“Hoy día, la salud de los inmigrantes es un problema grave y seguirá siéndolo en el futuro cercano”, precisa el Dr. Marc Schenker, profesor de epidemiología y medicina preventiva y director del Centro Occidental para Seguridad y Salud Agrícola de la Universidad de California en Davis.
Las investigaciones de Schenker indican que la salud de los latinoamericanos se deteriora cuando emigran a EE.UU. Al encontrarse con alimentos de bajo costo y de mala calidad, desarrollan malos hábitos alimenticios y aumenta el riesgo de que se vuelvan obesos. Dejan de comer alimentos frescos hechos en casa, aumentan su consumo de alimentos con grasa y azúcar y se acostumbran a las porciones “tamaño gigante”. En parte, explica Schenker, cambian su manera de comer sencillamente porque pueden costear tal estilo de vida.
Otro dato preocupante que halló Schenker está relacionado con el tiempo de estancia en EE.UU. y el fumar; entre más tiempo llevan aquí, mayores son las probabilidades de que los inmigrantes fumen, incluso las mujeres embarazadas. Nuevamente, apunta Schenker, el tener los recursos económicos para pagar por tal hábito contribuye a fomentarlo.
En sus investigaciones, Schenker encontró que el número de latinos que han contraído enfermedades transmitidas sexualmente va en aumento. Considera el investigador que ésto es el resultado de perder valores morales conservadores al adaptarse los inmigrantes a la cultura norteamericana que generalmente se caracteriza por una mayor libertad sexual.
Identificar los problemas y educar a los latinos al respecto son pasos importantes a tomar, opina este investigador. Sin embargo, apunta que es importante también lidiar con el problema desde las fases iniciales, antes de que se presenten enfermedades crónicas.
“Es más fácil y cuesta menos evitar que se presenten las consecuencias de la obesidad que tener que tratarlas una vez que se ha desarrollado el problema”, precisa Schenker.