VISALIA-(UC)--El típico
adolescente norteamericano gasta anualmente una suma considerable,
principalmente en el automóvil, ropa, alimentos y diversiones. En el 2002, los
adolescentes entre 17 y 19 años de edad gastaron $170 mil millones, gastando un
promedio de $101 a la semana.
"Cuando los
adolescentes terminan la preparatoria, gastan aun más," explica Cathi Lamp,
consejera en nutrición y asuntos de la familia y el consumidor con Extensión
Cooperativa de la Universidad de California. "Los jóvenes que se mudan fuera del
hogar familiar, especialmente aquellos que trabajan tiempo completo, van a
gastar más en gastos de vivienda, servicios públicos, mobiliario, aparatos
electrodomésticos y seguros".
Desgraciadamente, la mayoría de adolescentes no tienen los conocimientos
necesarios para hacer estas compras con sensatez. Esto les sale costando caro.
Los adolescentes despilfarran miles de dólares anualmente en compras que no
harían si supiesen cómo ser un consumidor sensato. Gran parte de este dinero
proviene de los salarios que con tanto trabajo se han ganado los
padres.
"Al dejar de
vivir en el hogar, los adultos jóvenes que no saben cómo ser buenos consumidores
continuarán malgastando el dinero," indica Lamp. "Pero como sus gastos son mucho
mayores, el monto que echan en saco roto será mucho mayor". Y puesto que cuentan
con ingresos limitados, el impacto se hará sentir en su nivel de
vida.
Por lo
tanto, la especialista recalca que es de suma importancia para la condición
financiera actual de los padres y el futuro de sus hijos que se les enseñe a los
adolescentes cómo ahorrar y gastar sensatamente el dinero. "Además, el ayudar a
sus hijos a ser buenos consumidores puede fomentar una mayor unión familiar,"
añade Lamp. "Los padres tendrán una oportunidad de hacer cosas interesantes y
divertidas con sus hijos y los jóvenes entenderán mejor los retos financieros
que enfrentan sus padres".
Una de las
mejores maneras de enseñar a los jóvenes a ahorrar y gastar es estableciendo
metas específicas:
·
Hacer un
presupuesto. Dele una cantidad
semanal o mensual fija a sus hijos. Dígales para qué gastos pueden usar el
dinero y no les ayude si ellos quieren gastar más de lo que tienen. Lo que cubra
la mesada o “semana” puede ser limitado (por ejemplo, solamente diversiones) o
amplio (ropa, transporte, diversiones y otros artículos). Deles sólo la suma
acordada para que sus hijos aprendan a ser responsables de su
dinero.
·
Ahorrar. Haga que
sus hijos ahorren un porcentaje de su mesada; explíqueles que podrán usar estos
ahorros más adelante, para un gasto mayor, como la compra de un automóvil o la
colegiatura de la universidad. Usted puede darles un incentivo para que ahorren:
por ejemplo, por cada dólar que ahorren, usted puede aportar 25 o 50 centavos a
sus ahorros.
·
Usar el
crédito. Si la compañía con la
que usted tiene una tarjeta de crédito le permite hacerlo, enseñe a sus hijos
cómo usar el crédito dándoles una tarjeta de crédito que quede bajo su cuenta.
Póngales un límite de gastos y exija que paguen los costos relacionados, como
intereses y la cuota anual. Explíqueles que estos gastos varían según la tarjeta
que tengan. Recuérdeles también que hay otras maneras de obtener lo que quieren:
pagando en efectivo, con cheque, o usando una tarjeta de cargo o de
débito.
·
Comprar un
automóvil. Si los hijos
adolescentes manejan el automóvil de la familia, tal vez le convenga pensar en
ayudarles a comprar uno. Permita que sus hijos participen en todo el proceso
necesario para tomar la decisión. Platique con sus adolescentes sobre la clase
de auto (subcompacto, compacto, pickup, etc.) y las características específicas
del automóvil (costo, seguridad, equipo adicional) que les convienen a todos.
Luego anímelos a que consulten fuentes de información sobre automóviles como Consumer Reports y The Car Book y revistas sobre
automóviles para encontrar el modelo que ofrece el mejor valor por el precio.
Obtenga esta información antes de ir al
concesionario.
·
Comprar el
seguro para el vehículo. Explíquele a sus hijos
que el costo del seguro va a aumentar cuando ellos empiecen a conducir y que
este costo probablemente será mayor si tienen un accidente o reciben una
infracción. Pueden acordar que de aumentar el costo del seguro debido a una
multa que sus hijos reciban, ellos serán responsables de pagar cualquier
incremento en la cuota del seguro.
·
Compra de
alimentos. Pídales que le ayuden a
preparar la lista de compras teniendo en cuenta el presupuesto con que cuentan;
deje que sus hijos escojan la tienda y que sean ellos mismos quienes hagan las
compras. Puede pedirles que compren los víveres que la familia necesita para un
día o para la semana. Enfatice que los alimentos que compren deben incluir
cereales, frutas y verduras y fuentes de proteína. Asegúrese que se fijen en las
fechas de caducidad y en los precios por unidad.
La orientación cariñosa pero firme de los padres acerca del uso del dinero puede dejar un legado de tranquilidad familiar de por vida. No pierda la oportunidad de dar este regalo a sus hijos.