MODESTO (UC) - Incluir el ejercicio en la vida diaria no es fácil para la mayoría de las personas, ni se da de manera natural como comer y dormir, pero es necesario para mantener el buen funcionamiento del cuerpo y consecuentemente la salud.
Dennis Carrasquilla, educador de nutrición de Extensión Cooperativa de la Universidad de California recalca que es importante que los padres enseñen a sus hijos, desde temprana edad, a hacer ejercicio para ayudarles a adquirir un buen hábito.
“En todos los aspectos el ejercicio es bueno; ayuda a combatir el sobrepeso y a dormir mejor, reduce el estrés y las tensiones, produce energía, protege al cuerpo de lesiones y enfermedades, estimula el sistema inmunológico, combate problemas digestivos, promueve una mejor postura y afina el funcionamiento de todos los órganos del cuerpo. Es como darle una afinación general a todo el cuerpo”, señala Carrasquilla.
California es uno de los estados con mayor prevalencia de obesidad entre los niños de familias de bajos ingresos. Datos de los Centros para el Control de las Enfermedades del 2010, indican que casi el 18 por ciento de los niños latinos entre los 2 y 4 años de edad tienen sobrepeso u obesidad.
El educador enfatiza que la mejor manera de revertir la epidemia de obesidad, que amenazan con acortar la expectativa de vida de muchos niños latinos, es practicando ejercicio en familia pues lo que se aprende en casa con los padres suele durar toda la vida.
“Si su hijo participa en una actividad física en la escuela, no basta con inscribirlo; es bueno que los papás estén ahí ayudando al niño en el deporte, y si el hijo está en el futbol soccer es bueno que el padre entrene con su hijo, lo mismo la mamá. Porque cuando un padre apoya a su hijo en sus entrenamientos esto crea un lazo que nunca se va a romper”, explica Carrasquilla. *file151154*Haga clic aquí para leer el guión.
El concepto de integrar el ejercicio como parte de la rutina diaria es una necesidad de la vida moderna porque hay mayor sedentarismo que en el pasado. “Antes la vida diaria de todas las personas incluía mucha actividad física y se caminaban distancias largas. El ejercicio como rutina estaba reservado para atletas, policías y bomberos”, indica Carrasquilla.
He aquí algunos consejos y observaciones que comparte el educador para ayudar a incorporar el ejercicio en la rutina diaria:
El éxito está su mente: Hacer ejercicio requiere un cambio de pensamiento, entonces, un primer paso es mantenerlo en mente desde que inicia su día. Hay que repetirse, ‘¡ejercicio, ejercicio, ejercicio’! Tome en cuenta que hay quienes requieren otro tipo de recordatorios; podría, por ejemplo, poner una notita en el refrigerador, en su auto o en el baño.
Empiece con metas realistas: Los cambios repentinos no son duraderos, de manera que es bueno empezar con pequeños logros que le ayuden a sentirse orgulloso de si mismo y que estimulen su voluntad para seguir perseverando.
Busque apoyo. Recuerde que hacer ejercicio solo es más difícil porque los humanos somos seres sociables; por lo tanto, es mejor cuando la actitud de cambio se produce en familia, con los vecinos o las amistades. Además, el ejercicio es más divertido cuando se hace en grupo, y encontrará en otras personas el apoyo que necesita para no flaquear.
Use la ropa adecuada: Si usted no tiene una ropa y zapatos cómodos para ir a caminar o correr no le quedarán ganas de volver hacerlo.
Mantenga un horario y rutina flexible: El ejercicio tiene que ir cambiando de acuerdo a sus necesidades; no puede ser lo mismo todos los días porque le parecerá monótono, aburrido y pronto querrá dejarlo de hacer.
El tiempo que le dedica es importante: Lo ideal es que los adultos practiquen un mínimo de 30 minutos al día de ejercicio y los niños una hora. Sin embargo, cada persona es distinta y el tiempo varía de acuerdo a las características individuales. Para las personas que desean mantener su peso, veinte minutos de ejercicio, tres veces a la semana, es suficiente. Obviamente, la mayoría de las personas que desean perder peso o tonificar su cuerpo requieren más actividad física.
Aproveche su herencia cultural: El ejercicio, como tal, no es fácil de incorporar pero los hispanos tienen una ventaja. “El baile para el latino es algo natural. En una hora intensa de Zumba u otro tipo de baile energético podrá quemar hasta 500 calorías en tan sólo una hora; pero cuide su condición. Vaya paso a paso poniendo atención a que su corazón no se le acelere demasiado, y si siente dolor o demasiado cansancio, deténgase”, puntualiza Carrasquilla.
El educador precisa que hay dos tipos de ejercicio:
- Aeróbico o de resistencia cardiovascular como correr, caminar, andar en bicicleta, nadar y salir de excursión provoca que se acelere el ritmo cardíaco, haciendo que el corazón, sistema cardiovascular y respiratorio trabajen más eficientemente. Estos ejercicios aumentan la capacidad de los pulmones, corriente sanguínea y nivel de energía; además de que ayudan a que el cuerpo pueda distribuir mejor los nutrientes y el oxígeno en las células, contribuyen a mejorar las habilidades físicas y mentales.
- Anaeróbicos o de resistencia muscular, los cuales aumentan la musculatura, fortalecen los huesos y ayudan a mantener una buena postura corporal. La forma más común de ejercicio anaeróbico es el ejercicio en el que se ejerce fuerza, como el levantamiento de pesas y cuando se usa algunas de las máquinas que hay en los gimnasios. “Pero usted no necesita gastar si no tiene pesas, ya que tiene la resistencia que necesita en su propio cuerpo con el peso de las extremidades y la gravedad. Puede, por ejemplo, hacer sentadillas o lagartijas con lo que estará levantando peso”, indica Carrasquilla. Este tipo de ejercicio es recomendable especialmente para personas después de los 30 años de edad.
Cabe mencionar dentro de estos dos tipos de ejercicios: los ejercicios de flexibilidad los cuales ayudan a disminuir el riesgo de lesiones en las articulaciones y a incrementar la amplitud de movimientos; y los ejercicios de velocidad que ayudan a mejorar la capacidad de movimientos ágiles y rápidos y ayudan al cuerpo a reaccionar cuando se requiere de velocidad.
El educador menciona otras recomendaciones importantes:
- No se olvide de tomar agua antes, durante y después del ejercicio.
- Acuérdese de hacer ejercicios de estiramiento o calentamiento antes de empezar y de enfriamiento al terminar.
- Coma alimentos saludables.
“Una vez que usted ha logrado, paso a paso, cada una de sus metas, el ejercicio será parte de su rutina porque su cuerpo se lo seguirá pidiendo pues se sentirá mejor, le dará satisfacción, ánimos y se volverá una necesidad positiva”, asegura Carrasquilla.