LOS ANGELES-(UC)— Esta gran metrópolois incluye zonas cuyas comunidades difícilmente brindan un ambiente sano y seguro para sus residentes jóvenes, debido a la presencia de pandillas, abuso de drogas y escuelas deficientes académicamente. Para contrarrestar esta situación, los clubes 4-H ofrecen programas para niños, después de clases.
Entre 1988 y 2002, el Programa 4-H conocido como 4-H ASAP (After School Activity Program) ha beneficiado a más de 6,500 niños de 7 a 13 años de edad provenientes de 28 comunidades de bajos ingresos. Disponible cinco días a la semana en centros comunitarios y en escuelas, este programa obtiene sus fondos gracias a comercios, agencias públicas, distritos escolares y la Extensión Cooperativa de la Universidad de California.
Los
niños cuentan con ayuda para sus deberes escolares, aprenden acerca de la
importancia de la buena nutrición y el ejercicio y participan en actividades
prácticas de aprendizaje. Los niños también toman parte en proyectos de servicio
a sus comunidades y se benefician de poder trabajar junto con voluntarios de
todos los trasfondos étnicos y sociales, quienes son sus tutores, mentores y
líderes de proyectos.
Se ha visto que los niños que han participado en este programa muestran mejoras a muchos niveles, tanto en su vida personal y familiar como escolar, entre ellas: una mejoría en su actitud hacia la escuela y hacia sus deberes escolares; y un aumento en la seguridad que sienten, tanto de sí mismos como en sus comunidades. Indican ser más capaces de resistir la tentación de unirse a una pandilla o de participar en otras actividades delictivas. Sus padres dicen verlos más cooperadores, sociables, responsables y mostrar un mejor desempeño escolar.