- Author: Ricardo Vela
Debido a que los trabajadores agrícolas han sido calificados como esenciales desde el inicio de la pandemia, no han dejado de trabajar. Ellos continúan plantando, cosechando y procesando los alimentos de la nación durante incendios y la pandemia.
"... Deberían darnos apoyo salarial en la agricultura. Nos exponemos todos los días a este virus, y no tenemos la suerte de poder trabajar desde casa. No se puede cosechar de una computadora. Declara Martin, un trabajador agrícola de 49 años del sur de California.
La falta de una respuesta adecuada de los empleadores y del gobierno federal ha hecho que los trabajadores agrícolas se sientan utilizados y abusados. Ellos aseguran que esta falta de respuesta los deja vulnerables a diversos problemas de salud: Eliseo, un trabajador agrícola de 40 años del Valle de San Joaquín comenta "Se supone que somos indispensables y esenciales, pero parece que no somos esenciales, como si fuéramos basuras inútiles que puedes tirar, y entonces contratarán a más gente. Así es como me siento".
Los ochocientos mil trabajadores agrícolas de California han sido duramente golpeados por COVID-19. Clara, una trabajadora agrícola de 53 años del Valle de San Joaquín, explica, "Las cosas han cambiado drásticamente porque tuvimos que dejar de trabajar. Porque no había habido un buen trabajo como lo habría habido. Porque a veces no nos dejaban venir a trabajar porque a veces no querían mucha gente".
"Casi nos quedamos sin trabajo casi dos meses sin trabajo. Sólo Dios sabe cómo nos las pasamos porque ni siquiera entendemos. Nos las pasamos con la ayuda de Dios y amigos que nos dieron comida".
El informe afirma que los trabajadores agrícolas tienen que seguir trabajando debido a la inseguridad alimentaria y laboral, incluso mientras están enfermos. Aquellos que no pudieron trabajar no pueden permitirse el lujo de tomarse muchos días libres por temor a no tener el dinero suficiente para pagar el alquiler y llevar comida a sus familias. Ese fue el caso de Eliseo.
"El [su jefe] no dio 14 días. Sólo me dejó tomarme tres días como si no estuviera tan enfermo. Y me dijo 'estás bien, tienes que seguir trabajando y volver al trabajo'... No me pagaron ni nada... Fue difícil debido al costo [de tomar días de enfermedad no remunerados]".
Las condiciones bajo las que realizan sus labores y el transporte son dos de los factores de alto riesgo para que los trabajadores agrícolas contraigan el COVID-19. A menudo viajan a los campos en grupos grandes hacinados en un camión. Y ya en el trabajo, todos ellos se toman su descanso bajo una tienda de campaña, sin que se impongan medidas de salud como la distancia social o el cubre boca. Pedro, un trabajador agrícola de 45 años de la región del Desierto, explica.
"La preocupación es que estamos llenos de transporte. En el almuerzo, instalaron una tienda de campaña 4x8 [pie] [para proporcionar sombra]. El capataz nos grita que el trabajo debe continuar y que no le importa si uno tiene COVID-19 o no. Ni siquiera usan máscaras. El jefe guardó silencio y no se lo dijo a nadie hasta que algunos de ellos murieron."
Durante encuestas realizadas en la investigación de las condiciones de los trabajadores del campo, ellos denunciaron la aplicación incoherente de la política de salud pública en los lugares de trabajo agrícolas. El informe añade que sus preocupaciones sobre la seguridad en el lugar de trabajo no fueron reconocidas o, en algunos casos, fueron abiertamente desestimadas y burladas por los empleadores, supervisores y organismos gubernamentales encargados de proteger la salud de los trabajadores. Eliseo, un trabajador agrícola del Valle de San Joaquín, declaró.
"... Informamos que ellos [jefes] no nos dieron máscaras faciales. En otras palabras, les pedimos máscaras faciales, y ellos [los jefes] simplemente se rieron. Y pedimos jabón para lavarnos las manos porque había muchos lugares donde no podíamos lavarnos las manos, y ellos [los jefes] simplemente se rieron. Y varios de mis compañeros de trabajo y yo llamamos Cal/OSHA, y nos reunimos para pedir ayuda antes de que pudiéramos infectarnos. Y ellos [Cal/OSHA] nos dijeron que iban a enviar cartas y que iban a hablar con nuestro jefe, pero nunca hicieron nada."
