DAVIS - (UC) - El Día de la Tierra, instituido por un senador estadounidense para crear conciencia a los problemas ecológicos que sufre nuestro planeta, es ya una celebración mundial en la que participan muchos países y, en la Universidad de California, los investigadores también están haciendo su parte.
En la revista científica California Agriculture, publicada por la División de Agricultura y Recursos Naturales, se presentan varios artículos que analizan uno de los retos más grandes de la humanidad: ¿Qué hacer para generar fuentes renovables de energía al tiempo que se contribuye a la creación de un mundo más verde y más sano?
En la edición de diciembre de la revista, un grupo de expertos analiza el tema de los biocombustibles con sus ventajas y desventajas para la ecología, la alimentación y la economía.
Los biocombustibles es un tema importante porque se ha pensado que éstos – siendo una fuente de energía renovable - podrían ser la salvación a la crisis del petróleo que enfrenta el mundo y los problemas de contaminación.
Los biocombustibles son combustibles de origen biológico que se obtienen a partir de una fuente renovable de energía como plantas y desechos. Uno de los biocombustibles que más se produce en los Estados Unidos es el bioetanol que se obtiene del maíz y otros productos agrícolas.
Estos combustibles proveen beneficios, pero también hay consecuencias negativas. Se trata de recursos renovables y, por ende, pueden ser producidos domésticamente; en muchos países representan una buena alternativa ante la carencia del petróleo. Sin embargo, los biocombustibles también pueden dañar al medio ambiente puesto que pueden aumentar las emisiones de gases de efecto de invernadero que contribuyen al calentamiento de la tierra.
Y en California, que se caracteriza por liderazgo nacional y mundial en el propósito de cuidar el medio ambiente, una nueva ley ha puesto a temblar a la industria de los biocombustibles.
“Hace dos años los cultivos para generar biocombustibles eran vistos como la salvación, pero ahora son considerados como una fuerza negativa”, dijo Pamela Ronald, patóloga de plantas de la Universidad de California en Davis.
El artículo indica que cuando recién empezó a despegar la industria de los biocombustibles, se había dicho que el etanol tenía el potencial de recortar las emisiones de dióxido de carbono hasta en un 20 por ciento. Pero ahora, como consecuencia de los cambios a la ley, conocida en inglés como Low Carbon Fuel Standard y adoptada en abril del 2009, resulta que el nivel del dióxido de carbono emitido por el etanol puede exceder el nivel de las emisiones de la gasolina.
Bajar las emisiones del dióxido de carbono, un gas que se emite a partir del uso de los combustibles, es una preocupación grande porque la acumulación del dióxido de carbono contribuye al efecto invernadero, es decir al calentamiento global de la tierra.
Según los expertos, la nueva ley cambió la forma en que se miden las emisiones de dióxido de carbono de los combustibles del transporte. Y con la nueva norma ahora se toman en cuenta todas las emisiones generadas, desde la producción hasta el uso de los biocombustibles. Además, se responsabiliza a los biocombustibles de las emisiones que resulten por el cambio del uso de la tierra: al pasar de terrenos forestales a tierra de cultivo, puesto que las plantas también envían dióxido de carbono a la atmósfera.
El problema es que algunos terrenos forestales que eran espacios naturales se están ahora usando como terrenos de cultivos para la producción de biocombustibles.
El artículo menciona que hay científicos a favor y en contra de la regulación. Hay quienes se oponen, pues dicen que ésta es arbitraria ya que es difícil calcular y medir las emisiones que resultan de la transformación en el uso de la tierra.
De hecho, más de cien científicos firmaron una carta, en marzo del 2009, pidiendo a las autoridades no penalizar a los biocombustibles por el uso indirecto de la tierra, argumentando que “no tiene ningún sentido destruir los bosques tropicales para producir cultivos de biocombustibles, cuando hay otras formas de producirlos”, indicó Ronald.
Entre quienes apoyan el cambio a la ley, se encuentra Chris Somerville, biólogo de la Universidad de California en Berkeley. Dice que el único propósito de los biocombustibles es hacer algo bueno a favor del medio ambiente; sin embargo, también tiene sus dudas. “La pregunta clave es: cómo calcular las emisiones puesto que los datos actuales no son buenos”, indicó Sommerville.
El artículo concluye que sea cual sea el resultado final, las tendencias actuales para regular los cultivos de biocombustibles incrementan la urgencia por desarrollar biocombustibles avanzados de fuentes vegetales no cultivadas, como las algas y los pastos.
Para ahondar en el tema de los biocombustibles, se puede consultar la revista California Agriculture, volumen 63, Número 4, edición de octubre-diciembre, 2009 en el sitio de Internet, http://californiaagriculture.ucanr.org/.