DAVIS – (UC) – Durante los últimos años, el programa CalAgrAbility, de la Universidad de California en Davis ha venido recibiendo llamadas de agricultores con respecto a una condición de la que no se habla mucho y que afecta los ojos. Se trata de pterigión o carnosidad de ojo, un crecimiento benigno del tejido delgado transparente que recubre la parte blanca del ojo o conjuntiva.
Pterigión proviene de la palabra griega pterygos, la cual significa “pequeña ala”. El pterigión que crece en el ojo se asemeja al ala de un pequeño insecto o pájaro.
CalAgrAbility ha visto casos leves que causan enrojecimiento, resequedad e irritación del ojo.
“Hemos visto granjeros con casos severos afectándoles la cornea y causándoles problemas de visión y hasta ceguera en el ojo afectado”, menciona Martha Stiles, directora del programa CalAgrAbility.
En muchos casos, el pterigión no causa problemas mayores y se le trata de manera tópica con gotas para ojos. El tratamiento para casos severos es la remoción mediante cirugía de la carnosidad. Una vez removida, la carnosidad puede volver a crecer en algunos casos y en otros puede regresar más de una vez.
Según explica Stiles, no se conoce la causa exacta del pterigión. Sin embargo, se cree que puede ser causada por la exposición a los rayos ultravioletas, poca humedad y polvo.
“Las granjas son el sitio ideal para desarrollar esta condición. Les ocurre con mayor frecuencia a personas que se exponen excesivamente al sol, polvo y viento. Los granjeros, rancheros, trabajadores agrícolas, pescadores, etc., son especialmente susceptibles a desarrollar pterigión, así como quienes viven cerca de la línea ecuatorial”, señala Stiles.
Algunas investigaciones muestran que más hombres que mujeres sufren de esta condición siendo más prevalente entre individuos de más de 40 años.
Hay muy poca investigación que documente esta enfermedad entre la población agrícola. Sin embargo, un estudio entre 304 trabajadores agrícolas latinos en Carolina del Norte confirmó la presencia de pterigión en por lo menos uno de los ojos de más de un 23 por ciento de los trabajadores. El estudio mostró una relación significativa entre esta condición y la edad.
Algunos investigadores creen que la mayoría de los casos de pterigión se desarrollan en el lado del ojo más cercano a la nariz debido a que los rayos del sol pasan lateralmente, a través de la cornea. La luz solar es entonces refractada o redirigida, hacia la zona límbica. La luz solar pasa sin ser obstruida desde el lado lateral al lado medial cerca de la nariz pasando por la cornea.
Como explica la experta, las posibilidades de que los dañinos rayos solares causen dicha carnosidad entre los agricultores pueden reducirse mediante el uso de simples medidas de protección como gafas para sol con protección UV y sombreros de ala ancha que protejan los ojos. Algunas gafas para sol están diseñadas para filtrar un 98 a 100 por ciento de los rayos UVA o UVB. Además de los lentes para sol, se recomienda usar protectores faciales, sombreros y ropa hecha de materiales que absorban los dañinos rayos UV.
La luz UV, o ultravioleta, es radiación electromagnética. Se encuentra en la luz solar y en fuentes de luz interior, tal como luces negras y fluorescentes. La capa de ozono de la tierra bloquea un 99 por ciento o más de los rayos UVB y radiación C evitando que penetre la atmosfera. Sin embargo, los rayos UVA logran penetrar, causando cáncer y cataratas, degeneración macular y pterigión.
“La mayoría de la población agrícola con la que trabaja CalAgrAbility entienden el vínculo entre la radiación UV y el cáncer de piel, pero están menos conscientes del daño potencial a los ojos”, menciona Stiles.
De hecho un estudio del Centro Nacional para la Salud de los Trabajadores del Campo realizado en el 2005 mostró que menos de un tres por ciento de los trabajadores nunca usó protector solar y menos del 20 por ciento sabía qué es un bloqueador solar. Más de un 90 por ciento nunca usó lentes para el sol o cualquier otro tipo de equipo de protección. Alrededor del 75 por ciento no usó sombreros de ala ancha, exponiendo las orejas, cuello y caras a los rayos UV.
“La familias de cultivadores y trabajadores agrícolas deben estar conscientes de que los niveles de UV son mayores en los espacios abiertos como ranchos y granjas. Usen sombreros, gafas para sol y protectores, especialmente entre las 10 a.m. y 4 p.m. cuando los niveles de rayos UV se encuentran en su punto más alto y sólo toma una hora para registrar daño a la piel”, advierte Stiles.
“Cuando trabaje en granjas, no se quite los lentes para sol en la sombra. Los rayos UV se reflejan desde otras superficies. Los ojos todavía están en riesgo aún cuando no estén directamente expuestos al sol”, agrega Stiles.
La experta insta a los padres a empezar a cuidar de la vista de sus hijos desde ahora ya que los ojos de los pequeños son más sensibles que los de los adultos.
“Los niños siempre deben usar gafas protectoras en las granjas o cuando juegan”, aconseja Stiles.