Otra gran preocupación reflejada en el reporte es la salud mental de los trabajadores agrícolas y sus familias durante la pandemia. Según el informe, sus principales ansiedades son el miedo a enfermarse o infectar a otros, perder ingresos y empleos, y ser desalojados de sus hogares. Marcos, un trabajador agrícola de 45 años del Valle de San Joaquín, explica.
"Si no trabajamos, no pagamos cuentas, no compramos comida, no pagamos el alquiler, y entonces ¿dónde vamos a vivir?"
Eduardo, un trabajador agrícola de 31 años también del Valle de San Joaquín, declaró; "Tengo miedo de enfermarme, pero lo que me mantiene despierto por la noche es la idea de que soy infeccioso pero sin síntomas, y me hace pensar que tal vez es mi culpa que cerraron nuestro lugar de trabajo porque infecté a todos mis amigos. Ese es un gran miedo que invade mis pensamientos".
Peor aún agravando el problema, las redes de apoyo social, incluida la familia extendida,iglesias y otros espacios comunitarios se han limitado para los trabajadores agrícolas, como se han hecho para el resto de la población.
Sobre las pruebas y la vacunación, el reporte señala que la propagación de la desinformación debido a las teorías de la conspiración y la falta de visión de las agencias gubernamentales para ofrecer a los trabajadores agrícolas pruebas en sitios cercanos ha creado una alta desconfianza entre estas familias. Para los hablantes de lenguas indígenas, el conocimiento sobre dónde realizar pruebas, cómo realizarse pruebas y cómo interpretar y actuar sobre los resultados fue aún más frustrante. Lupe, un trabajador agrícola oaxaqueño de 30 años del sur de California, dijo.
"No lo sabemos, o no vamos. No hemos ido a hacer la prueba de coronavirus porque no sabemos adónde ir. Si nos lo dan, iremos porque no sabemos adónde ir".
En cuanto a las vacunas, el estudio muestra que el mayor temor es miedo a efectos secundarios, mientras que un porcentaje menor de varones declaró no estar interesado en vacunarse por temen que se les implante un microchip. Mientras que mujeres se mostraron renuentes a vacunarse por temor a quedar infértiles. El 12% mostró una desconfianza hacia el gobierno.
La coalición de organizaciones comunitarias y universidades recomienda lo siguiente para crear una cultura de equidad para los trabajadores del campo.
- Como trabajadores esenciales de los sistemas alimentarios nacionales y mundiales, las políticas deben incluir alimentos y trabajadores agrícolas en todos los programas de asistencia económica y ayuda a nivel federal, estatal, condado y municipal, sin importar el estatus migratorio del trabajador.
- Durante los cierres de escuelas, debe haber asistencia económica continua para las familias con al menos un adulto que se queda en casa o que se han visto obligadas a quedarse en casa debido a la reducción de las horas, enfermedades, cierres temporales, reducción de personal o despidos.
- Creación de lugares de comunicación cultural y linguísticamente apropiados para los trabajadores de agrícolas, como las líneas telefónicas organizadas regionalmente, atendidas por personas de esa comunidad, durante las horas favorables a estos trabajadores, para informar sobre las violaciones del protocolo COVID-19 y otras violaciones del protocolo relacionadas con el trabajo en tiempos de pandemia.
- En las circunstancias pandémicas y ordinarias, los mensajes de salud pública y salud y seguridad en el trabajo deben seguir siendo claros, coherentes y al respecto. La mensajería debe ser relevante desde el lenguaje y la cultura, pero también debe provenir de fuentes de confianza en la comunidad.
- Ampliación de los esfuerzos de pruebas y vacunación en las comunidades rurales. Los trabajadores agrícolas se beneficiarán de sitios sin citas para pruebas gratuitas en lugares que están cerca de sus hogares o lugares de trabajo.
- Los trabajadores agrícolas deben ser incluidos y representados en el diseño y la difusión de todas y cada una de las campañas de salud pública orientadas a ellos. Los lugares de trabajo agrícolas deben designar a trabajadores del campo para que sirvan como embajadores de salud y seguridad, ofreciéndoles un salario más alto.
