BERKELEY - (UC) - En el verano más personas prestan mayor atención al ascenso del mercurio de los termómetros que miden la temperatura a su alrededor. Pero no prestar la misma atención al aumento de temperatura dentro de sus cuerpos podría tener consecuencias funestas, advierte un especialista de Extensión Cooperativa de la Universidad de California.
“Yo pienso que debemos prestar mayor atención a ésta, más que a la temperatura ambiente, en esta época del año", afirma Howard Rosenberg. Por años, él ha enfatizado el efecto que las altas temperaturas tienen al trabajar bajo el sol. Como especialista en administración laboral agrícola, Rosenberg hace hincapié en que los trabajadores del campo aprendan a protegerse del exceso de calor.
"Nuestro cuerpo constantemente gana, guarda y disipa calor; demasiado calor interno puede resultar en graves daños y debemos aprender cómo ayudar a nuestro cuerpo a protegerse del exceso de calor", sostiene Rosenberg. "Entre más actividad tenga su cuerpo y más agotadora y prolongada sea esta, más calor genera el cuerpo".
Entre el 1996 y el 2006, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) registraron 423 muertes a causa del exceso de calor al trabajar bajo el sol, principalmente en labores agrícolas y de construcción. El 29 por ciento de esas muertes ocurrieron en California; 26 por ciento de todas las víctimas fueron trabajadores hispanos.
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En respuesta a tales estadísticas, hace cinco años California se convirtió en el primer estado en implementar medidas para proteger del calor a los trabajadores. En los valles agrícolas del estado, sobre todo en la parte sur, la temperatura ambiental usualmente pasa de 110 grados Fahrenheit en los días de verano.
La ley adoptada en el 2005 obliga a los empleadores a proveer suficiente agua, y en sitios fácilmente accesibles, para que cada trabajador pueda beber como mínimo 8 onzas de agua por cada hora laborada. Los empleadores, supervisores y trabajadores deben recibir entrenamiento acerca de las consecuencias de trabajar en días demasiado cálidos sin medidas de protección. Y saber qué hacer en casos en que peligra la vida a causa del exceso de calor.
Además, la ley laboral de California exige proveer sitios sombreados y con ventilación en que los trabajadores puedan tomar descansos para recuperarse mejor del agotamiento, y así evitar ataques de insolación y deshidratación.
Sin embargo, Rosenberg recalca que muchos trabajadores no prestan la atención debida a la necesidad de beber más agua al laborar bajo el sol. Muchos, dice él, prefieren no beber agua con mayor frecuencia porque piensan que eso les hace orinar con más frecuencia y por con ello pierden tiempo valioso al trabajar.
Rosenberg rechaza ese argumento de los trabajadores para no reemplazar el agua que sus cuerpos pierden, principalmente a través del sudor, a medida que trabajan; él hace ver que el agua que se bebe bajo esas circunstancias usualmente se disipa dentro del cuerpo cuando este trata de enfriarlse a sí mismo. Por lo tanto, la necesidad de orinar no aumenta más de lo normal al beber más agua que de costumbre.
Además de hidratar al cuerpo, el agua sirve para abastecerle de importantes nutrientes, añadió el experto en mano de obra agrícola. La pérdida de fluidos corporales aumenta considerablemente en días de temperaturas elevadas. Y esto es algo que debe tener en mente cualquier persona al realizar actividades agotadoras bajo el sol, según él.
"Uno puede esperar perder cerca de un litro de agua por cada hora de trabajo al realizar tareas pesadas o ejercicio vigoroso en días en que hace demasiado calor", explica el especialista acerca del proceso del cuerpo para disipar el calor interno.
"Caminar podría generar hasta cuatro veces más calor que estar de pie sin moverse y más o menos lo mismo que el trabajo en fábricas", dijo. "Pero trabajar en la construcción o en campos agrícolas genera como un 30 por ciento más de calor corporal que debe disiparse".
Cuando el cuerpo pierde demasiada agua y el calor interno no se disipa adecuadamente, esto puede resultar en una serie de daños, desde un síncope por calor cuyas complicaciones podrían causar la muerte en corto tiempo, hasta graves problemas renales a largo plazo.
Por eso Rosenberg aconseja beber suficiente agua, de preferencia en pequeñas cantidades a la vez pero con mayor frecuencia, en lugar de bastante de vez en cuando, a lo largo de la jornada. Esto debe hacerse aun cuando no haya sed, recalca el especialista de la UC.
"Confiarse en la sed como el indicio único de la necesidad de reemplazar el agua perdida puede resultar peligroso", advierte él. "La mayoría de las personas no sienten sed sino hasta después de que han perdido un 2 por ciento de su peso. Y para entonces, la deshidratación relativa ya les ha afectado en alguna forma".
Los problemas de salud propiciados por ataques de insolación y de deshidratación anualmente cobran miles de vidas en Estados Unidos en los meses de verano, no sólo entre quienes trabajan al aire libre, advierten los CDC.
Los más propensos son las personas de edad avanzada y los niños pequeños si no se protegen debidamente de las altas temperaturas, ya sea al no beber más agua para reemplazar la que pierden o al exponerse demasiado al calor.
Los trastornos por el calor son una condición médica grave que resulta cuando el cuerpo no puede controlar la acumulación de calor en su interior.
Algunos síntomas son: resequedad de la piel, sarpullido, vista borrosa, fatiga inexplicable, calambres, falta de coordinación y concentración, confusión e irritabilidad y, en casos extremos, desvanecimiento o desmayo y convulsiones.
En casos de emergencia, la persona afectada debe recibir ayuda médica en cuanto sea posible. Mientras eso ocurre, debe colocársele en un sitio sombreado, o proveerle una sombra provisional, y tratar de ventilarla para bajar su temperatura lo más pronto posible y debe dársele a beber agua para rehidratarla.
Infórmese más acerca de los peligros asociados con las altas temperaturas. Visite el sitio Web del Servicio de Información en español de la UC. En la sección Temas especiales seleccione, Protéjase contra el calor. Visite también la página web de Howard Rosenberg sobre ese tema.
Otros recursos de la UC para protegerse del calor:
- Mensajes de AsisTel de la UC (www.asistel.org), en inglés y español, para evitar las enfermedades y trastornos provocados por el calor. Los mensajes pueden escucharse llamando gratis al 1-800-514-4494. El número 800 está disponible en todo el país.
- Paquete informativo, en inglés, acerca del estrés por calor en la agricultura (Heat stress media kit). Allí encontrará en formato pdf tarjetas plegadizas tamaño bolsillo, en inglés y español, con puntos clave para prevenir el agotamiento a causa del calor.
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