía global que tiene la diversidad biológica, el costo de la pérdida de biodiversidad y el fracaso en la adopción de medidas protectoras en comparación con los costos de una conservación efectiva”. El reporte completo puede ser visto en www.teebweb.org.
Algunos han desestimado el trabajo del príncipe sobre sostenibilidad tachándolo de ser sólo el ligero toque de un soberano rico que no ha tenido que preocuparse por los problemas de la vida real. Sin embargo, a través de su fundación, el príncipe ha participado en el tema de comunidades sostenibles desde hace ya un cuarto de siglo. Desde hace tiempo ha visto por el desarrollo de prácticas sostenibles en sus propiedades. El Príncipe Carlos ha trabajado también en el proyecto “Accounting for Sustainability” que provee de herramientas a varios negocios y otros grupos para ayudarles a obtener los cambios necesarios en sus informes corporativos, contabilidad y toma de decisiones que tomen en cuenta el capital natural (los tipos de cambios que él considera necesarios en el sistema alimentario para que pueda obtener una verdadera sostenibilidad).
El Príncipe de Gales comparte la forma en la que lo han inspirado las recientes iniciativas en la Naciones Unidas (hasta menciona los recursos locales orgánicos de Wal-Mart). Quizás los argumentos más emotivos y enfáticos a favor de un cambio mencionados en este folleto vienen en el prólogo, escrito por Wendell Berry, Will Allen y Eric Schlosser (teniendo el epílogo un sentimiento populista muy particular).
El príncipe utiliza un número de estadística en este panfleto y la página de referencias puede ser particularmente útil para los que buscan información actual sobre el tema. Esta ha sido una buena y rápida lectura que estoy ansiosa de compartirlo con otros. El tamaño y formato tipo novela atrajo el interés de mi hija adolescente al verlo; quiso saber qué era y suscitó una conversación que valió la pena tener…sobre el futuro de los alimentos.