- Author: Norma De la Vega
Hace un par de años, durante la conferencia EcoFarm, los agricultores asistentes describían sus retos en la producción de alimentos como una batalla de titanes contra monstruos que pegan duro y estropean los cultivos, tales como: cambio climático, sequía, incendios, plagas, escasez de mano de obra y alto costo de producción.
Aun más, en esa una cruzada, también se mencionó el poco aprecio del consumidor. “Desafortunadamente mi experiencia con el consumidor estadounidense es que no sabe de dónde provienen sus alimentos y no le importa porque le llegan de una manera fácil y accesible, “dijo Al Courchesne agricultor en el condado de Contra Costa. “Esto ocasiona una falta de respeto y el desinterés de cómo se cosechan los alimentos y eso es muy problemático para los agricultores que enfrentan las incertidumbres de la madre naturaleza que cada vez son más.”
Antes de COVID-19 producir alimentos ya era una batalla de titanes y con el virus, hoy en día, el reto es épico. La pandemia trajo una paralización del sistema de distribución de los alimentos debido a la orden de resguardarse en casa, causando que campos enteros de lechuga y otros alimentos frescos y ricos en nutrientes se pudrieran en la tierra por falta de demanda en los restaurantes y escuelas.
“Durante COVID-19 es muy importante poder realizar compras sin contacto social y sin tocar cosas. Si ordena sus alimentos en línea reduce el riesgo de la propagación de COVID-19, a través del dinero o de otras cosas que la gente ha tocado. O por ir a lugares donde la gente se está reuniendo, por lo que es una manera de reducir la propagación de la epidemia durante las compras de mercado. Además, al poder comprar por internet también se apoya a los agricultores ya que para algunos sus ventas se han paralizado debido a COVID,” sostiene Ruth Dahlquist-Willard, consejera agrícola de UC ANR en los condados de Fresno y Tulare.
Cumpliendo con su misión los asesores de UC ANR continúan buscando soluciones prácticas, basadas en la investigación científica, para crear una agricultura sustentable. Cuidando la tierra, el agua y el aire y contribuyendo en el bienestar de los agricultores para continuar produciendo alimentos.
UC ANR considera crucial que todos los consumidores tengan acceso a los alimentos nutritivos como son las verduras, frutas, proteínas, granos enteros y lácteos para mantener una comunidad saludable. De ahí que es prioridad apoyar a los agricultores para que salgan victoriosos de estos retos épicos que enfrentan.
Los agricultores interesados en tomar el entrenamiento para la mercadotecnia vía internet de los alimentos, favor de ponerse en contacto con su oficina de Extensión Cooperativa en su condado.
- Author: Jesús Peña, estudiante de doctorado en ciencias biológicas en UCR
Es importante porque gran parte de nuestra comida y bebida dependen del crecimiento saludable de las plantas, pero los factores que determinan ese "crecimiento saludable" van más allá de la necesidad de agua y sol.
Los insectos también tienen un papel importante en la vida de las plantas. Por ejemplo, sin las abejas, ¡algunas plantas no podrían producir frutas! Esta relación planta-insecto es beneficiosa tanto para la abeja como para la planta y se le conoce como mutualismo, “hoy por mi y mañana por ti.” Hay otros dos tipos de relaciones o simbiosis, que los insectos pueden tener con las plantas, comensalismo cuando una parte se beneficia, pero la otra no se ve afectada. Por ejemplo, hay bacterias que viven en los intestinos de los humanos sin causar daño, absorbiendo nutrientes que de otra manera serían un desperdicio. El otro tipo de simbiosis es el parasitismo, cuando una parte se beneficia a expensas de la otra.
La chicharrita de alas cristalinas es un insecto que se alimenta del líquido del interior de las plantas. Específicamente consume un líquido de la xilema, que es un tejido vegetal interno que lleva el agua y los nutrientes desde las raíces al resto de la planta. Imagínate que te sientas a comer y un extraño se lleva tu comida antes de que esta llegue a tu boca. Ahora imagina que cada vez que te quitan la comida de tu tenedor se quedan gérmenes. Esto es lo que hace la chicharrita cada vez que se alimenta.
La plaga toma los nutrientes de la planta usando su boca en forma de aguijón y dejando una bacteria llamada Xylella fastidiosa (pronunciado silela o sailela). Las bacterias viven prácticamente en todas las superficies imaginables, incluida la boca de los insectos, la manija de la puerta del baño y, como mencioné anteriormente, en nuestro sistema digestivo.
Xylella se encuentra naturalmente en la chicharrita y en el tejido de la xilema de las plantas (es posible que hayas adivinado por los nombres: xilema, Xylella). Xylella es generalmente inofensiva, pero esto está cambiando, toda vez que, al alimentarse de la vid, la chicharrita infecta la planta con Xylella.
Dentro de la vid, esta bacteria causa la enfermedad de Pierce. Los síntomas incluyen frutas podridas y hojas secas o marchitas que se tornan color marrón con venas amarillas. Xylella es muy feliz viviendo dentro de la vid al punto que forma masas de gel que bloquean el movimiento del agua y los nutrientes dentro de la planta.
Así es como un insecto tan pequeño se roba los nutrientes de las plantas, al mismo tiempo que la infecta con la enfermedad de Pierce, lo que podría significar un peligro para nuestras uvas de vino. El insecto y su bacteria tienen el poder de devastar a una industria económicamente importante ¿qué se está haciendo para controlar la propagación?
Probablemente pienses en insecticidas, pero no todas las variedades de uva de vino pueden tolerarlas.
Los científicos están investigando como incorporar procesos biológicos naturales para proteger a las uvas de vino. Hay avispas parásitas que pueden ayudar a controlar la población de las chicharritas mediante la destrucción de sus huevecillos. Este enfoque se probó en California hace más de 10 años con cierto éxito.
Otra estrategia es recurrir a todos los microorganismos que viven en la vid para defender su hogar. ¿Recuerda la flora intestinal o bacterias buenas que tenemos en nuestro sistema digestivo? Las plantas también tienen algo similar. En la última década, se han realizado investigaciones para comprender cómo los microbios nativos pueden evitar que Xylella se establezca en la viña. Se ha demostrado que estos microbios nativos, llamados "endófitos", suprimen con éxito el crecimiento de Xylella, pero el problema es que la protección no es a largo plazo.
Los científicos siguen investigando para desentrañar los misterios de los microbios beneficiosos. Si podemos determinar cómo defienden su hogar, su vid, entonces podemos idear nuevas estrategias para aumentar sus capacidades de protección.
Así que la próxima vez que te sirvas un poco de vino, asegúrate de brindar por los microbios nativos que mantuvieron a salvo la vid mientras crecía.
- Author: Beatriz Nobua-Behrmann, Ph.D. - Urban Forestry & Natural Resources Advisor - UCCE Los Angeles and Orange County - South Coast Research and Extension Center
¿El tema? Los escarabajos barrenadores invasores (también conocidos como invasive shot hole borer o ISHB en inglés).
Se trata de dos especies cercanamente emparentadas de pequeños escarabajos exóticos que están haciendo estragos en los árboles del sur de California. Los ISHB son vectores de un hongo que causa una enfermedad al árbol llamada Marchitez por Fusariosis (o Fusarium dieback; FD en inglés). Estos escarabajos y el hongo que transmiten forman una compleja relación plaga-enfermedad que está provocado la muerte de miles de árboles y está amenazando la integridad de nuestros bosques urbanos y áreas naturales.
En este webinario se brindará información sobre los últimos hallazgos científicos y las más recientes recomendaciones para el control de la plaga. Ideal para aquellas personas interesadas en la salud de nuestros árboles y para los profesionales que trabajan en el mantenimiento de árboles, administración de espacios verdes y en la aplicación de pesticidas. Además, este webinario ha sido incluido en la solicitud de créditos para educación continua (o CEUs - continuing education unit, por su nombre en inglés) al departamento de regulación de pesticidas de California y a la sociedad internacional de arboricultura.
Acompáñenos el martes 27 de octubre de 3:00 p.m. a 4:15 p.m. El webinario será enteramente en español e incluirá́ información sobre la biología, impacto, distribución y estrategias para el control de esta plaga.
Regístrese gratis aquí: http://ucanr.edu/itpwebinar
- Author: Jesús Peña, estudiante de doctorado en ciencias biológicas en UCR
“Aunque la comunicación científica y la divulgación han sido una pasión mía, la pandemia COVID-19 reforzó mi interés en comunicar la ciencia, pero también me lleva a desarrollarenfoques orientados a objetivos para maximizar el impacto. Desde el inicio de la pandemia, las llamadas telefónicas semanales a mi madre están dominadas por la inmunología, la virología y la biología evolutiva. Fue durante una de estas llamadas que mi mamá entendió por qué no debemos tomar medicamentos para el aliviar de los síntomas durante los primeros días de una infección. No es nuevo que intenté hablar de ciencia con mi familia, pero esta fue la primera vez que logré con éxito involucrar a mi madre en una discusión sobre la ciencia y cómo influye directamente en su vida diaria. Combinado con mi observación de desinformación en las redes sociales que publican otros inmigrantes adultos, me di cuenta de que la comunidad inmigrante, y especialmente la comunidad migrante mexicana, no está siendo activamente comprometida por la comunidad científica. Reconozco que hay mucho trabajo por hacer para llevar estas comunidades pasadas por alto al nivel del público estadounidense en general. Creo que necesitamos cambiar la percepción de los científicos de un grupo erudito encerrado en un laboratorio de marfil a un grupo de personas que están entusiasmadas de compartir sus descubrimientos. Necesitamos cambiar la percepción de la ciencia de una colección de hechos acumulados por los hombres anglosajones a su verdadera naturaleza, la de un proceso que genera comprensióndel mundo natural desde diversas perspectivas.” Jesús Peña, estudiante de doctorado en ciencias biológicas en UCR
Nota del editor:
Al mirar a Jesús Peña, uno ve una típica cara latina, pero tan pronto empieza a platicar este joven, uno se da cuenta en la enorme brecha que hay entre Jesús y muchos jóvenes latinos.
Lo que distingue a Jesús de otros jóvenes de su edad es su pasión que, por la investigación científica, además de su compromiso por llevar sus investigaciones hasta los hogares latinos, en donde las pláticas con tono científico no son muy comunes. Jesús y su generación representan el futuro de nuestro estado. Estos jóvenes profesionistas latinos como Peña son las contribuciones de nuestra comunidad para el engrandecimiento del país. Peña realiza una pasantía con la unidad de Información y difusión en español de la división de Agricultura y Recursos Naturales de la Universidad de California y a continuación nos relata alguna de sus experiencias durante su camino a obtener el título de doctorado en ciencias biológicas.
Han pasado más de 20 años desde que empecé por el camino de biólogo. Tengo muy presente una memoria de mi papá contándome que hace muchos años, las ballenas solían vivir en la tierra. Me asombró el hecho de que un animal pudiera cambiar tanto, pasar de vivir en tierra a estar completamente adaptado para desarrollarse y crecer en el océano.
Jesús Peña.
El Camino del Biólogo
Empecé mis estudios superiores en la Universidad de Denver (DU por sus siglas en inglés), en Colorado, a tan solo veinte minutos de distancia de la casa de mi mamá. La “DU” era la escuela de mis sueños, pero fue hasta el primer día de orientación para estudiantes de nuevo ingreso que noté algo extraño. De antemano les digo que Denver no es una ciudad tan diversa como uno se imaginaría. El cincuenta por ciento de la población son de etnia europea, los latinx solo conforman el veinte por ciento de la población, los afroamericanos ocho por ciento y los asiáticos cuatro por ciento. En la Universidad de Denver los números muestran todavía una disparidad mas grande: setenta por ciento etnias europeas, nueve por ciento latinos, cuatro por ciento asiáticos, y dos por ciento afroamericanos.
La división entre grupos étnicos es notoria en la cultura estudiantil y en lo académico. Entre los latinxs a quienes conocí, la mayoría estudiaba una carrera en la escuela de negocios, y sin querer ser la excepción, me uní a este grupo y así inicié mi vida de universitario: estudiando mercadotecnia. Pero después del primer trimestre, las ciencias me atrajeron y opté por otra carrera dentro de esta facultad. Cuando cambie, el presidente de la facultad de biología me explicó que había dos tipos de títulos para la carrera en biología, licenciado en letras y licenciado en ciencias. Le explique que no sabía cómo quería aplicar mi título. No entendía muy bien lo que se hace con una licenciatura como estas. Él recomendó que eligiera licenciado en letras, ya que perdí las clases del primer trimestre y quizás sería más fácil para alguien que no sabe cómo se aplican los títulos después de la universidad.
No soy el único con experiencias como esta en donde un profesor decide que probablemente no tengas lo que se necesita para ser buen estudiante ya que no sabes qué carrera quieres seguir después de la universidad. Esto se debe a que soy “first-gen”, estudiante de primera generación, ¿cómo voy a saber lo que sigue de la uní si nadie me lo ha contado? Bueno, pues opté por licenciado en ciencias con enfoque en biología molecular.
Al empezar mi último año en la "DU", fui aceptado como investigador pregrado en un laboratorio. ¡Por fin tuve la oportunidad de aplicar toda la teoría de mis clases! En este laboratorio conocí a Lulú Yip, la gerente del laboratorio, asistente del profesor principal de este laboratorio, y la única persona no anglosajona en una posición de alto rango que yo conocía. Lulú me explicó lo que podría hacer con mi título. Resulta ser que no hay muchas oportunidades para un licenciado en ciencias con enfoque en biología. Lulú insistió que no buscara trabajo después de graduarme porque no hay muchos, y que mejor me registrara en el programa de maestría en la Universidad.
Se han de preguntar, qué tipo de consejo es ese. ¿No buscar trabajo y mejor seguir otros dos años en la escuela? Lulú me explicó que cuando uno está estudiando para algún título de posgrado en ciertas ciencias, el estudiante recibe becas las cuales pagan por las clases y el entrenamiento. A cambio de estas becas, el estudiante también es empleado por la universidad como asistente de enseñanza, lo cual incluye una remuneración mensual.
En el 2015 terminé mi maestría en ciencia con enfoque en la investigación de biología celular del desarrollo de invertebrados acuáticos. En el 2016 me mudé a Riverside, CA a empezar mis estudios de doctorado en microbiología en la Universidad de California, Riverside (UCR por sus siglas en inglés).
La realidad del posgrado
Los estudios de licenciatura y posgrado (maestría o doctorado) son muy diferentes. El nivel licenciatura son cuatro años de cursos, pero en posgrado solo es un año de cursos seguido por 3-4 años con enfoque en investigación.
Los años de investigación son un desafío intelectual. Después de diseñar mi proyecto a finales de mi primer año, la mayoría de mi educación y entrenamiento como científico ha sido autodidacto. Aun así, soy parte de un laboratorio dirigido por un profesor que es mi supervisor y asesor académico. Aparte del profesor, también hay otros expertos en el laboratorio: los posdoctorados. Un “postdoc” o postdoctorado es alguien que recientemente ha terminado sus estudios de posgrado y ahora está en la primera etapa de la carrera. Entre estudiantes de posgrado como yo, los postdocs, y nuestro profe, formamos un laboratorio que investiga la biología de los hongos. Cada quien investiga un tema diferente pero relacionado a los hongos.
Aparte de esta diversidad de ideas y proyectos, existe otro nivel en mi laboratorio. Aunque sea el único latino en mi grupo, no soy el único first-gen ni la única persona de otra etnia. Estas condiciones han hecho que nuestro laboratorio se vuelva también nuestra red de apoyo igual en lo científico y lo personal. No todos los laboratorios son así. Hay casos donde el profesor no ayuda a crear este tipo de ambiente, y los estudiantes sufren.
No conozco muchos científicos latinos en mi universidad. Hay algunos estudiantes, uno que otro postdoc, pero el más raro es el profesor latinx. Existen, pero son muy pocos. No es tan sorprendente debido a que esta profesión ha sido dominada por hombres anglosajones por muchos años. Las buenas noticias son que se ven cambios y estos pueden comprobarse en algo tan simple como los hashtags en twitter #BlackInSTEM o #CitentificoLatino, la nueva generación de científicos se ve muy diferente. Espero y las generaciones que siguen puedan ver a esta nueva cosecha de científicos e identificarse en ellos. Solo se necesitan unas chispitas de curiosidad para que el cambio siga dando frutos.